Allá en el 2013, el Cruz Azul de México, uno de los considerados grandes del fútbol de ese país, perdió una final de manera agónica cuando la victoria ya era celebrada por sus aficionados en las grandes plazas de la capital. Por si le faltara historia, la cancha del Azteca vio nacer uno de los términos que mejor relatan la más exquisita de las tragedias futbolísticas. En el balompié mexicano, "cruzazulear” significa ser exitoso y arruinarlo todo en el último minuto. Medios como ESPN o goal.com incluso lo abordan como "el acto de perder un partido cuando la victoria está prácticamente en la bolsa”.

La temporada pasada de Bundesliga, el Borussia Dortmund (BVB) desperdició de manera traumática su gigantesca oportunidad de acabar con el reinado del eterno campeón Bayern Múnich. Última jornada. El empate contra Mainz era suficiente; incluso la localía jugaba a favor. Pero un iluminado Jamal Musiala derrumbó las alegrías negriamarillas en el minuto 89 en la cancha del Colonia. Bayern campeón. Fue un final de temporada inolvidable.

¿Dortmund la "cruzazuleó”?

Si bien la campaña 2022/2023 fue un manojo de nervios hasta sus últimos segundos, tanto así que, para fines prácticos, el Dortmund la "cruzazueló” por quedarse a nada de la gloria en una agonía de ida y vuelta, cabe poner lo sucedido en su justa dimensión.

En México existe un modelo de torneos cortos, donde el modelo de competencia implica clasificar a las finales y ser campeón poco tiene que ver con mantener el más alto nivel a lo largo de un campeonato. De hecho, rara vez el llamado superlíder alzará el máximo trofeo. Una "maldición”, le llaman, al margen de negocio que se vale del espectáculo al favorecer la rotación de campeones.

En la Bundesliga, como en otros torneos europeos, el formato de sumar puntos no es otra cosa que batallas por zonas: en la parte alta, en la franja media, y en el sótano de la tabla. Entonces el BVB no perdió el título al estilo de la tragicomedia mexicana que enmarca este relato. En realidad, sucedió todo lo contrario. El Borussia de Dortmund regaló el título a principio de la temporada: cuatro derrotas en los primeros diez partidos. Todo un lujo ante un Bayern que simplemente dio facilidades inéditas.

Conocer al campeón alemán en la última jornada fue un momento que no se vivía desde 2009. De tal forma que, el hilo que une a ambas tragedias es el espectáculo sostenido hasta el final de los finales.

Hoy es el mañana de ayer

"Nuestro dolor de hoy es la motivación de mañana”, dijo Edin Terzic, entrenador de las "abejas”, aquel sombrío 27 de mayo. De lo ocurrido ese día, Terzic concluye ahora que no quiere "perseguir el título” de nuevo, sino apropiarse del camino tan pronto sea posible cuando el Dortmund reciba justamente al Colonia en casa este sábado.

A la par, el joven director técnico también pone el dedo en la estadística de los goles recibidos, la cual definió el campeonato a favor del conjunto muniqués en mayo. Según este criterio de desempate, fueron al menos más de diez los goles recibidos (44) ante la intención Terzic de cara el nuevo campeonato: "Queremos intentar quedarnos por debajo de 34”, apuntó. Es decir, menos de uno por partido. A final de cuentas, tiene sentido que Edin no pase por alto otro de los factores que le arrebató lo más ansiado.