Los más recientes tiempos de gloria en el Borussia Dortmund datan de la era de Jürgen Klopp. Muy lejanos lucen ya los días del doble campeonato en la Bundesliga, en los torneos 2010/2011 y 2011/2012. Y aunque Cronos diga lo contrario, parece mucho más lejano ese 25 de mayo de 2013, cuando las abejas llegaron a la famosa "final alemana” de la Champions League, que perdieron en Londres contra el archirrival Bayern Múnich, con goles de Mario Mandzukic y Arjen Robben. Desde entonces, la estampa del Borussia Dortmund ha sido la del perseguidor del Bayern en la Bundesliga, y de pasajero frecuente, pero jamás piloto, en la Liga de Campeones.

No bastaron Sancho ni Haaland

En teoría, a lo largo de todos estos años el Borussia Dortmund ha hecho bien muchas cosas. De tener jugadores muy competitivos como los de aquella final de Champions (Weidenfeller, Subotic, Großkreutz), transitó a fichar a joyas juveniles de potencial galáctico como Giovanni Reyna, Jude Bellingham, Jadon Sancho y, por supuesto, el delantero del que hoy todos hablan como el mejor del mundo: el noruego Erling Haaland. En cambio, el Borussia Dortmund incluso en aquel cénit fue incapaz de retener a otros jugadores que pronto demostrarían tener clase mundial, como Robert Lewandowski, Mats Hummels o Ilkay Gündogan.

En el banquillo son muchos los que han intentado emular a Klopp, en una constelación variopinta que incluye a Thomas Tuchel, Peter Bosz, Peter Stöger, Lucien Favre, Marco Rose, y Edin Terzic. Las fluctuaciones han sido intensas, pero la realidad concreta es que ninguno ha llenado los zapatos del hoy entrenador del FC Liverpool.

La gloria que nunca llega

Son muchos los momentos en los que el Dortmund parecía despegar, sobre todo en la temporada 2018/2019, cuando quedaron a solo dos puntos del Bayern en la tabla general. El equipo llamó tanto la atención, que perdió a una de sus figuras juveniles cuando Jadon Sancho se fue al Manchester United por una suma cercana a los 100 millones de euros.

En el torneo 2021/2022, las cosas parecían estabilizarse con la llegada de Marco Rose y el club al final volvió a quedar segundo. Fue muy poco para un club cuyas aspiraciones han sido máximas en los pisos directivos. Rose fue destituido, regresó Terzic al banquillo, y todo parecía armado para el que, ahora sí, sería el regreso a la gloria.

Oportunidad irrepetible

Con un Jude Bellingham maduro e imponente a sus 19 años, con un Giovanni Reyna en pleno despegue, y con Sebastien Haller y Youssoufa Moukoko  como alternativas para suplir la salida de Haaland, la cacería por el título ahora sí parecía ir en serio. A ese arsenal se le sumaron Nico Schlotterbeck y Niklas Süle en la defensa, y el veloz juvenil Karim Adeyemi por el costado ofensivo.

Las oportunidades para rebasar al Bayern también han sido venido de fuera. Los multicampeones han sufrido turbulencias inéditas, de las cuales ya se ha hablado en estos espacios. El Dortmund ha tenido incluso dos fases del torneo en las que ha estado en la cima. Pero justo cuando esta se ve cerca, el equipo se ha despeñado estrepitosamente.

¿Jamás será campeón el Dortmund?

En el último "Der Klassiker”, cuando las abejas debían haber dado el golpe definitivo al Bayern, el portero Gregor Kobel cometió una pifia imperdonable que sacó de balance al conjunto y le cedió la iniciativa al Bayern, con nefastas consecuencias. No sería el único resbalón. Semanas más tarde, un Bayern en plena crisis de incertidumbre empató con el modesto Hoffenheim, lo cual abría las puertas a que el Dortmund le empatara en puntos y volviera ser serio competidor. En cambio, las abejas dejaron ir la ventaja contra diez jugadores del Stuttgart, que le sacaron el empate en el último segundo. El resultado: el Dortmund sigue viendo al Bayern a la distancia.

¿Es esa la identidad definitiva del Borussia Dortmund? Si el Bayern aprieta en la recta final del torneo y el equipo de negro y amarillo sigue su curso actual, los bávaros volverán a ser campeones. Y, como dijimos aquí desde el comienzo del torneo: las propicias condiciones para que el Dortmund regresara a la grandeza no se repetirán, quizá, en muchos años. En otras palabras, si el curso actual se mantiene, el Borussia Dortmund podría compartir con su rival Schalke la peor de las leyendas del fútbol alemán y ser conocido también como un club que "jamás será campeón”.