Brasil: arrestan a una mujer por usar cadáver para préstamo
18 de abril de 2024
La Policía arrestó a la mujer por intento de robo mediante fraude y profanación de un cadáver. Su abogado negó las acusaciones.
Publicidad
Una mujer fue arrestada en Rio de Janeiro tras intentar obtener un préstamo bancario para un hombre al que trasladaba en una silla de ruedas y que resultó estar muerto, informó la Policía de Brasil este miércoles (17.04.2024).
El personal de la sucursal bancaria alertó a los servicios de emergencia después de que les pareciera sospechoso que la mujer pidiera un préstamo a nombre del adulto mayor en la silla de ruedas, indicó la fuerza en un comunicado. Al llegar al lugar, el personal médico "confirmó la muerte", dice la nota.
La Policía de Bangu, en el oeste de Rio, arrestó a la mujer por intento de robo mediante fraude y profanación de un cadáver, señaló la fuente. Los equipos investigadores intentan determinar cómo y cuándo murió el hombre, de 68 años.
Medios brasileños informaron que la mujer dijo ser la sobrina del hombre y trató de obtener un préstamo de 17.000 reales (unos 3.250 dólares) a su nombre.
"Ella intentó simular que él estaba firmando los papeles, (pero) él ya estaba muerto cuando entró en el banco", declaró el jefe de la investigación local, Fabio Luiz, al sitio de noticias G1. El abogado de la mujer negó las acusaciones.
ama (afp, efe, reuters)
Seis fraudes que conmovieron al mundo
La tela que cubrió a Cristo, el ser humano clonado, el eslabón perdido... la historia nos ha regalado historias demasiado buenas para ser reales que, bueno, no eran reales.
Imagen: picture-alliance/dpa
Santo sudario
Aunque hay sospechas desde hace muchos años sobre la autenticidad de la sábana que supuestamente cubrió los restos de Cristo, recién en 1988 se realizó un estudio que determinó científicamente que la tela había sido pintada en la Edad Media. Esto se vio reforzado por otra investigación publicada en 2018 por Journal of Forensic Sciences que asegura que fue pintado con un pincel en el siglo XIV.
Imagen: picture-alliance/akg-images
El hombre de Piltdown
Es uno de los mayores fraudes científicos del siglo XX. El paleontólogo aficionado Charles Dawson presentó unos restos presuntamente hallados en Piltdown (Sussex, Reino Unido). La comunidad científica los aceptó como el eslabón perdido, hasta que en 1953 se destapó el fraude: era una falsificación montada con la mandíbula de un orangután, el cráneo de un Homo sapiens y un diente suelto de mono.
Imagen: picture-alliance/WHA/united archiv
Clonación humana
Los señores de la foto son Raël, un periodista francés que dice comunicarse con seres del espacio, y Brigitte Boisselier, una bioquímica "raeliana", o sea seguidora de Raël. Ambos proclamaron en 2003 haber clonado, a la sombra de la empresa Clonaid, a un ser humano, el primero de la historia. La comunidad científica lo tomó con escepticismo. Raël luego confesó que nunca habían clonado a nadie.
Imagen: picture-alliance/dpa/Keystone/Maire
Círculos en los campos de trigo
A fines de los 70 del siglo pasado aparecieron en los campos de cultivo de Reino Unido unas extraordinarias obras geométricas. Para muchos, eran prueba de la presencia de extraterrestres. Otros hablaron de vórtices e incluso de mensajes de Gaia. Pero dos jubilados, Doug Bower y Dave Chorley, confesaron el fraude y explicaron ante las cámaras cómo los hacían. Ya tenían imitadores en todo el mundo.
Imagen: picture-alliance/English Heritage
Los protocolos de los sabios de Sion
Este libelo antisemita fue publicado en 1902 en Rusia. Supuestamente transcribe las reuniones de un grupo llamado "Sabios de Sion" que conspiraban para hacerse con el poder mundial. Ha sido usado y es considerado genuino por sectores antisemitas, pero las investigaciones coinciden en que es una falsificación realizada por la policía zarista para justificar los pogromos.
Los diarios de Hitler
En 1983, la revista alemana Stern compró por casi 5 millones de dólares y presentó los diarios de Adolf Hitler. Eran 63 pequeños libros que cubrían el período 1932-1945 que fueron autentificados por historiadores tan reputados como Hugh Trevor-Roper. Pronto una investigación descubrió que se trataba de un fraude escrito por Konrad Kujau, quien fue condenado a 42 meses de prisión por estafa.