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Bush y Merkel: buena sintonía

Eva Usi5 de enero de 2007

El primer viaje de Angela Merkel como presidenta de la UE fue a Washington, en donde encontró a un Bush estresado. Pese al viaje relámpago, el anfitrión tuvo tiempo para elogiar a su amiga alemana.

La canciller alemana Angela Merkel y el presidente George Bush.


El destino del viaje dice más que mil palabras. La canciller Angela Merkel eligió Washington para buscar consenso político en torno a las prioridades de la presidencia alemana en la Unión Europea durante el primer semestre del 2007, y al frente del Grupo de los 8 (los 7 países más industrializados del mundo más Rusia), presidencia que se prolongará durante todo el año.

Merkel fue recibida cálidamente por su anfitrión. Según la tradición de la Casa Blanca, los huéspedes particularmente queridos son hospedados en la residencia oficial para los visitantes del presidente, dicen corresponsales. Quien llega a la llamada Casa Blair, vale algo en Washington, y ahí es donde la jefa de gobierno conservadora es hospedada regularmente.

Es sabida la buena química existente entre Merkel y el presidente estadounidense. Aunque fue un viaje relámpago, ambos tuvieron que encontrar un hueco en su apretada agenda. La ejecución de Sadam Husein, la crisis de Irak, el conflicto en el Medio Oriente y la irrupción de los demócratas en ambas cámaras del Congreso, son temas que ocupan la agenda del presidente. Y las nuevas responsabilidades de la canciller alemana tampoco le dejan mucho tiempo libre.

Ambos mandatarios comparecieron ante periodistas.Imagen: AP

Respaldo para Bush

Pero para Merkel el símbolo de la visita era importante. Se trataba de encontrar consenso con Washington y enviar una señal de unidad entre Europa y Estados Unidos. Para Bush, cada vez más criticado en su propio país, el respaldo de su amiga alemana no podía llegar en mejor momento. A la crisis de Irak se suma la de Israel, de Afganistán, Irán y Somalia. Después de un encuentro en el Salón Oval ambos mandatarios comparecieron ante periodistas. Bush prometió apoyo al plan de Merkel de convocar el cuarteto para el Medio Oriente -integrado por la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas- para revivir el proceso de paz en la región.

"Queremos que la Unión Europea hable con una sola voz", dijo Merkel y subrayó que ésta buscará la solución de dos estados, uno israelí y otro palestino, pero siempre y cuando los palestinos reconozcan la existencia de Israel. La Unión Europea fortalecerá al primer ministro palestino Mahmud Abbas y mantendrá el respaldo en el Líbano con el objetivo de fortalecer un Estado soberano. Bush por su parte anunció que la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice viajará pronto al Medio Oriente.

Respecto a la situación en Irak, Merkel subrayó que aunque Alemania no participe militarmente, "compartimos el mismo interés en un desarrollo pacífico en el país para que la gente no viva con miedo".

Merkel y Bush en el Salón Oval.Imagen: AP

Sorpresas en el cambio climático

Una sorpresa fue el interés de Bush en la prevención del cambio climático a través del uso de nuevas tecnologías para reducir las emisiones de gases efecto invernadero. Ambos mandatarios acordaron establecer un grupo de trabajo para sondear las áreas de cooperación entre la UE y Estados Unidos en materia medioambiental. Otro grupo de trabajo deberá verificar las posibilidades de una cooperación económica más estrecha, deseo formulado por Merkel previamente a su viaje.

Estados Unidos y Alemania comparten una vulnerabilidad energética. Bush expresó su interés en una mayor independencia respecto a los hidrocarburos en un momento en que entre la población estadounidense es palpable un creciente temor a las catástrofes provocadas por el cambio climático.

Escasos veinte minutos duró la conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca en donde abundaron preguntas sobre Irak y Sadam Husein. Bush prometió hablar sobre su nueva estrategia en Irak la próxima semana y coincidió en que también él hubiera deseado una ejecución más digna a Sadam Husein.

Merkel no recibió esta vez masajes de Bush. "No hubo masajes de espalda", dijo el presidente, aludiendo a la escena durante la cumbre del G-8 hace seis meses en San Petersburgo. Entonces Bush fue captado por las cámaras al acercarse a la canciller por la espalda y ponerle las manos sobre los hombros, lo que la espantó y la hizo reaccionar levantando los brazos. Bush hizo reír a los presentes al aludir a la cena de la que serían anfitriones él y su mujer. "Laura y yo nos alegramos de servirle una cena (a Merkel), aunque estoy seguro que no será tan buena como aquel Jabalí a las brasas con el que nos agasajó usted hace un año, pero lo intentaremos", dijo.

Bush concluyó elogiando a su homóloga alemana, diciéndole con su mejor sonrisa cómo le gusta escucharla y cuánto aprecia sus atinados consejos. Sin duda entre ambos hay buena sintonía.

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