La economía alemana observa con interés la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Los preparativos corren y aún están por determinar sus consecuencias en los diferentes sectores.
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Según los resultados de una encuesta realizada por el instituto muniqués de estudios económicos Ifo, el 43% de las cerca de 1.300 empresas industriales de Alemania calculan que el "brexit" será difícil para ellas. El 60% de las compañías calculan que podrían sufrir un fuerte impacto, si bien también prevén que haya distintos grados. Sus efectos para la industria dependerán de las interconexiones de la producción entre la isla y el continente.
Industria del automóvil "brexit"
Todos los años se registran unos 85 millones de automóviles en todo el mundo, dos millones de ellos en Reino Unido. Aunque el "brexit" podría debilitar las ventas en este país, Ferdinand Dudenhöffer, experto de la Universidad de Duisburg-Essen, no cree que vaya a ser tan grave: "Si las ventas de automóviles en Reino Unido caen un 20%, no supondría una debacle para la industria automovilística alemana”. Sin embargo, los fabricantes podrán sufrir por otros motivos. BMW será probablemente la marca más perjudicada. La casa de Baviera tiene una planta de producción de modelos Mini en la isla y otra planta de motores Hams Hall cerca de Birmingham, en la que no solo produce para Mini, sino también para las series 1 y 3 de BMW.
En este sector, por ejemplo, podría haber problemas con la subcontratación entre las diferentes plantas de la Europa continental y Gran Bretaña. El mismo caso podría afectar a la marca Vauxhall, marca de Opel que opera en la isla y ahora es propiedad del grupo francés PSA. La matriz decidió cerrar la planta de Opel de Bochum, pero aún mantiene su fábrica en el puerto de Ellesmere, cerca de Liverpool. Aún así, aparte de posibles problemas logísticos, también podría haber efectos positivos, explica Dudenhöffer: "Si la libra esterlina continúa depreciándose se podrían producir automóviles más baratos en Reino Unido, salvo que se apliquen altos aranceles”.
Bancos
El sector bancario es uno de los que está en el punto de mira desde que se aprobó el "brexit". Con un 12 % del Producto Interior Bruto, es un sector clave para Reino Unido. Además, Londres es una de las principales plazas financieras de Europa y los bancos no europeos que tenían sede allí ya no podrán operar con la UE tras el "brexit". Tal situación podría beneficiar, por ejemplo, al centro financiero de Frankfurt. La agencia de cabildeo Frankfurt Main Finance estima que los bancos podrían trasladar entre 750 y 800 mil millones de euros a Frankfurt, una gran parte durante el primer trimestre del año. Eso podría significar una aumento del 20% del balance de las instituciones financieras alemanas e internacionales de Frankfurt. según Gertrud Traud, economista jefa de Helaba, también se podrían trasladar allí unos 8.000 puestos de trabajo durante varios años.
Productos químicos y farmacéutica
En lo referente a las químicas y farmacéuticas, los efectos del "brexit" dependerán de cómo se ejecute la salida. Al igual que en otros sectores, un "brexit" duro causaría daños importantes. La asociación de la Industria Química (VCI) calcula aranceles por valor de 200 millones de euros anuales. Además, su presidente ejecutivo, Utz Tillmann, teme también las diferentes regulaciones. Sin un acuerdo de transición, todos los productos químicos producidos en Gran Bretaña no tendrían permiso tras el "brexit"y tendrían que volver a registrarse. Un trabajo burocrático considerable.
La misma circunstancia sirve para las farmacéuticas. Entre UE y Gran Bretaña hay un intenso intercambio, pero preocupan los estrechos vínculos entre las empresas, explica Siegfried Throm, director de la Asociación de Productores Farmacéuticos de Investigación. No solo en lo referente a la fabricación y distribución de medicamentos, sino también a la realización de ensayos clínicos.
Tráfico aéreo
Las diferentes regulaciones también podrían suponer un gran problema para la aviación. Un "brexit" duro pararía el tráfico aéreo porque las aerolíneas no tendrían derecho a transitar por los aeropuertos de la UE. Esto no solo afectaría a British Airways, Easyjet o Ryanair, sino también a operadores de vacaciones alemanes, como Tuifly o Condor, con capital británico. Aún así, expertos de la industria como Eric Heymann, de Deutsche Bank, confían: "Creo que ese problema se podría resolver fácilmente y mantener los enlaces aéreos incluso con un brexit duro”, explica.
Ingeniería
Gran Bretaña es uno de los mercados más importantes para los fabricantes alemanes de maquinaria e infraestructuras industriales, con un volumen de más de 7.000 millones de euros. En 2017, las exportaciones comenzaron a caer en la isla, en parte por la incertidumbre del "brexit". También aquí podría influir la depreciación de la libra, que encarecería los productos alemanes. Sin embargo, las empresas confían en que haya salida regulada. Al mismo tiempo, deberían estar preparadas para un posible "brexit caótico”, recomienda Thilo Brodtmann, director de la patronal del sector VDMA.
(jag/jov)
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Estos son los protagonistas del "brexit"
Reino Unido está abandonando la UE. ¿Quiénes son los protagonistas de este drama? Acá revisamos a los involucrados en este desordenado divorcio.
