Las líneas aéreas y la hotelería se frotan las manos, a la espera de hacer grandes negocios con el Mundial 2014. Los notables aumentos de precios que se registran auguran que esta será una fiesta cara para los hinchas.
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Los hinchas nacionales y extranjeros que quieran asistir al Mundial de Fútbol de Brasil tendrán que gastar bastante dinero. Por ejemplo, tendrán que contar con aumentos de hasta el 500 por ciento en los precios de los vuelos. Un vuelo de Sao Paulo a Bello Horizonte, para comienzos de noviembre de 2013, se consigue por poco más de 100 euros. Para el 14 de julio de 2014, día en que se jugará el partido inaugural en Bello Horizonte, el mismo vuelo cuesta casi 570 euros.
Muchos de los 600.000 visitantes extranjeros y 3.000.000 de brasileños que se espera acudan a ver los partidos, utilizarán el avión para recorrer las inmensas distancias entre las diversas sedes. La demanda es enorme y ya hace subir los precios, lo cual preocupa al gobierno. Se teme que Brasil adquiera la imagen de país caro y que no pueda librarse fácilmente de ella al término del Mundial. Por eso, se ha creado un comité especial para sostener conversaciones con representantes de las aerolíneas brasileñas, de la asociación hotelera, la FIFA y la operadora oficial “Match”.
Amenazas gubernamentales
“Estamos seriamente preocupados y sostenemos negociaciones con los múltiples responsables”, señala Flávio Dino, presidente de la organización estatal de turismo brasileña Embratur. “Lo importantes es que la oferta pueda cubrir la enorme demanda”, indicó en conversación con medios de prensa internacionales. Al mismo tiempo, advirtió a las aerolíneas que, si no bajan sus precios, el gobierno podría abrir el espacio aéreo brasileño también a los competidores extranjeros durante el Mundial.
Las alzas de precio de los pasajes aéreos son exageradas, a juicio del director general de la Escuela Superior de Publicidad y Marketing (ESPM) de Sao Paulo, Richard Lucht. “Las alzas actuales superan todas las expectativas”, indica. No obstante, no considera sensato abrir el espacio aéreo a aerolíneas internacionales, porque si un proyecto semejante no se prepara apropiadamente, no servirá a nadie. “Además, es dudoso que los aeropuertos internacionales de Sao Paulo y Brasilia tengan capacidad para un mayor número de despegues y aterrizajes”, apunta.
La asociación de aerolíneas brasileñas ABEAR, que agrupa a las cuatro principales empresas del sector, justificó los altos precios para el período del Mundial remitiéndose a la desproporción entre la oferta y la demanda. Además, rechazó la idea de abrir el mercado interno a las compañías extranjeras, afirmando que eso estaría en contradicción con las prácticas internacionales.
Brasil y los preparativos para la Copa 2014
Brasil enfrenta grandes retos: entre 2014 y 2016, el país será sede de la Copa del Mundo y de los Juegos Olímpicos. Pero los brasileños asumen esos desafíos con entusiasmo. Pruebas de ellos se ven en los preparativos.
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País del fútbol
Falta un año para la Copa del Mundo y la selección brasileña de balompié enfrenta algunas turbulencias, pero los hinchas están en plena forma. Brasil es conocido por tener una de las fanaticadas más alegres y animadas del mundo; incluso cuando el equipo juega mal…
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¿Será él quien consiga el título para Brasil?
Los brasileños cifran sus esperanzas en Neymar. El joven de 21 años es el delantero del equipo brasileño y ahora ha sido contratado por el Barcelona. Neymar es un ídolo en el país, principalmente entre los adolescentes: tiene siete millones de seguidores en Twitter.
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Programa billonario
El Gobierno de Brasil invierte en un enorme programa de infraestructura: 800 aeropuertos, 7.500 kilómetros de calles y 10.000 kilómetros de vías de ferrocarril están por construirse. En los próximos años, esas inversiones ascenderán a alrededor de 147 billones de reales.
