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Brexit: la frágil posición de Theresa May

Barbara Wesel
13 de diciembre de 2018

Theresa May ha salido airosa de la moción de censura planteada por su propio partido, pero está debilitada. Y los problemas siguen, porque no hay mayoría en el Parlamento para dar vía libre a su acuerdo del "brexit".

Imagen: picture-alliance/AP/T. Ireland

Los conservadores británicos más veteranos suelen comparar al ala más derechista del partido "tory” con un estanque lleno de cocodrilos, en el que el líder conservador solo logra sobrevivir si lanza regularmente a las fieras un trozo de carne. Tras la moción de censura a la que fue sometida en la tarde de este miércoles (12.12.2018), a Theresa May ya no le queda nada que arrojar a la jauría. Los partidarios del "brexit” duro han olido la sangre y no se van a conformar con que la primera ministra haya autolimitado su tiempo de mandato.

 Los problemas continúan

"¿Por qué cambiar a la cantante si la canción sigue siendo la misma?”, resumió Michael Heseltine, un veterano conservador que en 1990 contribuyó a la caída de Margaret Thatcher. Hay una cuestión relevante tanto para May como para su partido: la líder conservadora ha ganado la revuelta contra su persona, pero cada vez está más claro que carece del respaldo necesario para que su acuerdo sobre el "brexit” gane la votación en el Parlamento.

Un tercio de los diputados de su propio partido han mostrado tarjeta roja a May. Sobre todo los líderes de la rebelión contra la primera ministra propagan la idea de un "brexit” duro. Inmunes a las advertencias de la economía, aseguran que no será tan malo y que la "Global Britain” quedará así libre de las garras de la Unión Europea.

"Lame duck", así califica el "Daily Mirror" a Theresa May. Imagen: DW/B. Wesel

En la tarde de la rebelión, Theresa May prometió a su gente que traería concesiones de Bruselas en el tema de la frontera con Irlanda, con el fin de convencer a sus propias filas y a los diputados de la DUP, el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte. Pero los "brexiteers” duros quieren que la cláusula dirigida a impedir una frontera rígida con Irlanda tenga fecha de caducidad. Hasta cierto punto, la UE está dispuesta a ayudar a May, pero ¿qué valor tendría ese punto del acuerdo si se le incorporara una fecha de finalización? Bruselas no le puede dar tal fórmula vinculante legalmente. May ha vuelto a demostrar que retuerce descaradamente la verdad con tal de continuar en el puesto.

No hay mayoría para apoyar el acuerdo del "brexit”

La votación del Parlamento británico sobre el acuerdo de "brexit” ha quedado pospuesta, pero tendrá que celebrarse hasta el 21 de enero de 2019 a más tardar. Es el momento que esperan los conservadores rebeldes. Y si los laboristas se aferran a su estrategia de esperar a la derrota en la votación sobre el acuerdo de May para después derrocarla con una moción de censura en la Cámara Baja, la primera ministra se verá ante un nuevo jaque mate. 

En el gabinete de May, hay quien apremia para que la votación se produzca antes de Navidad. Quieren dejar la derrota tras de sí con el fin de tener manos libres para emprender un cambio de rumbo. Más bien parece el instinto de May el que hace apostar a la primera ministra por dejar que transcurra el tiempo: si durante la pausa navideña los diputados son capaces de imaginarse el horror de un "brexit” duro, quizá accedan en enero a aceptar su acuerdo.

106 días antes de que expire el plazo para consumar el "brexit”, las partes continúan con sus juegos de estrategia sin que el correr de las manijas del reloj las impresione. En Londres hierve la lucha de poder por el Gobierno. El tema ha dividido al país y a los dos grandes partidos y no hay perspectivas de que la situación vaya a mejorar. Algunos apoyos de May han instado a la primera ministra a buscar un consenso más allá de los partidos, pero el corto discurso que pronunció ante el número 10 de Downing Street tras su victoria frente a los "tories” rebeldes no dejó lugar a la esperanza. May habló de unir el país, pero no hace nada para superar la brecha. En lugar de ello, alaba continuamente "su brexit” como el único posible y lo hace con el método TINA, acrónimo de "There Is No Alternative” (No hay alternativa)

Advertencias sobre la economía

La pasada semana, la libra esterlina estuvo en una montaña rusa dependiendo de las noticias que llegaban desde Londres sobre el "brexit”. Tras la votación que tuvo lugar ayer entre los conservadores, la moneda volvió a caer. A los mercados les pareció poco convincente la victoria de May. Stephen Martin, director de la Asociación británica de Economía, dijo de forma incisiva: "Preferimos un ‘brexit' sin acuerdo antes que el resultado de posponer una y otra vez la votación sobre el acuerdo y las luchas políticas internas".  Y la Cámara de Comercio espera que "los jueguitos políticos” terminen de una vez, porque "la seguridad es necesaria para el futuro”. Aunque el mercado de trabajo sigue estando en buenas condiciones en Reino Unido, el crecimiento del último cuatrimestre ha descendido hasta el 0.1 por ciento, lo que significa que está prácticamente parado. En Londres se advierte de la salida de trabajadores de los institutos financieros y la agencia de calificación Standard & Poor's sigue valorando  negativamente las perspectivas del país. En ese sentido, los portavoces de empresas y asociaciones están de acuerdo en que Reino Unido no está lo suficientemente preparado para un "brexit” duro.

(ms/ers)

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