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Brumadinho: la presa que no pasó la inspección técnica

18 de febrero de 2020

Hace un año 270 personas murieron en Brumadinho, Brasil, en un deslizamiento de lodo después de la ruptura de una presa. Ahora, la fiscalía de Múnich también investiga a la empresa de certificación alemana TÜV Süd.

Brasilien, Brumadinho: Dammbruch
Imagen: picture-alliance/AP/L. Correa

Entre los clientes del jurista alemán Ulrich von Jeinsen están las víctimas europeas del atentado de la discoteca La Belle, de Berlín, en 1986, numerosos estadounidenses en el juicio por terrorismo contra Mounir el-Motassadeq por el ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y los familiares de las víctimas del accidente del Concorde, en julio de 2000. Por lo tanto, cuando Von Jeinsen se hace cargo de un caso para reclamar daños y perjuicios para sus clientes, las luces de alarma del acusado se encienden.

Ahora, el experto en Derecho Internacional de Daños representa a 1048 familiares y varias comunidades de Brasil que demandan a la Agencia de Inspección Técnica TÜV Süd en Alemania. La acusación: homicidio por negligencia, soborno y violación de los deberes de supervisión, que condujo a uno de los mayores accidentes industriales de la historia de Brasil.

"He lidiado con barcos, con aviones, ahora es una presa", dice von Jeinsen, que investiga en qué medida la compañía con sede en Múnich falló al verificar en 2018 la presa de una mina de hierro y certificar que esta era segura.

Von Jeinsen está absolutamente convencido de que TÜV Süd violó su obligación de inspección: "Esto se hace evidente en los archivos de la investigación de la Comisión de Finanzas de Brasil y la oficina del fiscal brasileño. Y un dictamen jurídico también confirmó que TÜV Süd en Múnich era responsable de las actividades de la filial en Brasil".

No sólo está en juego la reputación de TÜV SÜD, sino también mucho dinero. Un montón de dinero. "El resultado final serán demandas por daños y perjuicios de varios cientos de millones de euros", advierte Ulrich von Jeinsen.

"Más valor, más confinza", reza el logo de TÜV SÜD en Brasil.Imagen: Imago/Fotoarena

TÜV se defiende

TÜV Süd, que gana casi la mitad de su facturación anual de más de dos mil millones de euros en el extranjero, alega que están siendo acusados injustamente. Consultada por DW, la compañía alemana responde: "El terrible accidente del 25 de enero de 2019 nos ha afectado profundamente. Nuestros pensamientos siguen estando con las víctimas y sus familias. Sin embargo, estamos convencidos de que TÜV Süd no tiene responsabilidad legal por este accidente. Por lo tanto, TÜV Süd se defenderá contra las demandas por daños y perjuicios. Le pedimos que entienda que no haremos más comentarios sobre ninguna otra pregunta debido a los procedimientos en curso".

Hay mucho en juego para la compañía porque ahora TÜV Süd también está siendo investigada en Alemania. Dentro de unas semanas, los fiscales y agentes policiales de Múnich viajarán al estado brasileño de Minas Gerais para investigar por qué se derrumbó el 25 de enero de 2019 una presa de la mina de hierro cerca de la pequeña ciudad de Brumadinho. Y qué responsabilidad tiene TÜV Süd en esto.

Cannelle Lavite, del ECCHR.Imagen: ECCHR

Defensores de derechos humanos también denuncian

Canelle Lavite, experta en derechos económicos y humanos del Centro Europeo por los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), pudo contar mucho a los investigadores. Ella estuvo Brumadinho en junio de 2019 y habló con varios de los familiares de las víctimas. "Sobre todo, la gente quiere que esto nunca vuelva a suceder. Nunca escucharon una palabra de disculpa hasta el día de hoy; eso los deprime mucho. Al menos quieren una disculpa y una aceptación de culpa", explica.

El ECCHR también presentó cargos penales contra TÜV Süd ante el fiscal de Múnich, y hay buenas razones para ello. "Si no actuamos contra esta compañía, que era consciente de los peligros de la presa y aún la certificaba, nada cambiará en la minería en Brasil y en el sistema, y esto continuará para siempre", dice Lavite.

Brumadinho no es un caso aislado en Brasil. Cuatro años antes, el 5 de noviembre de 2015,dos represas se rompieron en Mariana, a 150 kilómetros de distancia, en una cuenca de retención para la extracción de hierro, y 19 personas fueron víctimas del deslizamiento de tierra. "La impunidad, que era tan típica del desastre de Mariana, se rompió un poco por primera vez y ahora hay investigaciones, cargos criminales y reclamos por daños", señala Lavite.

Y no solo en Brasil, donde la fiscalía de Minais Gerais en su acusación de 460 páginas atestigua que TÜV Süd tiene una responsabilidad significativa por el accidente, sino también en Alemania. "Si una empresa en Europa opera de manera transnacional, como en el caso de Brumadinho, también es responsable si se violan los derechos humanos", explica la experta del ECCHR.

(ct/cp)

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