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28 millones de visitantes
Hasta para un destino turístico tradicional como Brasil, eventos como la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 colocan al país frente a nuevos desafíos. Se estima que cerca de 28 millones de personas viajarán a Brasil para asistir a esos eventos.
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Problemas y explosión de costos
La construcción y la renovación de estadios en Brasil no siempre han estado acompañadas de buena publicidad: la remodelación del Maracaná, en Río, fue muy costosa; las obras del Itaquerão, en Sao Paulo, estuvieron paralizadas temporalmente; y el Estadio Nacional de Brasilia, que fue terminado con retraso, tiene un futuro incierto.
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Un mejor porvenir…
Casi dos billones de reales están siendo invertidos por el Gobierno brasileño en la ampliación de un programa de seguridad para la Copa del Mundo y las Olimpiadas. Ese programa incluye una mayor presencia de la policía en los estadios, la construcción de doce centros de seguridad en las ciudades y la compra de drones de vigilancia.
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Teleférico hacia las favelas
Quien visite Río de Janeiro durante la Copa puede visitar el Complejo del Alemán, una de las favelas más grandes de Brasil. En 2010, la policía y el Ejército redujeron los índices de criminalidad y violencia en la barriada. Ahora, un teleférico lleva a numerosos turistas a esa favela “pacificada”.
Imagen: DW/J. Weber
La Copa como oportunidad excepcional
Muchos perciben la Copa del Mundo como un evento que les brinda posibilidades extraordinarias de participar activamente del boom de Brasil en la escena internacional. Uno de ellos es Fabiano Fernandes: hasta hace poco estaba en prisión, pero ahora disfruta de libertad condicional y contribuye con orgullo a la construcción del estadio de Brasilia.
Imagen: DW/J. Weber
No todos están satisfechos
En esta protesta frente al Maracaná, los manifestantes expresan su insatisfacción con los planes de privatizar el estadio cuando termine la Copa. Después de todo, los costos de remodelación de esa estructura fueron cubiertos con fondos públicos.
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Los futuros futbolistas
En la playa de Copacabana se puede ver a los futbolistas del futuro, jugando al balompié por placer, pero también con la esperanza de convertirse, algún día, en el próximo Neymar. Los niños de la escuela de fútbol Energía aprenden a dominar el balón en un terreno difícil: la arena. El goleador Cleidijames sueña con una carrera como jugador profesional.
Imagen: DW/J. Weber
Con la suerte en las manos
Como muchos otros hinchas, Jarbas Carlini espera que el equipo brasileño conquiste su sexto título mundial. Él tiene entre las manos dos amuletos: una versión antigua y una nueva del trofeo de la Copa del Mundo.
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Alojamiento en las nubes
No solo los vuelos, sino también los alojamientos saldrán caros durante el Mundial. Quien quiera pernoctar en un hotel de tres estrellas en Porto Alegre para acudir allí al estadio el 15 de junio, tendrá que desembolsar cerca de 360 euros. Hoy, una habitación cuesta 64 euros.
Entre el 40 y el 50 por ciento de las habitaciones de hoteles en las 12 sedes del Mundial son ofrecidas por la agencia suiza Match, en paquete con entradas para los partidos. La otra mitad está en manos de agencias de turismo y empresas de internet.
“Match ha sellado contratos con 740 hoteles”, indica Enrico Fermi Fontes, presidente de la asociación hotelera ABIH. El gobierno brasileño ha anunciado entretanto que se propone emprender investigaciones contra Match, ante la sospecha de concertación de precios y cobro de tasas abusivas.
Según Fontes, el Mundial ha perdido de todos modos su carácter de evento multitudinario: “Es un evento para unos pocos, no para muchos. No es un evento al que la población tenga acceso abierto. Ese no fue el caso en África, ni en Alemania, ni en ninguna otra parte”.