“Brexit”: España y Reino Unido chocan por Gibraltar
Martin Muno
23 de noviembre de 2018
Parece una broma, pero no lo es: el acuerdo sobre el “brexit”podría fracasar por un peñón. Esto demuestra de manera drástica cuán absurdo es todo el asunto, opina Martin Muno.
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La nueva disputa sobre el "brexit” gira alrededor de un peñón de seis kilómetros cuadrados en el suroeste de la península ibérica con unos 30.000 habitantes y cerca de 200 monos. Gibraltar pertenece a Gran Bretaña desde 1704. Aunque se le otorgó también oficialmente al Reino Unido en el Tratado de Utrecht de 1713, España sigue reclamando su soberanía. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, escribió en Twitter este jueves (22.11.2018) que su gobierno "defenderá siempre los intereses de España. Si no hay cambios, vetaremos el ‘brexit‘".
Las reservas de Sánchez son bastante comprensibles. Porque si la frontera de Irlanda del Norte es un tema crucial en las negociaciones, que se debería solucionar hasta 2020 según el actual acuerdo sobre el "brexit”, ¿por qué se tiene que aceptar la futura frontera exterior de la UE entre España y Gibraltar sin comentarios y con consecuencias incalculables para los aproximadamente 10.000 españoles que trabajan allí?
¿Fronteras cerradas?
Sin embargo, es grotesco que la disputa por un peñón pueda socavar el intento de resolver, de manera más o menos razonable, el divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido. El jefe del gobierno español debe saber que el "brexit” sin regulación tendrá también consecuencias imprevisibles para Gibraltar. No es impensable que la frontera entre España y Gibraltar pudiera cerrarse, al menos temporalmente, como fue el caso entre 1969 y 1985. No en vano el 96 por ciento de los votantes del lugar apoyó, en el referéndum sobre el "brexit”, la permanencia en la UE.
Si la disputa sobre el "brexit” se centra ahora en Gibraltar, queda claro lo anacrónico que es su estatus. Gran Bretaña califica, desde 2002, a su península "territorio de ultramar", como las Bermudas o las Malvinas, para evitar el término de colonia o colonia de la corona, de negativa connotación histórica.
Colonia con alto porcentaje de aprobación
De facto, Gibraltar es solo eso, una colonia con un alto porcentaje de apoyo entre la población. En los dos referendos sobre su estatus futuro, casi el 100 por ciento de los votantes votó a favor de mantener las cosas como hasta ahora. España, sin embargo, debe tener cuidado de no condenar duramente el colonialismo británico e insistir en su existencia anacrónica. España tiene también dos enclaves al otro lado del Mediterráneo: Ceuta y Mellila.
Por encima de todo, este teatro en torno a un peñón deja una cosa bien clara: a pesar de todos los intentos de domesticarlo burocráticamente, el "brexit” es una locura. Y aún no está claro qué aspecto tendrá dicha domesticación, ya que el acuerdo sobre el "brexit”, que será anunciado por los líderes de la UE el domingo, ha dejado pendientes otros muchos problemas. Y también está aún por verse si la Cámara de los Comunes británica dará el visto bueno al documento.
El peor de los casos sería el "brexit” no regulado. Un exministro de Relaciones Exteriores como el exlíder del "brexit”, Boris Johnson, podría hacer frente a sus repercusiones gracias a una pensión generosa. Pero para muchas personas, especialmente en el área fronteriza, los efectos pueden ser devastadores.
(rmr/er)
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Estos son los protagonistas del "brexit"
Reino Unido está abandonando la UE. ¿Quiénes son los protagonistas de este drama? Acá revisamos a los involucrados en este desordenado divorcio.
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La líder dubitativa: Theresa May
Theresa May se convirtió en primera ministra luego de que David Cameron renunciara al cargo tras la votación del "brexit", en junio de 2016. Desde entonces, May ha intentado determinar qué tipo de "brexit" quiere su Gobierno. La línea más dura del Partido Conservador busca una salida a toda costa. Otros prefieren mantenerse cerca del bloque. La UE ha rechazado muchas de las exigencias de May.
El líder laborista no juega ningún rol en las conversaciones sobre el "brexit", pero es influyente en su condición de jefe del principal partido opositor. Los laboristas han presionado al Gobierno, que tiene ligera mayoría en el Parlamento, para obtener un "brexit" suave. Pero la actitud de Corbyn ha sido tibia. En 1975, el izquierdista votó por la salida de Reino Unido de la Comunidad Europea.
