Un lugar de conmemoración, documentación y educación debiera ser el futuro memorial en el recinto de la colonia. Expertos adelantaron detalles del proyecto, que espera la aprobación de los gobiernos de Chile y Alemania.
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Para las víctimas del asentamiento alemán fundado en 1961 en el sur de Chile, la creación de un sitio de memoria en el recinto, hoy conocido como Villa Baviera, representa la posibilidad de tener un lugar donde poder ver reconocidos su historia y su dolor, así como recordar y honrar a los desaparecidos.
Los excolonos abusados, maltratados y obligados a trabajar como esclavos, las víctimas de la represión de la dictadura de Augusto Pinochet detenidas y torturadas en el recinto, los familiares de los prisioneros desaparecidos, los chilenos abusados sexualmente en su infancia, así como los campesinos desplazados de sus tierras, todos comparten este triste capítulo de la historia conjunta de Chile y Alemania.
El proyecto de sitio de memoria en la excolonia fue encargado oficialmente en 2017 por la comisión mixta Chile-Alemania a un grupo de cuatro expertos independientes, dos chilenos y dos alemanes. Pero ya desde 2014 un equipo interdisciplinario venía trabajando con diferentes grupos de afectados, realizando talleres y dialogando sobre cómo debería ser representado el pasado de Colonia Dignidad.
A pesar de que los gobiernos recibieron a fines de 2019 la propuesta de los expertos, aún no hay avances concretos. El estallido social en Chile y luego la pandemia han dificultado el avance de las conversaciones a nivel de estados. "La propuesta debe ser revisada por los gobiernos y vamos a seguir trabajando con las organizaciones civiles. Es muy importante, cuando se pueda viajar, retomar los seminarios con las víctimas, transparentar estos procesos”, dice a DW Elke Gryglewski, directora de la Fundación Memoriales de Baja Sajonia y del Sitio de Memoria ex campo de concentración Bergen Belsen.
Un paso fundamental en la transparencia fue presentar ayer (24.06.2021) públicamente el concepto, mientras se espera que se pronuncien los gobiernos. En la actividad online, a cargo de los chilenos Elizabeth Lira y Diego Matte, y los alemanes Elke Gryglewski y Jens-Christian Wagner, participaron más de 100 personas. Entre ellas, excolonos y actuales residentes, representantes de agrupaciones de víctimas y de derechos humanos, miembros de la actual administración de Villa Baviera, parlamentarios chilenos y alemanes, miembros de las embajadas, abogados, académicos y representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Por qué un sitio de memoria
Como explicó Elizabeth Lira, decana de la Escuela de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado, un futuro espacio de memoria debiera ser una instancia de reconocimiento y reparación moral "de las víctimas de violaciones a los derechos humanos y de abusos de particulares. Todos ellos son y deben ser destinatarios de una política de memoria y reparación en lo colectivo y en lo individual”.
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El sitio de memoria debería cumplir una función conmemorativa, muy importante para quienes sufrieron allí o son familiares de víctimas, a través de signos como placas, objetos de arte y la preservación de fosas donde conmemorar a los desaparecidos, indicó el historiador Jens-Christian Wagner, director de la Fundación Sitios de Memoria Buchenwald y Mittelbau-Dora.
También debe tener una función documental, que conserve y exponga la historia, la contextualice en exposiciones y resguarde fuentes, archivos, testimonios y documentos que pueden servir de pruebas forenses. Y, en tercer lugar, ser un lugar de aprendizaje y reflexión crítica sobre el pasado, que promueva una conciencia histórica. "La conmemoración requiere del conocimiento, y el conocimiento crea conciencia histórica. Un sitio de memoria moderna persigue cada una de estas tres funciones”, subrayó.
Espacios para memorias diversas
La particular historia de la colonia, de más de cuatro décadas en las que se perpetraron diversos crímenes, implica un complejo desafío para la elaboración de la memoria. Pero desde sus diferencias y distintos anhelos, los grupos de víctimas han logrado un diálogo fructífero. Ese trabajo ha mostrado que "la historia de su sufrimiento debe ser presentada de forma aislada, no mezclada con la de otros grupos”, indicó Gryglewski. Por ello, la propuesta contempla exposiciones separadas en varios lugares.
Entre otros, en el sótano o bodega de papas se presentaría la persecución de chilenos durante la dictadura militar. En la casa de Paul Schäfer, fundador y líder de la colonia, la historia del asentamiento. "También será importante tener un monumento donde realizar ceremonias de conmemoración para recordar a los muertos, que podría estar cerca de las fosas comunes”, agregó la politóloga.
