Brasil derrotó por 3-1 a una Croacia dura de roer
13 de junio de 2014 Una ceremonia austera, carente de mayor brillo, pero que contó con la presencia de la cantante Jennifer Lopez (que inicialmente había declarado que no asistiría a la inauguración del Mundial), dio comienzo a la XX edición de la Copa del Mundo organizada por la FIFA este año en Brasil. Al acto asistieron mandatarios de diversos países, entre ellos el boliviano Evo Morales y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien dijo que el fútbol es un deporte que “une a los países”.
Los une, aunque en la cancha a veces los distancia a niveles que parecen cercanos a lo irreconciliable. Pero los futbolistas dicen que eso queda dentro del terreno de juego, y así lo demostraron este jueves (12.06.2014) los jugadores de Brasil y Croacia, que fueron los encargados de dar comienzo a un torneo que ha estado rodeado de críticas y de protestas en contra, de parte principalmente de ciudadanos que cuestionan el elevado nivel de gastos en que incurrió el estado para organizarlo.
Con un comienzo para el olvido (los focos del estadio perdieron un cuarto de su capacidad a poco de que se iniciara el partido), los problemas desaparecieron tan pronto como la pelota comenzó a rodar. El Mundial es una oportunidad única para unirse en torno a un sueño compartido, el de alcanzar una copa que, si bien no cambiará la vida de nadie, sí entrega entretención a un planeta que se detiene casi por completo para ver quién hace más goles.
Brasil hizo más goles
El partido comenzó con una Croacia muy bien parada en el estadio Arena Cotinthians de San Pablo, que sorprendió a los 63.000 espectadores que repletaron el recinto. Brasil, además, mostró nerviosismo. Al minuto 6 Croacia tuvo su primera opción clara, y apenas cuatro minutos más tarde un centro rasante de Ivica Olic no fue bien empalmado por los atacantes croatas, pero en la confusión hicieron que el defensa brasileño Marcelo dirigiera el balón contra su propio pórtico.
Brasil, golpeado y confundido, no daba con la solución para ingresar en una impermeable defensa croata. Recién en el minuto 21, un ataque por la derecha encabezado por Neymar, uno de los llamados a lucirse en esta Copa, dio la oportunidad para que el delantero Oscar disparara un cañonazo que fue magistralmente tapado por el portero croata Stipe Pletikosa. Brasil comenzaba a avisar que estaba herido, pero vivo.
Neymar, que protagonizó varios momentos centrales del partido, se ganó una tarjeta amarilla por una falta en el minuto 26, y 120 segundos más tarde encendió nuevamente las ilusiones de los locales, al disparar un zurdazo mordido que se coló pese al esfuerzo de Pletikosa. En el segundo tiempo Brasil salió con otra ambición al terreno, entendiendo que su misión es poner sobre la mesa su famoso “jogo bonito”. No se vio mucho de eso, pero al menos sí hubo mayor eficiencia.
En el minuto 68, un dudoso penal sobre Fred cobrado por el árbitro japonés Yuichi Nishimura fue cambiado por gol por Neymar, que desde este momento y hasta nuevo aviso es el goleador del torneo, con dos tantos. Doce minutos más tarde, una ataque croata que pudo terminar el gol fue frustrado por el árbitro, lo que generó reclamos de parte de los europeos. Sin embargo, en el minuto 90 Oscar marcó el 3-1 definitivo, justo y esperable. Los pentacampeones comenzaron de forma casi perfecta su camino a ganar una Copa en su propio terreno. De hecho, marcaron los cuatro goles del primer partido del Mundial.
Diego Zúñiga