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El enemigo bullicioso: Boris Johnson
Los dos turbulentos años de Boris Johnson como ministro de Exteriores llegaron a su fin el 9 de julio de 2018. El conservador había sido uno de los principales rostros de la campaña por salir de la UE y siempre desaprobó la propuesta de "brexit suave" de May, señalando que lo mejor era un quiebre total con la UE. En su día, fue el segundo miembro del gabinete en renunciar en 24 horas.
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El alegre exdelegado: David Davis
David Davis encabezó el Departamento Británico para la Salida de la UE y fue jefe negociador de su país hasta que dejó su puesto, el 8 de julio, 24 horas antes de que Downing Street anunciara también la salida de Boris Johnson. Davis se había opuesto durante años a la UE y por ello se le otorgó el cargo. Estuvo en varias rondas de negociaciones con su contraparte de la UE, Michel Barnier.
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Tras los pasos de Davis: Dominic Raab
Tras la renuncia de David Davis, Theresa May convocó al euroescéptico Dominic Raab. Este legislador pro "brexit", había ejercido antes como jefe de personal de Davis. Previamente, había trabajado para un negociador palestino en el proceso de paz de Oslo, además de desempeñarse como abogado internacional en Bruselas. El 15 de noviembre, también Raab renunció al cargo.
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El diplomático del cambio: Jeremy Hunt
Jeremy Hunt fue el encargado de Salud del Reino Unido hasta que reemplazó a Johnson como titular de Exteriores, en julio de 2018. El político, de 51 años, había apoyado la permanencia en la UE, pero dijo en 2017 que había cambiado de opinión en respuesta a la "arrogancia de la Comisión Europea" en las conversaciones sobre el "brexit". Se ha comprometido a lograr "un gran acuerdo" para Reino Unido.
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El duro: Nigel Farage
Nigel Farage fue el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido ((UKIP) hasta julio de 2016. En su rol, ayudó a presionar al entonces premier David Cameron para que llamara a un referéndum sobre el "brexit". Fue un activista en la campaña por dejar la UE, y todavía tiene cierta influencia en las conversaciones debido a su enorme popularidad entre los que apoyan el "brexit".
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El hombre de las finanzas: Arron Banks
El empresario Arron Banks es amigo de Farage y donó una cantidad de dinero importante al antiguo líder de UKIP, llegando a convertirse en el mayor financista del movimiento por la salida de la UE. Tuvo varias reuniones con autoridades rusas antes del referéndum, pero ha rechazado acusaciones de haberse coludido con Rusia de cara al "brexit", calificando las denuncias como una "cacería de brujas".
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Los jefes europeos: Jean-Claude Juncker y Donald Tusk
Los presidentes de la Comisión Europea (Juncker) y del Consejo Europeo (Tusk) son los cargos más importantes dentro del bloque. Juncker dirige el Ejecutivo. Tusk representa a los 27 gobiernos de la UE. Y ambos han liderado la posición de Bruselas en las negociaciones. Lo que diga Tusk es muy importante: sus 27 jefes -y no la Comisión- son los que votarán el acuerdo que se alcance con Londres.
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El europeísta acérrimo: Michel Barnier
Desde que fue nombrado negociador principal para el "brexit", en octubre de 2016, el exministro de Exteriores de Francia y comisionado europeo se ha convertido en un nombre familiar en la UE. Pese a su prominencia, Barnier tiene un margen de acción limitado. Su función es seguir las estrictas directrices que imponen los 27 e informar periódicamente de los avances en las conversaciones.
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El vigilante inquieto: Leo Varadkar
El premier irlandés ha sido uno de los líderes más importantes durante las negociaciones. Reino Unido ha dicho que abandonará la unión aduanera y el mercado único de la UE. Eso significa que Irlanda, miembro de la UE, podría reinstalar controles aduaneros en la frontera con Irlanda del Norte, una región británica. Pero Varadkar ha dicho que el regreso de una "frontera dura" no es aceptable.
Los líderes de los 27 gobiernos de la UE han dirigido las negociaciones. Han acordado los lineamientos generales que deben encauzar el camino del jefe negociador Barnier, y han ayudado a crear una posición común que debe ser coordinada por Tusk y Juncker. Cada gobierno puede, además, influir en el resultado final, pues el acuerdo debe ser aprobado por unanimidad.