Unanimidad existe en cuanto a que la UE no reconoce los resulados de las elecciones en Venezuela. Acerca de lo que pase después del cinco de enero no hay nada previsto. El tiempo de negociaciones se abre.
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Tanto como el resultado de las elecciones parlamentarias, la reacción de la Unión Europea a ellas estaba cantada: el proceso no ha sido creíble y por tanto lo que surja de él, tampoco lo es. Después del Consejo de ministros de Asuntos Exteriores, al día siguiente de la convocatoria venezolana para renovar la Asamblea Nacional, el Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ratificó lo anunciado: no se reconocen las elecciones por falta de respeto al pluralismo, por no ser creíbles.
"Llamamos a las autoridades venezolanas a juntarse para iniciar un proceso de transición conducido por los venezolanos", declaró Borrell.
¿Signfica eso que Bruselas seguirá apoyando a Juan Guiadó como presidente interino? "No hemos acordado nada más", aseguró el Alto Representante en rueda de prensa, lamentando que hayan sido vanos los esfuerzos europeos por lograr unos comicios creíbles para la comunidad internacional.
Bruselas busca el más amplio consenso internacional
Pero entonces,¿ahora qué? Con una Asamblea Nacional que pierde su mandato el cinco de enero de 2021 y con una nueva cámara que no es legítima, ¿qué pasará? La UE consesuará su posición acerca de la vieja y la nueva Asamblea hasta entonces.
Hasta ese momento, así altos funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), se intentará lograr el mayor consenso posible entre los europeos y otros actores, tanto regionales como internacionales. En ese contexto, el jefe de la diplomacia europea tendrá, antes de Navidad, una reunión con el ministro de Exteriores de Perú, en representación del Grupo de Lima.
Cabe recordar que el Grupo de Lima –integrado por doce países latinoamericanos, entre ellos Brasil, Chile y Colombia, y apoyado por la OEA- surgió como respuesta a la crisis venezolana. Y que a pesar de sus fallidos intentos, la mediación de Noruega sigue en pie.
Además, a pesar de que fuera originalmente creado solo para tres meses, el Grupo Internacional de Contacto sigue activo. Éste último fue creado a comienzos de 2019; actualmente lo integran Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia; Costa Rica, Ecuador, Uruguay y Argentina, en reemplazo de Bolivia.
La posición de la nueva administración de Estados Unidos, con Joseph Biden en la Casa Blanca, también entraría en ese amplio consenso.
Estado fallido o no, Venezuela sigue existiendo
Por lo pronto, a la reunión informal de los ministros de Exteriores de la UE y América Latina y el Caribe -programada para el 14 y el 15 de diciembre y organizada por la presidencia alemana del Consejo Europeo- Venezuela no está invitada.
¿Cuál sería el escenario más realista para el consenso internacional en esta compleja situación? ¿Juan Guiadó seguirá siendo reconocido como presidente interino?
Según comentó a DW Leopoldo López Gil, diputado por España y miembro de la Comisión de Exteriores de la Eurocámara, "tendrá que seguir siendo Guiadó mientras su mandato no sea sustituido por un proceso legítimo, así lo prevén las leyes venezolanas”.
Con respecto a la ausencia de Venezuela en la reunión de Berlín, y a su posible ausencia en futuros encuentros, López Gil, político venezolano nacionalizado español en 2015, comenta: "Sería un absurdo, porque aunque no se reconozca la legitimidad de un gobierno, o sea un Estado fallido, los países siguen existiendo, no se borran del mapa o una oposición no los borra del mapa. Puede que no sea de inmediato, pero tendrá que venir algún tipo de reconocimiento”. Pero Bruselas se da tiempo hasta comienzos del 2021.
Factor elocuente: la abstención de los venezolanos
Como fuere, según los resultados oficiales, en la recién votada Asamblea Nacional, de los 277 diputados, 240 son afines a Nicolás Maduro. A pesar de la presión oficial para que la gente acudiese a las urnas, la participación ha sido muy baja. Según la oficialidad, el 31% del padrón electoral acudió a depositar su voto; según Meganálisis, empresa de sondeos, la participación fue del 19,13%. "No haber logrado movilizar a los venezolanos", es un elemento para la UE, dijo Borrell.
Al respecto, López Gil explica: "Usualmente, la participación en elecciones no presidenciales es muy baja. Teniendo en cuenta que solamente un 40% del electorado pensaba que estas elecciones eran fiables, estaba previsto que no superara el 20%. Pero que estas elecciones no sean reconocidas internacionalmente tiene que ver con el proceso fraudulento, no con la participación”.
Por otro lado, a la vez que los ministros de Exteriores han consensuado su posición ante las elecciones de Caracas, han aprobado el instrumento para sancionar a todo actor estatal o no estatal responsable de violaciones a los derechos humanos. ¿Esto aplicaría para Venezuela? Sí, sin obstar que ya haya sanciones sobre varias decenas de los miembros del gobierno.
En cualquier caso, como observador internacional en los comicios venezolanos, José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente español -que fuera enviado especial de la diplomacia europea para la búsqueda del diálogo en Venezuela-, llama a la UE a que "reflexione acerca de lo que ha dado de sí la política de sanciones”.
Esta declaración ha enardecido a buena parte de la oposición que no participó en los comicios y que ve en más sanciones un camino para lograr una transición. Viniendo del ex enviado especial para Venezuela, ¿no es incoherente con el derrotero actual y los nuevos instrumentos de la UE? La diplomacia europea se desmarca de esas declaraciones del ciudadano Rodríguez Zapatero. Y aboga por comenzar un proceso de transición, asegurando que está dispuesta a trabajar con todos los actores relevantes.
