El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lideró este martes (23.01.2018) un multitudinario mitin en Porto Alegre, antes de que un tribunal de esa ciudad celebre un juicio que lo puede enviar a prisión.

"Sólo una cosa me va a sacar de las calles de este país y eso es el día que yo muera", dijo Lula en el centro de Porto Alegre durante un acto de su Partido de los Trabajadores (PT), la noche anterior al proceso que podría confirmar en segunda instancia una condena a nueve años y medio de cárcel emitida a mediados de 2017, y sacarlo de la carrera electoral.

"Cualquiera que sea el resultado del juicio, yo seguiré en la lucha", agregó el mandatario ante miles de simpatizantes (70.000, según los organizadores), muchos de ellos militantes de movimientos de izquierda llegados desde otros lugares del país para participar en protestas anunciadas para el miércoles.

El exmandatario estuvo acompañado en la tribuna por su sucesora, la expresidenta Dilma Rousseff, y la líder de su partido, Gleisi Hoffmann. "Llegó el momento de que digamos basta", arengó Lula a sus partidarios.

El PT y varios movimientos sociales convirtieron la antesala al juicio en un gran acto político. Los seguidores del expresidente acampan desde hace varios días en una zona céntrica de Porto Alegre, no muy lejos de la sede del tribunal regional de apelación, el TRF4.

El TRF4 puede confirmar el miércoles la condena a prisión de Lula o inhabilitarlo para presentarse a las elecciones en octubre, para las que el carismático exlíder obrero es el claro favorito con el 36 por ciento de apoyo.

El jefe de Estado entre 2003 y 2010, considerado como el artífice del despegue económico brasileño en la década pasada, tiene que responder sin embargo en siete juicios vinculados con el caso "Lava Jato", una megacausa sobre corrupción política iniciada en 2014.

El juez Sérgio Moro, quien tiene a su cargo los principales procesos de "Lava Jato", lo condenó a cárcel en julio de 2017 en un primer juicio, acusándolo de haber aceptado la reforma de un apartamento en la costa de Sao Paulo a cargo de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras.

El caso de Lula polariza desde hace meses al gigante sudamericano, sumido en una grave crisis institucional desde hace años debido a "Lava Jato".

RRR (Dpa/Efe).

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