Brasil: Bolsonaro y el imprevisto apoyo de las favelas
Thomas Milz
28 de diciembre de 2018
Pese a su discurso clasista y racista, el presidente electo de Brasil tiene quien lo aplauda en los barrios; la violencia que los azota hace que muchos de sus habitantes celebren la “mano dura” con que amenaza Bolsonaro.
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Este 1 de enero de 2019 el populista de derecha Jair Bolsonaro asume la presidencia de Brasil. Las elecciones que ganó fueron un desastre para el partido de izquierda que llevó las riendas de la nación entre 2003 y 2016. Aunque el caos en que está sumido el país suele ser atribuido a la corrupción de cuello blanco que prosperó a su alrededor, muchos creen que la situación va a cambiar radicalmente con Bolsonaro al timón.
Pese a su discurso excluyente, plagado de expresiones clasistas y racistas, no falta quien lo aplauda hasta en los barrios más pobres de Río de Janeiro. En la favela de Borel, por ejemplo, muchos lo apoyan, celebrando que "por fin” haya llegado al poder alguien dispuesto a garantizar el orden con "mano dura”, en la administración pública y en las calles. A sus ojos, el fin justifica los medios que Bolsonaro ha amenazado con emplear.
Borel, en la mira de los rifles
Borel está ubicado en la zona de Tijuca, un vecindario descrito como el bastión de la gente blanca y clase media en el norte de Río hasta que la delincuencia ahuyentó a los ciudadanos con recursos suficientes para mudarse a lugares más seguros. Pero no todos los habitantes de Borel comparten la opinión de que cualquier estrategia es válida para poner coto a las organizaciones criminales asentadas en la favela carioca.
"Ya en 2010, Marielle Franco y yo estábamos denunciando la violación cotidiana de los derechos de los habitantes de las favelas ante la Comisión de Derechos Humanos”, cuenta la pastora evangélica Mónica Francisco, quien a partir de enero de 2019 será juramentada como diputada del Parlamento local. Francisco da a entender que no será ahora cuando deje de denunciar los atropellos cometidos por la Policía.
Marielle Franco y sus aliadas
No todas las voces de la izquierda brasileña han sido castigadas en las urnas: aparte de Mónica Francisco, otras tres activistas negras obtuvieron curules en Parlamentos regionales en representación del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) tras los comicios de octubre de 2018: Renata Souza, Dani Monteiro y Talíria Petrona. Su éxito se lo deben a su labor como defensoras de derechos humanos y, quizás también, a la suerte corrida por Franco.
El 14 de marzo de 2018, Marielle Franco fue asesinada a tiros mientras el vehículo que la transportaba circulaba por el centro de Río. Sus denuncias de abuso policial en las favelas hicieron que mucha gente se movilizara políticamente después del homicidio. Si estas activistas condenaron los excesos de la ocupación policial de Borel durante el Gobierno previo, seguramente lo harán durante el de Bolsonaro.
No toda la izquierda fue castigada
Entre enero y noviembre de 2018, la Policía carioca mató a 1.444 personas. Y el nuevo gobernador de Río, un conservador de línea dura como Bolsonaro, dice querer enviar drones a las favelas para que "aniquilen” a los traficantes de drogas que allí operan. "La Policía llegó a Borel prometiendo programas sociales para los jóvenes y lo que les dio fue pura violencia. La Policía actúa como un Ejército de ocupación”, dice Francisco.
"Las favelas están siendo militarizadas. Allí lo que rige es un estado de excepción puro y duro”, agrega. Francisco dice entender que muchos compatriotas tengan la impresión de que la situación está fuera de control y el deseo de que un "hombre fuerte” les organice la vida; pero ella no está dispuesta a darle un cheque en blanco a Bolsonaro.
(erc/jov)
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Brasil: los capítulos de una elección polarizada
Trece candidatos se presentaron en la disputa por el Planalto, en las elecciones que ganó, en segunda vuelta, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Vea aquí los principales episodios de esta disputa.