Venezuela: un país desangrado
El 6 de diciembre se llevaron a cabo elecciones parlamentarias en Venezuela en medio de la peor crisis en años. Hambre y escasez caracterizan la vida cotidiana en el país. La necesidad se manifiesta de muchas formas.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
Neveras vacías
En 2018, la nación caribeña registró la inflación más alta en su historia: 65.374%, según el portal alemán Statista. En el mismo año, el Fondo Monetario Internacional incluso calculó la inflación en 1.370.000%. Debido a la falta de divisas, apenas se pueden importar bienes. Comprar en los supermercados es imposible para la mayoría de los venezolanos debido a los altos precios.
Imagen: Alvaro Fuente/ZUMA Press/imago images
Alimentando a los pobres en la ciudad de Valencia, estado Carabobo
Solo aquellos que traigan su propio plato o envase pueden comer algo. Incluso las organizaciones de ayuda humanitaria carecen de cubiertos desechables. El otrora rico país ha estado sufriendo una grave crisis de abastecimiento durante años. Hay escasez de todo: comida, medicinas y las cosas más básicas, como jabón y pañales.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Los niños se mueren de hambre
En Caracas, los niños extienden desesperadamente los brazos cuando Caritas u otras organizaciones distribuyen alimentos. Muchos no han comido en días. El 96 por ciento de los hogares vive en la pobreza, 64 por ciento en pobreza extrema, según un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello. La carne, el pescado, los huevos, las frutas y las vegetales solo se sirven en muy pocas familias.
Imagen: Roman Camacho/ZUMA Press/imago images
Sistema de salud al borde del colapso
El que lamentablemente tenga que ir a un centro de salud, como aquí en el Hospital San Juan de Dios de Caracas, tiene que pagar sus propios medicamentos y suministros como catéteres y jeringas. Más de un tercio de los 66.000 médicos con licencia ya abandonaron el país. El número de otros profesionales de la salud también se ha reducido, lo que ha llevado al sistema sanitario al borde del colapso.
Imagen: Dora Maier/Le Pictorium/imago images
Barro y madera como materiales gratuitos de construcción
Un niño juega en su casa de bahareque, un tipo de vivienda hecha de madera y barro cuya construcción se remonta a la época precolombina. Debido a la creciente pobreza extrema en las zonas rurales, estas estructuras se están volviendo más comunes nuevamente. Bajo estos techos no hay agua corriente ni electricidad.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
No hay electricidad en Venezuela
Los apagones permanentes paralizan regularmente el país. La oposición señala las inversiones demoradas, la corrupción y el mantenimiento inadecuado de los sistemas eléctricos como las razones. Por ello, el gobierno tomó medidas drásticas para ahorrar electricidad. Por un tiempo, los funcionarios públicos incluso redujeron su semana laboral a dos días hábiles para ahorrar energía. Sin éxito.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Viviendo en la calle
Cuando se va la luz, hace un calor insoportable en las casas si no se tiene un aire acondicionado que funcione. Entonces la gente traslada la vida a las calles, como aquí en Maracaibo. Por años ha habido cortes de energía no solo regionales en Venezuela, sino también nacionales. El presidente Nicolás Maduro asegura que sus oponentes hacen actos selectivos de sabotaje contra la infraestructura.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Escasez aguda de agua
En la parroquia Santa Rosa, en la ciudad de Valencia, el suministro de agua ha colapsado de forma tal que hasta la gente se baña y lava su ropa y otras cosas en charcos al costado de la carretera. Ya no hay agua potable.
Imagen: Elena Fernandez/ZUMA Wire/imago images
Luz y agua
En el río Guaire fluyen solo aguas residuales y productos químicos tóxicos. En Venezuela, el agua y la electricidad son delicadamente interdependientes: la falta de electricidad y mantenimiento agrietaron las paredes de los embalses del país y el nivel del agua bajó. Como resultado, se generó menos electricidad en las centrales hidroeléctricas y se produjeron apagones. Un círculo vicioso.
Imagen: Adrien Vautier/Le Pictorium/imago images
En busca de agua potable
En Guacara, en el estado Carabobo, una residente camina por las calles con recipientes de plástico en busca de agua potable. En algunos lugares de Venezuela solo hay unas pocas horas de agua corriente tres días a la semana. Por esta razón, muchas familias llenan rápidamente todas las botellas y frascos que encuentren para tener un poco de agua cuando la sequía vuelva.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Aguas contaminadas
Los venezolanos nadan en petróleo, pero no de buena manera: en el lago de Maracaibo, los pescadores arrojan sus redes desde neumáticos viejos, a pesar de que el agua está contaminada con petróleo. Las costas también están afectadas. Debido a fugas en oleoductos y una avería en una refinería cerca de Puerto Cabello, en el noroeste del país, unos 20.000 barriles de crudo se derramaron al mar.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
"El pueblo necesita gasolina"
En Guacara, en el estado Carabobo, la gente espera con sus automóviles enfrente de las estaciones de servicio por más de dos semanas para cargar gasolina. Venezuela tiene que importar petróleo de Irán porque sus propias plantas petroleras en ruinas apenas pueden producirlo. Hace 10 años, la tasa de producción era de unos 2,3 millones de barriles al día. Ahora es menos de la mitad.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
El suministro de energía colapsó
En Caracas, la gente espera en la calle con sus bombonas de gas vacías con la esperanza de que por fin puedan volver a llenarlas. Dado que las fuentes de energía y gasolina fallan repetidamente en Venezuela, la gente ha cambiado al gas. Pero este recurso también se ha vuelto escaso.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
Las aureolas se desvanecieron
Los rostros de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y Rafael Correa miran desde la pared de una casa en Caracas hacia un basurero desbordado. Muchos venezolanos veneraron como santos a los líderes socialistas de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, el "socialismo del siglo XXI" no ha cumplido su promesa de prosperidad para todos.