Bulgaria confía en lograr avances durante los próximos seis meses, coincidiendo con su presidencia de la Unión Europea, en su acercamiento al euro y al espacio de libre circulación Schengen, asignaturas que tiene pendientes.

En la rueda de prensa final, protagonizada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y por el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, se puso de manifiesto la coincidencia entre la Comisión y Bulgaria respecto a las prioridades de los próximos seis meses.

Juncker destacó que la Presidencia búlgara llega en un momento "crucial", con la necesidad de aumentar la capacidad económica de la UE por la próxima salida del Reino Unido del club comunitario y con la pretensión de que los países de los Balcanes occidentales tengan "una perspectiva europea plena".

En cuanto a la pertenencia de Bulgaria a la zona euro, Juncker destacó que existen "verdaderos progresos" y agregó que espera que "lo antes posible" participe en la eurozona, mientras que Borisov, preguntado al respecto, indicó que su Gobierno ha hecho "todo" lo que podía hacer.

Sobre el fenómeno de la corrupción, uno de los problemas que perjudica la pertenencia de Bulgaria al espacio de libre circulación, Juncker afirmó que el Gobierno búlgaro "está luchando contra ella", y que este problema "encontrará solución".

Tras indicar que en otros países también se registran casos, Juncker admitió que en Bulgaria "hay un problema de corrupción", si bien pero no todo el país está corrompido.

En el apartado de las relaciones exteriores, Borisov apuntó la voluntad de "normalizar" las relaciones de la UE con Turquía y Rusia, actualmente tensas por desencuentros con sus gobiernos. (efe)

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