Imagen: Agencia Brasil/R. Rosa
Entra en escena el financiamiento de las campañas
Ante la prohibición a las donaciones hechas por empresas, el Congreso creó en octubre de 2017 un nuevo fondo de 1,7 mil millones de reales para financiar candidaturas políticas. El 60 por ciento de fondo quedó en las manos de seis partidos: MDB, PT, PSDB, PP, PSB Y PR, dejando a los candidatos independientes con menos recursos.
Imagen: Reuters/A. Machado
Lula es condenado y arrestado
Cuando anunció, en 2016, su intención de disputar la elección presidencial, Lula se convirtió en el líder en las encuestas. En enero, sin embargo, su situación se complicó tras una condena en segunda instancia que lo dejó virtualmente inelegible. En abril, fue arrestado, con la posibilidad de que su candidatura fuera anulada. El PT comenzó a tener dificultades para formar alianzas.
Imagen: Reuters/L. Benassatto
Los "outsiders" salen de la escena
La posibilidad de que Lula quedara fuera y el sentimiento antipolítico entre la población, indicaban que ésta sería la elección de los "outsiders". El exministro del Supremo Joaquim Barbosa y el presentador Luciano Huck llegaron a aparecer en las encuestas. El empresario Flávio Rocha anunció su candidatura. Sin embargo, en julio todos habían desistido.
Imagen: Imago/ZUMA Press/M. Chello
Candidaturas descartadas
La elección de 2018 parecía destinada a superar el número de candidatos de 1989, cuando 22 aspirantes disputaron la Presidencia. En abril había 23 nombres interesados en aparecer en la papeleta, entre ellos el presidente Michel Temer, el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, y el expresidente Fernando Collor. Pero pronto desistieron. En agosto se llegó al número de 13 candidatos en carrera.
Imagen: Marcelo Camargo/Agência Brasil
Los candidatos aislados
La jugada de Alckmin con el "centrón" acabó aislando a otros candidatos. Jair Bolsonaro (PSL) intentó negociar con el PR, pero tuvo que contentarse con el PRTB. Ciro Gomes (PDT) también vio naufragar sus intentos de coalición. Los tres terminaron la fase de convenciones con poco apoyo y tiempo de TV.
La novela de los vices
La fase de convenciones comenzó a finales de julio sin que la mayoría de los precandidatos tuviera un compañero de fórmula. Bolsonaro recibió tres rechazos hasta cerrar con el general Mourão (PRTB). Henrique Meirelles (MDB) y Ciro Gomes (PDT) se contentaron con nombres del propio partido. Alckmin fue rechazado por el empresario Josué Alencar antes de optar por Ana Amélia (PR).
Imagen: Agência Brasil/F.Frazão
El "plan B" del PT
Con Lula virtualmente inelegible, la elección de su vicepresidente pasó a ser un trampolín para el candidato sustituto. A principios de agosto, el PT acabó eligiendo a Fernando Haddad, que desde el inicio del año era visto como "plan B". Manuela D'Ávila (PCdoB) quedó con la curiosa posición no oficial de "vice del vice", asumiendo la posición una vez que se supiera si Lula era candidato o no.
Imagen: Agência Brasil/F.Rodrigues Pozzebom
Ataque a Bolsonaro
El candidato del PSL, Jair Bolsonaro, fue apuñalado durante un acto de campaña en Juiz de Fora. Sus adversarios condenaron la agresión, y algunos llegaron a cambiar el tono de la campaña. Pero no hubo un impacto decisivo en el electorado, pues sigue liderando las encuestas aunque casi con el mismo porcentaje, mientras que el rechazo hacia él aumentó.
Imagen: picture-alliance/dpa/Agencia O Globo/A. Scorza
El intercambio de Lula por Haddad
Después de meses de suspenso y con el aval de Lula, Fernando Haddad fue oficializado candidato a la Presidencia por el PT el 11 de septiembre, a menos de un mes de la primera vuelta, lo que ocurrió una vez que se agotaron todas las posibilidades de que el expresidente participara en la carrera presidencial. El desafío desde entonces fue transferir los votos de Lula a Haddad.