Elizabeth Bryant desde París (ERC)5 de diciembre de 2015
Los inminentes comicios regionales en territorio galo constituirán un serio desafío para los partidos de centro y una prueba de fuego para la Unión de Demócratas Franceses Musulmanes (UDMF), fundada hace tres años.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Mortagne
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Las inminentes elecciones regionales de Francia tienen lugar cuando el país apenas se recupera de su segunda ola de ataques terroristas en menos de un año. Con el estado de emergencia en vigor y el creciente temor a los islamistas radicales, las encuestas presagian un auge del ultraderechista Frente Nacional, que promete “ley y orden” en el marco de un discurso xenófobo. Estos comicios constituirán un serio desafío para los partidos de centro y una prueba de fuego para la incipiente Unión de Demócratas Franceses Musulmanes (UDMF).
Fundada hace tres años, esta es la primera vez que la UDMF se medirá con otras formaciones en las urnas galas. Su meta: contrarrestar las tendencias islamófobas en Francia y fortalecer la voz de los cinco millones de musulmanes que viven en el país. “El Islam y las banlieue –los barrios marginales donde viven predominantemente inmigrantes extracomunitarios– están en el corazón del debate político local”, dice el sociólogo Alexandre Piettre, del centro de investigaciones parisino Grupo Sociedades, Religiones y Secularidad.
La UDMF está haciendo campaña en Isla de Francia, la región más poblada de la nación. “Los musulmanes deben involucrarse en el proceso político. Si ellos se rehúsan a participar hoy, muchas personas van a terminar aprobando leyes en su contra. Ya lo hemos visto pasar en Francia en los últimos años”, comenta Khalid Majid, gerente de la compañía ferroviaria SNCF y presidente de la Unión de Demócratas Franceses Musulmanes. Como él, muchos de los candidatos del partido provienen de la clase media; la mitad de ellos son mujeres.
Propaganda electoral del Frente Nacional: “¡Elige tu suburbio! ¡Vota por el frente!”Imagen: picture-alliance/dpa/C. Petit Tesson
Una formación secular
Las propuestas que hace la UDMF no son muy distintas de las oreadas por los partidos de izquierda tradicionales –mejoras necesarias en materia educativa, laboral y ambiental–, pero sus miembros se ven obligados por las circunstancias a pronunciarse sobre temas más específicos que afectan a sus comunidades, como la prohibición del velo en las escuelas, que buscan revocar, o la prohibición de sustitutos para la carne de cerdo en las cafeterías de los colegios, una medida aprobada por algunos alcaldes de derecha.
La UDMF no es el primer partido europeo en defender la identidad musulmana; otros movimientos políticos lo han hecho en los Países Bajos, en Gran Bretaña y en la región gala de Alsacia, aunque por muy poco tiempo. Sus trayectorias fueron muy cortas. Sin embargo, en lugar de definirse como un partido musulmán, la UDMF insiste en honrar el carácter secular de la república francesa. “Esta posición puede contribuir a que se deje de satanizar a los musulmanes”, sostiene Piettre.
A juicio del sociólogo, “el resto de la sociedad francesa puede aprender a mirar a los musulmanes con otros ojos si los ve retratados en los medios y los conoce mejor”. Elyamine Settoul, investigador del Instituto Parisino de Estudios Políticos, disiente. Él opina que la UDMF puede profundizar la estigmatización de los musulmanes que desean integrarse al tejido social francés hasta el punto de la asimilación. “Si los franceses musulmanes desean hacerse oír, deben insertarse en los partidos tradicionales”, señala Settoul.
Pluralidad religiosa en la Cuenca del Ruhr
En la Cuenca del Ruhr, en Alemania, conviven las más diversas religiones. Así lo muestra la exposición fotográfica que exhibe la Asociación Regional Westfalia-Lippe, en la ciudad de Bochum.
Las fotografías de Brigitte Kraemer muestran el colorido de la vida y los rituales religiosos en una región bien multicultural de Alemania. "De buena fe. Pluralidad religiosa en la Cuenca del Ruhr" puede visitarse hasta el 30 de junio en el Museo Industrial Zeche Hannover, en la ciudad de Bochum. En la foto: una mirada al servicio religioso en la iglesia ortodoxa siria de la localidad de Herne.
Alrededor de 1900 surgieron grandes sinagogas en muchas ciudades de la Cuenca del Ruhr, que luego resultarían víctimas de la barbarie nazi. Tras la persecución a que fue sometido el pueblo judío, la presencia religiosa de esta comunidad fue prácticamente aniquilada en la región, pero la inmigración de judíos del este de Europa ha revertido la situación en las últimas décadas.
Mayor es, sin embargo, la presencia de musulmanes: hasta 1,5 millones de ellos viven junto a los ríos Rin y Ruhr en el Estado de Renania del Norte Westfalia. Según el gobierno local, buena parte de ellos habita la cuenca del Ruhr. Cuando los primeros inmigrantes llegaron hace 50 años, sus locales de culto eran improvisados. Hoy, las mezquitas se han convertido en parte del paisaje.
Este imam de la mezquita Mescid-i-Aksaa, en Gelsenkirchen, se prepara quizás para su prédica del viernes. Las mezquitas y las comunidades que se reúnen en torno a ellas no solo cumplen una misión religiosa sino también social, como lugares de encuentro o de diálogo interreligioso, por ejemplo.
Las procesiones rogativas se remontan a una tradición de más de 1.500 años en la Iglesia Católica. En ellas se pedía tradicionalmente por el éxito de la cosecha. En la actualidad, los ruegos se han extendido hacia la veneración de la vida humana y el milagro de la creación, trabajo y pan para todos, paz, entre otros temas. En la imagen: parte de la comunidad de San Antonio, en Essen.
La pluralidad religiosa de la Cuenca del Ruhr incluye hoy día unas 150 iglesias y comunidades religiosas diferentes. La llegada de nuevos pobladores y la creciente influencia de la globalización son algunas de las razones. Un ejemplo claro se observa en el templo hindú Sri Varasithi Vinayagar, en Hattingen.
La comunidad hindú de la ciudad de Hamm construyó el templo Sri Kamadchi Ampal en 2002. Es el mayor templo drávida de Europa. A su fiesta anual y a sus procesiones acuden miles de peregrinos de todo el continente. Entretanto, existen en Alemania más de 40 sitios de culto para los alrededor de 100.000 hindúes que residen en el país.
En comparación, la presencia de los sijes es relativamente joven en Alemania. Gurdwara, algo así como "puerta al gurú", llaman los seguidores del movimiento reformista Singh Sabha, surgido en la India alrededor de 1873, a sus centros de culto. Como sus similares en otras partes del mundo, este Gurdwara de la localidad de Moers es, además, un sitio de encuentro y socialización sij.
En Alemania viven en total 130.000 budistas asiáticos y 120.000 alemanes y europeos, de las más diversas tradiciones. Este monje budista hace sonar la campana del templo EKŌ en Dusseldorf. EKŌ significa tanto como "suave brillo" o "regalo de luz".