Brasil: casi 30 muertes tras operativo en Jacarezinho
9 de mayo de 2021
La Policía de Río de Janeiro sólo ha divulgado la identidad de tres de los presuntos 28 criminales, cuando ya han pasado más de 48 horas desde el inicio de la operación.
La Policía Civil de Río comunicó en la mañana de este sábado que el número de defunciones durante la operación desplegada en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la capital fluminense y que se extendió por nueve horas, había subido de 28 a 29, aunque posteriormente corrigió el dato. "El error ocurrió por cuenta de dos cuerpos que no estaban identificados en el hospital, pero que ya habían sido identificados por el Departamento de Homicidios; lo que provocó el doble conteo", indicó la Policía en una nota.
El 7 de mayo por la noche, la fuente ya había elevado el número de decesos de 25 a 28, sin dar mayores detalles. La Policía de Río sólo ha divulgado hasta el momento la identidad de apenas tres de los presuntos 28 delincuentes, cuando ya han pasado más de 48 horas desde el inicio de la operación, según el portal G1. La acción policial tenía por objeto combatir el reclutamiento de niños y adolescentes por parte de una banda criminal, pero terminó convirtiéndose en la "mayor masacre" policial en la historia de Río de Janeiro, según diversas asociaciones de Derechos Humanos.
El fiscal general de Brasil, Augusto Aras, pidió al gobernador de Río, Claudio Castro, y a otras autoridades de la región que "esclarezcan las circunstancias" de la acción, ante las múltiples denuncias de abusos por parte de los agentes. En tanto, el juez Luiz Edson Fachin, de la Corte Suprema de Brasil, afirmó incluso haber visto indicios de "ejecuciones arbitrarias" en videos que analizó.
Según relatos de habitantes de la favela y videos publicados en las redes sociales, durante la operación agentes policiales invadieron domicilios sin autorización judicial, dispararon a personas rendidas y confiscaron los celulares de quienes fueron testigos. La Policía Civil negó todas las acusaciones de abusos y afirmó que actuó de forma planificada y bajo la supervisión de la Fiscalía. Castro dijo que la acción fue fruto de un "largo y detallado trabajo de inteligencia" que se prolongó durante "diez meses".
Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otras organizaciones, han condenado esta operación -que ha indignado a quienes viven en la favela de Jacarezinho- que la han calificado de "masacre" y "genocidio" contra la población afrodescendiente.
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también expresó su preocupación y denunció posibles intentos de las fuerzas de seguridad para evitar que se pueda llevar una investigación independiente de lo ocurrido. Sólo en el primer trimestre de este año 453 personas han muerto a manos de uniformados en Río, según datos oficiales.
ama (efe, dpa)
Okupas en Río: así reclaman sus derechos los pobres
Río de Janeiro enfrenta una grave crisis habitacional. Los pobres son excluidos de la ciudad e incluso quedan fuera de las favelas más céntricas. ¿Alguien hace algo por ayudarlos?
Imagen: DW/S. Derks
Ocupar y jugar
Isabelle juega en un antiguo almacén en la famosa Rua da Lapa, en el centro de Río de Janeiro. Sus abuelos ocuparon la construcción hace más de treinta años. Con el tiempo construyeron muros, habitaciones y un bar, instalándose definitivamente en el lugar.
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Decadencia colonial
En su mayoría, las viejas casas de estilo colonial que se erigieron en el siglo XIX fueron abandonadas. Muchas de ellas, cuando sus dueños portugueses murieron y no dejaron descendencia. Cada vez más pobres se van a vivir a ellas, mientras que los ricos de Río de Janeiro prefieren los nuevos edificios de apartamentos.
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Hay que usar cada espacio
Muy a menudo las casas son subdivididas en pequeños compartimentos para acomodar en ellos a la mayor cantidad de personas posible. Este edificio destartalado cerca de la estación de metro Gloria es el hogar de unas 30 personas, que viven en 18 habitaciones que comparten una sola cocina.
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Buscando un lugar tranquilo
Como consecuencia del aumento de los precios y la prolongada crisis económica que afecta a Brasil, en los últimos años la cantidad de personas sin hogar se ha triplicado en Río de Janeiro. En las noches, buscan un lugar tranquilo donde poder dormir, como vemos acá en Rua da Lapa.
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Okupas organizados
A veces el acto de tomar u "okupar" un edificio se realiza de forma preparada y organizada, bajo el mando de instituciones sociales como Mariana Crioula, en la zona del puerto. Por más de siete años han estado presionando al gobierno para que construya departamentos para los menos favorecidos.
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Esperando aprobación
Los 70 miembros de esta iniciativa pagan una contribución y esperan, algún día, obtener una casa propia. Cada dos semanas llevan a cabo reuniones. Sus propuestas, incluidos los esquemas realizados por arquitectos, han sido ya aprobadas por las autoridades, pero el paso final de liberar los fondos para que comience la construcción se está demorando.
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Partir de cero
Quilombo da Gamboa es otro proyecto social que intenta el mismo proceso. Sin embargo, vivir aquí es estresante. "Hace unas pocas semanas hubo un incendio que destruyó parte del lugar. Vinieron los bomberos e intentaron sacarnos de acá a la fuerza. Como okupa, puedes perder tu casa en cosa de minutos", dijo Roberto a DW.
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Peligro a la vuelta de la esquina
Roberto enumera los peligros de "okupar" un lugar. "Durante una ocupación anterior, la gente me convirtió en líder de facto. Pero la cohesión social se derrumbó cuando llegaron los traficantes de drogas y se hicieron cargo de todo", cuenta. Tras ser atacado con un arma, Roberto tuvo que escapar y empezar todo de nuevo con el Proyecto Quilombo da Gamboa.
Imagen: DW/S. Derks
Mala reputación
En Brasil, muchos proyectos sociales tienen mala reputación y son vistos por parte de la ciudadanía como organizaciones criminales, por estar relacionadas con gente pobre, ocupantes ilegales de casas, pandillas violentas y narcotraficantes.
Imagen: DW/S. Derks
Siempre atentos
Todos quienes se involucran con estas iniciativas concuerdan en que la vía al éxito está cimentada sobre la base de una estructura fuerte y efectiva. Una de las reglas es monitorear las 24 horas del día quién entra y sale de las casas. Creozlita Silva aparece acá en su turno de puerta en Manuel Congo, donde se construyeron apartamentos después de que los "okupas" tomaran el terreno.