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Brasil: la cadena cárnica enfrenta obstáculos ambientales

Nádia Pontes
6 de diciembre de 2024

Con la mayor parte de su ganadería en la Amazonía, la industria cárnica brasileña sigue sin poder garantizar un producto de exportación ajeno a la deforestación.

Ganado pastando cerca de la selva amazónica.
De los más de 238 millones de cabezas de ganado que hay en Brasil, 97 millones se encuentran en la región amazónica.Imagen: Flávio Forner

La industria cárnica brasileña está ganando terreno en el extranjero. Las exportaciones entre enero y noviembre de 2024 alcanzaron los 2,3 millones de toneladas, un 40% más que en el mismo periodo del año anterior. Para producir esta cantidad de carne, se sacrificaron unos 10 millones de animales.

China, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos son los principales destinos, según las estadísticas del ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios. Francia, de donde procedían lascríticas de Carrefoura finales de noviembre, sigue siendo un mercado pequeño para los brasileños. Hasta noviembre de este año, el país había comprado 66 toneladas y ocupaba el puesto 89 en la lista de compradores internacionales.

Aunque Francia tiene un peso pequeño en esta balanza, el país forma parte de la Unión Europea, socio comercial tradicional y estratégico de Brasil. Y a partir de 2025, la nueva normativa del bloque que prohíbe la importación de cualquier producto con rastro de deforestación podría inhibir las exportaciones brasileñas.

Al ser contactada por DW, la Asociación Brasileña de Exportadores de Carne (Abiec) declinó comentar los desafíos planteados por la nueva normativa europea. La asociación está formada por 43 empresas del sector, responsables del 98% de la carne vendida en el extranjero.

¿De dónde procede el ganado?

Resulta difícil garantizar que la industria cárnica no tenga nada que ver con la reciente tala de bosques, porque la mayor parte de las reses del país se encuentran en la Amazonía. De hecho, de las más de 238 millones de cabezas de ganado que hay en Brasil, 97 millones se encuentran en la región amazónica, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Fuente importante de recursos para el país, la ganadería es considerada el principal motor de la deforestación. Más del 90% de la destrucción de la Amazoníaen los últimos 40 años ha sido impulsada por esta actividad, según las imágenes de satélite analizadas por Mapbiomas.

El territorio que alberga la mayor selva tropical del mundo es también líder en tierras de pastoreo en Brasil.Imagen: picture-alliance/dpa/AP/L. Correa

"Y hay mucha ilegalidad, de varios tipos. Deforestación no autorizada, ocupación de tierras públicas, que es acaparamiento de tierras. Y casi todo se convierte en pasto", explica Paulo Barreto, investigador principal del Instituto Amazónico para el Hombre y el Medio Ambiente (Imazon).

No sabemos exactamente qué ocurrirá con este ganado al que se deja pastar en un espacio originalmente ocupado por la selva. Una investigación de Greenpeace en 2020, por ejemplo, demostró que los ranchos situados ilegalmente dentro de unidades de conservación en Mato Grosso eran proveedores indirectos de grandes frigoríficos como Marfrig, Minerva y JBS. Ese mismo año, Amnistía Internacional encontró pruebas de que reses criadas ilegalmente en zonas protegidas de Rondônia se convertían en filetes envasados con la etiqueta de JBS.

Barreto afirma que la granja que vende el ganado directamente a los envasadores de carne puede estar dentro de la ley, pero a menudo compra el ternero en otro lugar, donde puede haberse producido deforestación.

Falta de transparencia

"El sector es reacio a divulgar datos que permitan rastrear el origen del animal. La transparencia permitiría ver dónde está la ilegalidad, pero como no la hay, la sospecha se cierne siempre sobre la actividad. El hecho de que el sector se oponga tanto a la transparencia indica que existe un problema", analiza Barreto.

La encuesta más reciente de Radar Verde, un indicador independiente de la transparencia y el control de la cadena de la carne de vacuno en Brasil, mostró que algo más de la mitad (63%) tiene una política de seguimiento de sus proveedores directos.

El informe concluye que ninguno de los envasadores de carne de la Amazonia Legal cumple las nuevas políticas de exportación de la Unión Europea. "Mejorar la capacidad de rastreo del origen del ganado y aplicar políticas de deforestación cero son pasos fundamentales. La asociación entre la Unión Europea y Brasil tiene el potencial de impulsar prácticas más sostenibles y aumentar así el potencial de seguridad alimentaria para las poblaciones de ambas regiones", recomienda el análisis.

(gg/ers)

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