La medida responde a un pedido de la delegación diplomática que representa en Brasilia a Juan Guaidó.
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Brasil comenzará a reconocer como válidos los pasaportes venezolanos vencidos hasta por cinco años, informó este lunes (05.08.2019) la asesoría de comunicación de la cancillería.
La medida responde a un pedido de la delegación diplomática que representa en Brasilia a Juan Guaidó, líder opositor venezolano reconocido como presidente interino por más de cincuenta países, entre ellos Brasil y Alemania, argumentando dificultades para la renovación de este documento de identidad.
La delegación de Guaidó, encabezada por María Teresa Belandria, divulgó este lunes una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores Ernesto Araújo, que informa que las autoridades migratorias ya fueron notificadas de la decisión. "Los servicios consulares de Venezuela no existen para los venezolanos en Brasil", afirmó Belandria, reconocida por el gobierno de Jair Bolsonaro como embajadora de Venezuela en Brasil.
Belandria dice haber recibido constantes denuncias de ciudadanos que no han sido atendidos por los consulados en las ciudades brasileñas. "La dictadura sigue ocupando los consulados", acotó, refiriéndose al Gobierno de Nicolás Maduro.
Más de 4 millones de personas emigraron de Venezuela, que enfrenta una grave crisis política, económica y social, según números del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). En la lista de países receptores, Brasil ocupa el quinto lugar, con 168.000 ciudadanos del país vecino. La mayoría de ellos ingresan por la frontera terrestre, en el estado brasileño de Roraima, en el norte del país.
eal (afp, elnuevoherald.com)
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Los venezolanos encuentran refugio y solidaridad en Colombia
Maicao es famosa por su tráfico de drogas y personas, violencia y explotación sexual. Los refugiados venezolanos que viven allí son un blanco fácil. Pero un centro de recepción dirigido por ACNUR ofrece una salida.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperar en fila por comida
Los migrantes venezolanos hacen fila para verificar su número de registro y otros detalles antes de recibir su almuerzo. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU sirve comida tres veces al día.
Imagen: DW/Eline van Nes
Un techo en circunstancias difíciles
Filas de carpas provistas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se extienden para los venezolanos migrantes en el centro de recepción en Maicao y brindan la mayor comodidad posible en estas circunstancias.
Imagen: DW/Eline van Nes
Buscar una salida
El centro de recepción recientemente inaugurado en Maicao, en la región de La Guajira, una colaboración entre ACNUR y las autoridades colombianas, es el primero de su tipo en Colombia. Las agencias gubernamentales locales y nacionales solicitaron ayuda a ACNUR debido al constante flujo de migrantes y refugiados venezolanos que cruzan la frontera hacia Maicao.
Imagen: DW/Eline van Nes
Sin un propósito y con la salud amenazada
Domingo Fernández, un experiodista y profesor de 72 años, solía escuchar sobre los refugiados y verlos en las noticias, pero nunca pensó que terminaría en un refugio también. Habiendo trabajado la mayor parte de su vida, ahora se siente inútil. Cada mañana se levanta, espera su desayuno y riega el área cerca de la entrada de su tienda de campaña porque el polvo está afectando sus pulmones y ojos.
Imagen: DW/Eline van Nes
Esperando una vida mejor
Rusmari Luna trajo un brazalete de Venezuela que su madre le hizo para el viaje. Tuvo que irse con sus hijos porque ya no podía mantenerlos. Ella cuenta que algunas personas en Venezuela entregan sus hijos a otras familias, otras los abandonan en las calles. También dice que encontraba esas historias difíciles de creer, pero ahora entiende lo desesperadas que están algunas de esas personas.
Imagen: DW/Eline van Nes
Soñar con casa
Rosmery Castillo dejó Venezuela hace un mes con dos de sus hijos y dejó un tercero con su hermano. Era enfermera en Valencia, pero la alta inflación desaparecía su salario mínimo y la dejaba sin casi nada para comprar comida. Ella planea regresar a Venezuela tan pronto como la situación mejore para estar con su madre y su abuela, a quienes tuvo que dejar atrás.
Imagen: DW/Eline van Nes
Compartir el techo y la voluntad de sobrevivir
Rosmery Castillo (34, izquierda) y Vanesa Añez (19) no se conocían cuando ambas llegaron al centro de recepción de ACNUR al mismo tiempo. Ahora comparten una carpa.
Imagen: DW/Eline van Nes
Una mano amiga
Una clínica de la Cruz Roja Colombiana en el centro de recepción atiende los problemas de salud que pueden sufrir los migrantes y refugiados, como los problemas pulmonares causados por el polvo del desierto de La Guajira.
Imagen: DW/Eline van Nes
Solidaridad y entendimiento
La xenofobia siempre está acechando en el fondo, pero La Guajira tiene una conexión histórica con la ciudad venezolana de Maracaibo. Muchas personas de La Guajira se mudaron a Venezuela durante el conflicto colombiano de las FARC. Hay solidaridad entre personas de ambos lados. También hay muchos desplazados internos en Colombia, que entienden cómo es para los venezolanos estar en esta situación.
Imagen: DW/Eline van Nes
Tomar la ruta legal
El cruce oficial entre Colombia y Venezuela está marcado por algunas vallas y soldados haciendo guardia. Hay una forma oficial de cruzar entre Colombia y Venezuela, pero también unos 150 atajos ilegales, muchos de los cuales terminan justo en frente del cruce oficial.