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Ayuda para Europa

16 de septiembre de 2011

Los Estados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) discutirán la posibilidad de medidas de ayuda para la Eurozona. Sin embargo, el precio por dicha ayuda sería alto. Un comentario de Grahame Lucas.

¿Quién en Europa lo habría imaginado? El grupo de Estados BRICS,  integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se reunirán pronto para discutir posibles medidas de ayuda para Europa. Apenas algunos años atrás, estos países eran considerados desde la perspectiva europea como países emergentes. Pero los tiempos cambian rápidamente.
 
En Europa sucede ahora lo que muchos habían temido por años. La estancada integración política de la Unión Europea (UE) redunda en la cercana imposibilidad de los Gobiernos de los países del euro de encontrar respuestas a la actual crisis del euro. Cada día aumenta la probabilidad de que Europa dependa de la ayuda internacional para superar su crisis. Sin embargo, ésta se hace esperar, como demostraron las fallidas conversaciones de la semana pasada en la cumbe del G-7, el grupo de los países industrializados más ricos del mundo.
 
Estados BRICS temen por exportaciones
 
Grahame LucasImagen: GMF
Es evidente que los países BRICS miran con gran preocupación hacia Europa. Tienen mucho que perder. Las relaciones comerciales con Europa y Alemania son dinámicas, y adquieren cada vez más importancia. Pero si el euro sigue perdiendo valor, sus exportaciones serían demasiado caras. Así, difícilmente podrían encontrar compradores en Europa. Ello, empero, no sería lo peor.
 
Ante la crisis presupuestaria y la amenaza de insolvencia de Estados Unidos, la respuesta de los BRICS fue comprar euros. Una parte de su reservas en divisas fue invertida en euros, y se rechazaron dólares. Con una nueva caída del euro las pérdidas ascenderían a miles de millones. Más allá de esto, la UE podría responder con una expansión de los aranceles de importación para proteger el mercado único europeo. Este costo también lo asumirían los países BRICS. Qué tan real es esta amenaza lo demuestra la decisión adoptada por la UE el pasado jueves (15.09.2011) de imponer derechos aduaneros de protección contra la importación de azulejos de China. Con ello la UE pretende evitar un supuesto dumping por parte de empresas chinas.
 
Consecuencias políticas y económicas
 
¿Cómo podrían entonces ayudar los países BRICS, en especial China, a Europa? China y Rusia podrían comprar bonos estatales europeos de alto riesgo para estabilizar la situación en la eurozona. Ésto, ciertamente, no es atractivo. En consecuencia, este tipo de ayuda tendría su precio.

China no oculta el hecho de que prefiere invertir en industrias clave en Europa, así como importar cada vez más productos de alta tecnología. Europa, hasta ahora, rechaza esta opción. Una venta de empresas líderes en tecnología tendría sin duda repercusiones no sólo económicas sino también en la política de seguridad. Por otra parte, Europa perdería, y especialmente Alemania, la ventaja tecnológica gracias a la cual sus productos son líderes en el mundo.
 
Las exigencias de China
 
Pero con cada día de la eurocrisis ese “no” es más difícil de pronunciar, ya que China negocia ahora desde la posición del más fuerte. Beijing ya ha puesto la palanca en marcha y pone exigencias. La dirección política del país busca el reconocimiento como una "economía de mercado" por parte de la UE. No obstante, desde la perspectiva de la UE el país asiático no cumple ni remotamente con los requisitos. Esta medida le abriría las puertas a las empresas chinas al mercado europeo. Asimismo, China podría proteger sus productos baratos de las sanciones de la UE.
 
Entretanto, para Europa está mucho en juego. El tiempo se acaba. ¿Podrá el Viejo Continente superar con sus propias fuerzas la crisis del euro? O ¿dependerá de la ayuda internacional? La nueva directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, calificó la posible ayuda de los países BRICS como "un desarrollo interesante". Con lo cual los subestima. Si los políticos de Europa fallan, el precio para la comunidad del euro será alto, y las consecuencias conllevarían a un cambio de paradigma de proporciones históricas.
 
Autor: Grahame Lucas
Editor: Pablo Kummetz
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