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La líder dubitativa: Theresa May
Theresa May se convirtió en primera ministra luego de que David Cameron renunciara al cargo tras la votación del "brexit", en junio de 2016. Desde entonces, May ha intentado determinar qué tipo de "brexit" quiere su Gobierno. La línea más dura del Partido Conservador busca una salida a toda costa. Otros prefieren mantenerse cerca del bloque. La UE ha rechazado muchas de las exigencias de May.
El líder laborista no juega ningún rol en las conversaciones sobre el "brexit", pero es influyente en su condición de jefe del principal partido opositor. Los laboristas han presionado al Gobierno, que tiene ligera mayoría en el Parlamento, para obtener un "brexit" suave. Pero la actitud de Corbyn ha sido tibia. En 1975, el izquierdista votó por la salida de Reino Unido de la Comunidad Europea.
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El enemigo bullicioso: Boris Johnson
Los dos turbulentos años de Boris Johnson como ministro de Exteriores llegaron a su fin el 9 de julio de 2018. El conservador había sido uno de los principales rostros de la campaña por salir de la UE y siempre desaprobó la propuesta de "brexit suave" de May, señalando que lo mejor era un quiebre total con la UE. En su día, fue el segundo miembro del gabinete en renunciar en 24 horas.
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El alegre exdelegado: David Davis
David Davis encabezó el Departamento Británico para la Salida de la UE y fue jefe negociador de su país hasta que dejó su puesto, el 8 de julio, 24 horas antes de que Downing Street anunciara también la salida de Boris Johnson. Davis se había opuesto durante años a la UE y por ello se le otorgó el cargo. Estuvo en varias rondas de negociaciones con su contraparte de la UE, Michel Barnier.
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Tras los pasos de Davis: Dominic Raab
Tras la renuncia de David Davis, Theresa May convocó al euroescéptico Dominic Raab. Este legislador pro "brexit", había ejercido antes como jefe de personal de Davis. Previamente, había trabajado para un negociador palestino en el proceso de paz de Oslo, además de desempeñarse como abogado internacional en Bruselas. El 15 de noviembre, también Raab renunció al cargo.
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El diplomático del cambio: Jeremy Hunt
Jeremy Hunt fue el encargado de Salud del Reino Unido hasta que reemplazó a Johnson como titular de Exteriores, en julio de 2018. El político, de 51 años, había apoyado la permanencia en la UE, pero dijo en 2017 que había cambiado de opinión en respuesta a la "arrogancia de la Comisión Europea" en las conversaciones sobre el "brexit". Se ha comprometido a lograr "un gran acuerdo" para Reino Unido.
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El duro: Nigel Farage
Nigel Farage fue el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido ((UKIP) hasta julio de 2016. En su rol, ayudó a presionar al entonces premier David Cameron para que llamara a un referéndum sobre el "brexit". Fue un activista en la campaña por dejar la UE, y todavía tiene cierta influencia en las conversaciones debido a su enorme popularidad entre los que apoyan el "brexit".
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El hombre de las finanzas: Arron Banks
El empresario Arron Banks es amigo de Farage y donó una cantidad de dinero importante al antiguo líder de UKIP, llegando a convertirse en el mayor financista del movimiento por la salida de la UE. Tuvo varias reuniones con autoridades rusas antes del referéndum, pero ha rechazado acusaciones de haberse coludido con Rusia de cara al "brexit", calificando las denuncias como una "cacería de brujas".
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Los jefes europeos: Jean-Claude Juncker y Donald Tusk
Los presidentes de la Comisión Europea (Juncker) y del Consejo Europeo (Tusk) son los cargos más importantes dentro del bloque. Juncker dirige el Ejecutivo. Tusk representa a los 27 gobiernos de la UE. Y ambos han liderado la posición de Bruselas en las negociaciones. Lo que diga Tusk es muy importante: sus 27 jefes -y no la Comisión- son los que votarán el acuerdo que se alcance con Londres.
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El europeísta acérrimo: Michel Barnier
Desde que fue nombrado negociador principal para el "brexit", en octubre de 2016, el exministro de Exteriores de Francia y comisionado europeo se ha convertido en un nombre familiar en la UE. Pese a su prominencia, Barnier tiene un margen de acción limitado. Su función es seguir las estrictas directrices que imponen los 27 e informar periódicamente de los avances en las conversaciones.
Imagen: Reuters/Y. Herman
El vigilante inquieto: Leo Varadkar
El premier irlandés ha sido uno de los líderes más importantes durante las negociaciones. Reino Unido ha dicho que abandonará la unión aduanera y el mercado único de la UE. Eso significa que Irlanda, miembro de la UE, podría reinstalar controles aduaneros en la frontera con Irlanda del Norte, una región británica. Pero Varadkar ha dicho que el regreso de una "frontera dura" no es aceptable.
Los líderes de los 27 gobiernos de la UE han dirigido las negociaciones. Han acordado los lineamientos generales que deben encauzar el camino del jefe negociador Barnier, y han ayudado a crear una posición común que debe ser coordinada por Tusk y Juncker. Cada gobierno puede, además, influir en el resultado final, pues el acuerdo debe ser aprobado por unanimidad.