La presidenta de la Comisión Europea amenazó a Alemania con llevarla eventualmente ante la justicia a raíz del fallo muy crítico del Tribunal Supremo alemán contra el BCE, y que países como Polonia quieren utilizar en su favor en el pulso que mantienen con las instituciones de la UE.
"Me lo tomo muy en serio", declaró Ursula von der Leyen en una respuesta escrita a una pregunta del diputado ecologista alemán del Parlamento Europeo Sven Giegold, que publicó este domingo (10.05.2020) la carta en su cuenta de Twitter.
"La Comisión está analizando en detalle el fallo de más de cien páginas del Tribunal Constitucional federal alemán" y "sobre la base de las conclusiones examinaremos las próximas etapas posibles que pueden ir hasta una demanda por infracción a los tratados europeos", escribe la presidenta del ejecutivo europeo.
El máximo órgano de justicia alemán criticó la política de ayuda del Banco Central Europeo (BCE) a la zona euro con la compra masiva de deuda pública y al mismo tiempo puso en duda el fallo del Tribunal Europeo de Justicia que valida esa política. Los jueces constitucionales alemanes dieron un plazo de tres meses al BCE para que demuestre que su política de apoyo económico presenta más ventajas que inconvenientes.
"Le puedo garantizar que la política monetaria en la Unión Europea corresponde a una competencia exclusiva, el derecho europeo prevalece sobre el derecho nacional", respondió Von der Leyen, que antes de ir a Bruselas fue ministra de Defensa de Alemania. Esta "guerra de jueces" dio pie a los euroescépticos que militan por la primacía nacional sobre los supranacional en el seno de la UE.
El fallo alemán no pasó desapercibido en países como Hungría y Polonia, reticentes porque la justicia europea les ha impuesto restricciones al estado de derecho nacional. El jefe de gobierno polaco saludó la decisión del tribunal supremo alemán como uno de los "fallos más importantes en la historia de la Unión Europea", en una tribuna publicada el domingo en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ). (AFP)
Normativas de la Unión Europea
Algunas normas de la UE parecen innecesarias y hasta ridículas, pero todas tienen su razón de ser.
La medición de una banana
Esto es un ejemplo ideal para las normativas europeas: según la Unión Europea, todas las bananas que se introduzcan o se produzcan en la UE deben tener una longitud de por lo menos 14 cm y un grosor de 27 mm. No deben tener daños en su exterior ni estar demasiado maduras. Esto asegura que en el supermercado solo se vendan productos frescos.
Desayuno electrizante
¿Quién hubiera pensado que la miel también es conductora de electricidad? Los expertos de la UE lo saben, y por eso la miel europea solo puede llegar al mercado si se verifica que su conductividad sea inferior a los 0,8 microsiemens por centímetro. Pero la norma no se hizo para evitar descargas, sino porque sirve para diferenciar los diferentes tipos de miel.
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Nostalgia por la antiguas bombillas
Las bombillas desaparecieron del mercado europeo en 2009 para ahorrar energía, pero las nuevas bombillas contienen mercurio, que debe ser desechado según normas especiales. Las nuevas bombillas LED poseen una luz más cálida, no tan blanca como las primeras en salir a la venta.
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Leyes para los teleféricos
Todos los Estados alemanes tienen la obligación tener con una ley sobre teleféricos, para contar con una normativa en caso de querer instalar uno. El Estado de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania, también tuvo que aprobar una ley al respecto, a pesar de que su altura no sobrepasa los 168 metros sobre el nivel del mar.
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Selección y separación de desechos
En Alemania, los desechos de papel se depositan en un tonel de basura de color azul. El plástico, en uno de color amarillo. El resto de la basura va al tonel de color gris. Pero en Europa los colores de los toneles varía. En este caso, aún falta una directiva que los unifique.
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Trenes de vía ancha
En tren de Tallin a Madrid: suena simple, pero no lo es. El ancho de vía estándar que se utiliza en la red ferroviaria de la Unión Europea es de 1.435 mm. En España y Portugal, sin embargo, la distancia entre los carriles es mayor. En ambos casos se utiliza la denominada 'vía ancha Ibérica' (de 1.668 mm). Así, la falta de un reglamento europeo supone más transbordos para los pasajeros.
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Un enchufe para todos los europeos
Todavía es necesario llevar un adaptador si se viaja a otros países de la Unión Europea, ya que no existe una norma europea común. Unificar los enchufes no solo sería importante para los consumidores, sino también para la industria, que debe producir diferentes enchufes para diferentes países.
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Diversidad de siluetas del semáforo
Las siluetas de los semáforos de ciudades como Roma, París, Londres, Varsovia, o Berlín no se parecen demasiado. Incluso dentro de Alemania hay diferencias. ¿Llegará alguna vez el hombrecito del semáforo a ser común a toda la Unión Europea?
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Buzones europeos
Si bien existe una norma que regula su volumen, su apertura y su tamaño, no hay una norma que establezca la forma que deben tener los buzones en la Unión Europea. Esto permite que cada país pueda elegir el diseño.