Brasil: Senado se niega a facilitar el porte de armas
19 de junio de 2019
El Senado de Brasil rechazó un decreto del presidente, Jair Bolsonaro, que busca flexibilizar las normas para la compra y el porte de armas en el país. No obstante, la última palabra la tendrá la Cámara de Diputados.
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Este martes (18.6.2019), tras casi tres horas de discusión, la mayoría de los miembros del Senado de Brasil votaron en contra de un decreto presidencial que busca flexibilizar las normas para la compra y el porte de armas en el país. 47 senadores apoyaron un dictamen de la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara Alta adverso a la propuesta del jefe de Gobierno, Jair Bolsonaro; 28 senadores lo rechazaron. No obstante, la última palabra la tendrá la Cámara de Diputados, donde el oficialismo puede contar con apoyo mayoritario para su programa de "autodefensa”.
Bolsonaro, quien convirtió esa cuestión en uno de los principales puntos de su agenda durante su campaña electoral, había firmado el decreto en cuestión en mayo. El "hombre fuerte” de Brasilia presionó a senadores y diputados para "no dejar morir” el decreto. En un acto oficial, el mandatario defendió su política armamentista describiéndola como "elemental” para el combate de la violencia criminal en las ciudades y en el campo; pero legisladores, expertos y varios sectores de la sociedad consideran que facilitar la circulación de armas sólo incrementará los niveles de violencia vigentes.
Violencia endémica
En 2017 se registraron 65.602 asesinatos en Brasil (31,6 homicidios por cada 100.000 habitantes), según datos oficiales. Esa cifra es tres veces superior al nivel considerado por la ONU como indicador de violencia endémica. En su decreto, Bolsonaro autorizó el porte de armas en la vía pública para políticos, agricultores, camioneros, cazadores y aquellas personas que practican el tiro deportivo. Además, elevó de 50 a 5.000 la cantidad de municiones que pueden ser compradas al año por propietarios de armas, dependiendo del calibre. El presidente no se ha dado por vencido.
La semana pasada, después de que la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara Alta se pronunció negativamente sobre el decreto de Bolsonaro, éste recurrió a las redes sociales para pedirles a sus seguidores que contactaran a los senadores y los instaran a votar a favor de su moción. Ese llamado fue severamente criticado por miembros de la Cámara Alta que recibieron amenazas. La senadora Eliziane Gama (de la formación izquierdista Cidadania) dijo estar "asustada” tras recibir mensajes donde se advertía que sus familiares podrían recibir "un tiro en la cabeza”.
Voluntad popular
"Ese es el perfil de quien está pidiendo hoy al Senado liberar el porte de armas en Brasil”, arguyó Gama. A pesar de la intensa campaña desarrollada en los últimos días en sus redes sociales, Bolsonaro dijo este martes (18.6.2019) que aceptaría una derrota en el Legislativo. "No puedo hacer nada. No soy un dictador; soy demócrata”, afirmó frente a varios periodistas. El senador Sergio Olimpio, mayor de la Policía Militar y jefe del grupo del oficialista Partido Social Liberal (PSL) en el Senado, se cuadró con Bolsonaro y dijo que lo único que hacía el decreto presidencial es "darle voz y voto al más del 60 por ciento de los brasileños que en 2005 dijeron (en referendo) que querían comercio y porte de armas”.
Olimpio se refiere a un referendo no vinculante que terminó siendo ignorado por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. A los ojos de Olimpio, Bolsonaro lo que ha hecho es "corregir” lo que calificó como una "falta de respeto a la voluntad popular”. Entre los defensores de armar a la población se anotó el senador Luiz do Carmo, del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), quien recordó emocionado que, en 2012, una de sus hijas murió en un asalto. "Mi hija tenía 30 años. (…) Pienso que, si hubiera tenido un arma, tal vez estuviera todavía aquí conmigo”, declaró.
erc ( AFP / EFE )
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Brasil: los capítulos de una elección polarizada
Trece candidatos se presentaron en la disputa por el Planalto, en las elecciones que ganó, en segunda vuelta, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Vea aquí los principales episodios de esta disputa.
