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Brasil: ¿Cómo vencer a Bolsonaro? "Más Haddad, menos Lula"

José Ospina-Valencia
8 de octubre de 2018

Si Haddad quiere librarse del corsé del PT, tendrá que mostrar más de él, y menos de Lula, dicen comentaristas alemanes. En algo sí debe coincidir con su expresidente: convencer de que no habrá experimento socialista.

Fernando Haddad, del PT
Fernando Haddad, del PTImagen: picture-alliance/AP Photo/A. Penner

Der Spiegel, de Hamburgo: "El agitador que divide a Brasil”

La elección a la presidencia de Brasil aún no está decidida. El populista de derecha Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) logró algo más del 46%, faltándole poco para la mayoría absoluta. Su ventaja sobre Fernando Haddad, el candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), es de unos 17 puntos porcentuales. La misión de Haddad, exalcalde de São Paulo, es ahora convencer a los brasileños hasta el 28 de octubre de que él es el hombre que puede sacar el país de la peor crisis desde el fin de la dictadura militar en 1985. Difícil, pero no imposible. Las cartas se barajarán de nuevo.

Aunque Bolsonaro lidera en la mayoría de las regiones, no logró cautivar el bastión principal de Lula: el populoso pero pobre noreste. Haddad lidera en todos los Estados del noreste, con excepción de Ceará, fuerte de la centro-izquierda de Ciro Gomes, que apoyará a Haddad. Pero el PT se rehúsa a reconocer los errores, prefiriendo hablar de persecución política. Los brasileños esperan más autocrítica y renovación del Partido de los Trabajadores. Su desilusión fue lo que los llevó a votar por otros.

Pero Bolsonaro no tiene aún ganada la presidencia. El senador evangélico que iba a ser su vicepresidente no logró su reelección. Los partidos en Brasil son víctimas de la polarización de Bolsonaro, quien ha estado en el Congreso casi 30 años, y se presenta como un hombre honesto, alejado del poder y furibundo opositor del PT, con temas como la corrupción y la seguridad. Ahora, Bolsonaro querrá presentarse como benevolente, aunque este excapitán del Ejército ha amenazado a los opositores políticos con ejecutarlos, según la ley militar.

Pero Haddad tiene una ventaja: es más convincente como reconciliador. Como alcalde de São Paulo, estuvo abierto al diálogo con los opositores políticos; Pertenece al ala moderada del PT, se le considera prudente y buen oyente, y quiere "unir a los demócratas de Brasil", como anunció este 7 de octubre. Ahora la misión de Fernando Haddad será mostrar "más Haddad, y menos Lula".

Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort:  Bolsonaro tendrá explicar su programa

Las posibilidades de Haddad están intactas, a pesar de la clara victoria parcial de Bolsonaro. Haddad heredaría casi todos los votos de Ciro Gomes, el tercer clasificado. Pero la transferencia de sufragios no funciona automáticamente. Muchos votantes de izquierda ya no se sienten representados por el PT. Su partido está demasiado sumergido en escándalos de corrupción.

Si Haddad quiere tener una oportunidad en la segunda vuelta, no será suficiente con advertir sobre el peligro de Bolsonaro, como lo hizo Haddad después de la elección. Haddad tiene que considerar cuánto le beneficia su cercanía al prisionero Lula da Silva, y cuánto lo daña. Para las élites políticas moderadas, las frecuentes visitas de Haddad a la prisión son una provocación.

Pero Bolsonaro no tiene la victoria en el bolsillo. Primero tendrá que explicarle a los brasileños lo que pretende hacer como presidente, en caso de ser elegido. Eso decidirá quién votará por él en la segunda vuelta, y quien no. Con la imagen de "hombre limpio” Bolsonaro ha atraído a muchos brasileños que no quieren ver al PT de nuevo en el poder. El establecimiento político, al que pertenecía el PT, ha perdido la confianza popular. Un vacío llenado por Jair Bolsonaro, un furioso "indignado" que representa valores archiconservadores, una economía ultraliberal y que declara enemigo a todo lo que huela a izquierda.

Die Welt, de Berlín: Bolsonaro aún no responde preguntas de los brasileños

El candidato del partido PSL ha tenido éxito diciendo que solo él podrá detener la rampante corrupción, la delincuencia y la recesión económica en Brasil. Bolsonaro pinta el panorama de un país que es robado por narcotraficantes y políticos, por igual.

Bolsonaro se comprometió a flexibilizar la legislación sobre armas para que los ciudadanos pudieran defenderse contra los delincuentes, así como la Policía deberá tener vía libre en la lucha contra el crimen. También pidió un retorno a los valores brasileños "tradicionales". Sin embargo, sus alabanzas a la tortura en la era de la dictadura militar y sus palabras despectivas sobre mujeres, negros y homosexuales, fueron duramente criticadas.

A Bolsonaro resultó favoreciéndolo el ataque con cuchillo del 6 de septiembre. La intención de voto por él aumentó un 15% desde el incidente. A Bolsonaro le ayudó ser apuñalado, dice André Portela de Getúlio Vargas, de un think tank, porque así "no tuvo que enfrentar ningún debate y, por lo tanto, no se sometió a preguntas de la gente".

José Ospina-Valencia (er)

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