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Bush no escatimó en elogios a Merkel

Eva Usi13 de enero de 2006

La canciller Angela Merkel fue recibida con efusivas muestras de amistad por el presidente George W. Bush, durante un encuentro calificado como el fin de la era de hielo en las relaciones bilaterales.

El presidente George W. Bush visiblemente encantado con su huésped alemana.Imagen: AP


Corresponsales en Washington hablaban de la gran curiosidad imperante en el corazón político estadounidense por conocer a "la nueva" canciller de Alemania. Unas tres horas dedicó Bush a la delegación alemana y 45 minutos a un encuentro a solas con Merkel. Posteriormente Bush no escatimó en elogios al referirse a su huésped alemana ante periodistas. Bush afirmó que había encontrado en ella a una aliada, un ser "altamente inteligente, que ama la paz".

El encuentro fue calificado como un buen comienzo en un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales. Merkel, por su parte, dijo que tuvo una conversación abierta con Bush y se mostró complacida por haber iniciado una nueva era en la cooperación "de diálogo abierto en donde puedan abordarse temas delicados sin dañar la relación bilateral". Bajo esta tónica quiso Merkel que fuera interpretada su crítica a Guantánamo. Poco antes de su partida, la canciller exhortó a Washington a que cierre la prisión en la base militar estadounidense en donde se encuentran detenidos más de 500 sospechosos de terrorismo.

Merkel subrayó afinidades

Una nueva era en las relaciones bilaterales.Imagen: AP

Hay una serie de temas en los que Washington y Berlín tienen divergencias. Desde el papel de la ONU hasta la política medioambiental y por supuesto la conflictiva (desde el punto de vista de Merkel) integración de Turquía en la Unión Europea. La canciller cristianodemócrata manifestó durante su primera visita oficial a Washington su interés por subrayar las afinidades y no las divergencias. Hay común acuerdo en la magnitud del peligro terrorista, aunque Merkel afirma que su combate no puede suponer el ignorar los fundamentos del Estado de derecho.

Hubo consenso en el conflicto en torno al programa nuclear iraní, al destacar ambos mandatarios que hay que buscar una solución diplomática a la crisis. Merkel subrayó su interés por intensificar la cooperación y el intercambio en el plano económico y de investigación científica con Estados Unidos. Dijo que el distanciamiento en las relaciones bilaterales durante la gestión de su predecesor, Gerhard Schröder, se debió en buena parte a malos entendidos derivados de la escasa comunicación.

La canciller alemana a su llegada a la Casa Blanca.Imagen: dpa - Bildfunk

Conocer a la Administración Bush

Más allá de los grandes temas en la agenda bilateral, para Merkel la visita era importante para conocer personalmente a miembros de la Administración estadounidense. Antes de su visita inaugural, Merkel se entrevistó con Bush hace un año, siendo ella líder de su partido. El encuentro entonces alcanzó para una primera impresión pues duró tan sólo 15 minutos.

Durante la polémica visita de Merkel a Washington en febrero del 2003, cuando dijo a los cuatro vientos que en Alemania no todos compartían la postura antibélica de Schröder, la entonces presidenta cristianodemócrata se reunió con el vicepresidente Dick Cheney. Entonces Merkel no tuvo la sorpresa de que entrara Bush inesperadamente en la sala como ocurrió al primer ministro de Hesse, el cristianodemócrata Roland Koch, y también al antiguo ministro del Interior, el socialdemócrata Otto Schily.

Pragmatismo de Merkel

Merkel: "subrayar las afinidades".Imagen: AP

Desde la visita de Condoleezza Rice a principios de diciembre a Berlín, la Administración Bush quedó bien impresionada por el pragmatismo de Merkel. Analistas afirman que muy probablemente no habrá un romance entre Bush y la canciller alemana, pero si una relación bilateral más estrecha.

Poco después de su llegada tuvo lugar una cena en la residencia del embajador de Alemania, Wolfgang Ischinger, en donde se vio a Merkel bromeando con el ex -secretario de Estado Colin Powell, para después conversar animadamente con la predecesora de Powell, Madeleine Allbright, así como con Alan Greenspan, el presidente saliente de la Reserva Federal.

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