Imagen: Agencia Brasil/R. Rosa
Entra en escena el financiamiento de las campañas
Ante la prohibición a las donaciones hechas por empresas, el Congreso creó en octubre de 2017 un nuevo fondo de 1,7 mil millones de reales para financiar candidaturas políticas. El 60 por ciento de fondo quedó en las manos de seis partidos: MDB, PT, PSDB, PP, PSB Y PR, dejando a los candidatos independientes con menos recursos.
Imagen: Reuters/A. Machado
Lula es condenado y arrestado
Cuando anunció, en 2016, su intención de disputar la elección presidencial, Lula se convirtió en el líder en las encuestas. En enero, sin embargo, su situación se complicó tras una condena en segunda instancia que lo dejó virtualmente inelegible. En abril, fue arrestado, con la posibilidad de que su candidatura fuera anulada. El PT comenzó a tener dificultades para formar alianzas.
Imagen: Reuters/L. Benassatto
Los "outsiders" salen de la escena
La posibilidad de que Lula quedara fuera y el sentimiento antipolítico entre la población, indicaban que ésta sería la elección de los "outsiders". El exministro del Supremo Joaquim Barbosa y el presentador Luciano Huck llegaron a aparecer en las encuestas. El empresario Flávio Rocha anunció su candidatura. Sin embargo, en julio todos habían desistido.
Imagen: Imago/ZUMA Press/M. Chello
Candidaturas descartadas
La elección de 2018 parecía destinada a superar el número de candidatos de 1989, cuando 22 aspirantes disputaron la Presidencia. En abril había 23 nombres interesados en aparecer en la papeleta, entre ellos el presidente Michel Temer, el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, y el expresidente Fernando Collor. Pero pronto desistieron. En agosto se llegó al número de 13 candidatos en carrera.
Imagen: Marcelo Camargo/Agência Brasil
Los candidatos aislados
La jugada de Alckmin con el "centrón" acabó aislando a otros candidatos. Jair Bolsonaro (PSL) intentó negociar con el PR, pero tuvo que contentarse con el PRTB. Ciro Gomes (PDT) también vio naufragar sus intentos de coalición. Los tres terminaron la fase de convenciones con poco apoyo y tiempo de TV.
La novela de los vices
La fase de convenciones comenzó a finales de julio sin que la mayoría de los precandidatos tuviera un compañero de fórmula. Bolsonaro recibió tres rechazos hasta cerrar con el general Mourão (PRTB). Henrique Meirelles (MDB) y Ciro Gomes (PDT) se contentaron con nombres del propio partido. Alckmin fue rechazado por el empresario Josué Alencar antes de optar por Ana Amélia (PR).
Imagen: Agência Brasil/F.Frazão
El "plan B" del PT
Con Lula virtualmente inelegible, la elección de su vicepresidente pasó a ser un trampolín para el candidato sustituto. A principios de agosto, el PT acabó eligiendo a Fernando Haddad, que desde el inicio del año era visto como "plan B". Manuela D'Ávila (PCdoB) quedó con la curiosa posición no oficial de "vice del vice", asumiendo la posición una vez que se supiera si Lula era candidato o no.
Imagen: Agência Brasil/F.Rodrigues Pozzebom
Ataque a Bolsonaro
El candidato del PSL, Jair Bolsonaro, fue apuñalado durante un acto de campaña en Juiz de Fora. Sus adversarios condenaron la agresión, y algunos llegaron a cambiar el tono de la campaña. Pero no hubo un impacto decisivo en el electorado, pues sigue liderando las encuestas aunque casi con el mismo porcentaje, mientras que el rechazo hacia él aumentó.
Imagen: picture-alliance/dpa/Agencia O Globo/A. Scorza
El intercambio de Lula por Haddad
Después de meses de suspenso y con el aval de Lula, Fernando Haddad fue oficializado candidato a la Presidencia por el PT el 11 de septiembre, a menos de un mes de la primera vuelta, lo que ocurrió una vez que se agotaron todas las posibilidades de que el expresidente participara en la carrera presidencial. El desafío desde entonces fue transferir los votos de Lula a Haddad.