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Bruselas brinda pleno respaldo a Blix

16 de enero de 2003

El jefe de los inspectores de armas de la ONU y altos representantes de la UE coincidieron en indicar que aún puede evitarse la guerra contra Irak, aunque acentuaron la presión para instar Saddam Hussein a cooperar.

Hans Blix y Javier Solana analizan la crisis iraquí, en la sede de la UE.Imagen: AP

La visita del jefe de los inspectores encargados de verificar el desarme iraquí a la sede de la Unión Europea, no puede ser interpretada como un mero gesto de cortesía, sin mayor trasfondo político. Demasiado tensa está la situación como para perderse en galanterías diplomáticas. Tampoco fue una visita únicamente informativa. Al menos no hubo grandes revelaciones en las conversaciones que sostuvo con el coordinador de la política exterior y de seguridad europea, Javier Solana, y el comisario de Relaciones Exteriores de la UE, Chris Patten.

Los mensajes de la visita

Hans Blix, a todas luces, eligió el escenario de Bruselas para enviar principalmente dos mensajes. El primero: los países europeos tienen un papel importante que desempeñar en el conflicto iraquí, que amenaza cada vez más con desembocar en la tan anunciada guerra contra Bagdad. De paso, el encargado de la misión de la ONU aprovechó además para subrayar así su independencia, ante los rumores sobre las presiones que Washington estaría ejerciendo. Sin emplear sordina, aseguró que su grupo trabaja para la totalidad del Consejo de Seguridad y no se deja utilizar por nadie.

El segundo mensaje, igual de claro, va dirigido a Bagdad, en tono perentorio: los iraquíes deben colaborar activamente, para convencer del todo al Consejo de la ONU de que no poseen ya ningún tipo de armas de exterminio masivo. A todas luces, el propio Blix no tiene certeza alguna al respecto, pese a carecer aún de pruebas sobre la existencia de los arsenales de Saddam Hussein. De ahí que exhortara a quienes sostienen que Bagdad oculta armas, a decir también dónde se encuentran.

Las advertencias del jefe del equipo de inspectores, en todo caso, no dejaron lugar a dudas en cuanto a lo candente de la situación. Él mismo la definió como "tensa y muy peligrosa", subrayando que hay sólo dos alternativas para resolver el conflicto: el éxito de su misión, con el consiguiente desarme de Irak, o la confrontación militar.

No todo está perdido

Pese a todo el pesimismo que se pueda deducir de sus palabras, lo cierto es que también manifiestan que Blix todavía no ha dado nada por perdido. En su opinión, el asunto tampoco habrá concluido con el reporte que presentará el 27 de enero al Consejo de Seguridad, ya que dijo tener casi la seguridad de que se le encargaría un nuevo informe para febrero.

En este punto, el apoyo de los europeos podría ser crucial para la misión de los inspectores, teniendo en cuenta que Washington se esmera en acelerar la cuenta regresiva. También Javier Solana tiene claro que el tiempo no es infinito, pero abogó por una nueva resolución del Consejo de Seguridad, antes de que se adopten decisiones sobre una intervención militar. En plena coincidencia con los planteamientos de Blix, el coordinador de la política exterior de la UE indicó que aún es posible evitar la guerra, pero todo depende de Saddam Hussein.

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