El abogado chileno Diego Matte, director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, planteó el interés de "hacer un centro de documentación y mediación para recoger los testimonios existentes y que se sigan produciendo”. También realizar catastros de causas judiciales, peritajes y fosas, y crear una oficina de asistencia legal a las víctimas. Un paso clave será resolver asuntos de acceso y uso de terrenos que son propiedad privada. "La propuesta considera un proyecto de alto standard, con espacios para exposiciones, reuniones, talleres y actividades”, añadió.
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Pero de la propuesta a la realización hay un largo trecho. Es un trabajo en proceso, que se nutre del diálogo con organizaciones de víctimas y de la sociedad civil, las que buscan también avances en verdad y justicia. "Pero no podemos esperar a que todos los procesos estén finalizados y todo juzgado para recién empezar a pensar en un sitio de memoria”, indicó Lira. A pesar de que se desconoce el paradero de los desaparecidos, numerosos testimonios de detenidos han permitido reconstruir los hechos para "avanzar en dar el reconocimiento que se le debe a las víctimas. Es el punto de partida. Pero la reparación es mucho más compleja”, observó la experta.
Un memorial también puede ayudar en ese sentido, apuntó Gryglewski: "Muchos debates y revisiones de crímenes de guerra en Alemania se han producido décadas después porque los sitios de memoria con sus exposiciones han creado una sociedad civil que ha salido a la calle para exigirlo. No es un lugar aislado, sino integrado en el debate de la sociedad”.
(cp)
Colonia Dignidad: crónica de una secta
Durante más de cuatro décadas, un asentamiento alemán en el sur de Chile fue escenario de brutales crímenes, sin que este país ni Alemania intervinieran para detenerlos. Esta es la historia de Colonia Dignidad.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
El líder, Paul Schäfer
Todo comenzó en Siegburg con la Misión Social Privada, una obra benéfica surgida en la Alemania de post guerra. Su líder espiritual, Paul Schäfer (1921-2010), atrajo a cientos de seguidores. Huyendo de acusaciones de pedofilia, abandonó Alemania en 1961. Lo acompañaron más de 200 personas, entre ellas varios niños cuyos padres fueron engañados para autorizar el viaje.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/N. Pisarenko
Una colonia alemana en el sur de Chile
El grupo viajó a Chile, donde compró un terreno cerca de Parral, unos 300 km al sur de Santiago, y fundó la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. Así nacía Colonia Dignidad, una comunidad dedicada a labores agrícolas, que construyó casas, una escuela, un hospital y también cercos y un férreo sistema de vigilancia para impedir el contacto con el exterior.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
Vida de secta
Pronto se sumaron nuevos seguidores llegados de Alemania, atraídos por el sueño de una tierra próspera donde comenzar una nueva vida. La colonia llegó a tener unos 300 miembros. Allí las familias eran separadas: hombres, mujeres y niños vivían en casas diferentes. Se trataba de un sistema altamente jerárquico y dominador, en que cualquier disidencia era castigada.
Imagen: picture-alliance /dpa/Villa Baviera
Riqueza construida con trabajo esclavo
La vida estaba dedicada al trabajo, sin derecho a sueldo, descanso ni vacaciones. Los colonos sufrían castigos físicos y sicológicos, y quienes se rebelaban eran drogados para que se mantuvieran sumisos. Con las ganancias, Schäfer y sus cercanos compraron más propiedades, maquinaria y sofisticados sistemas de seguridad. El patrimonio incluía 16 mil hectáreas y cuentas en el extranjero.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/EFE/M. Ruiz
Abuso sexual
Para los chilenos, la colonia representaba el ideal del alemán esforzado y trabajador. Al interior de la secta, en tanto, Schäfer instauró un macabro sistema para dominar las voluntades y abusar sexualmente de niños. Cuando los alemanes crecieron, comenzó a invitar al internado o actividades de fin de semana a niños chilenos de familias pobres de la zona, de quienes continuó abusando.
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Prisión infranqueable
Escapar de Colonia Dignidad era casi imposible. Implicaba superar altas rejas, el río, los perros y férreos sistemas de vigilancia. Además, los colonos habían entregado sus pasaportes, no sabían español ni conocían la zona. Quienes lograban llegar a la embajada alemana en Santiago, eran devueltos a la colonia. Algunos se retractaban bajo engaños o amenazas, o se les atribuían problemas mentales.
Imagen: picture-alliance/dpa/epa/M. Ruiz
Wolfgang Kneese, el primer fugado
El primero en lograr huir de la secta, después de tres intentos que le valieron torturas y persecución judicial, fue el joven Wolfgang Kneese. En 1967 regresó a Alemania, donde denunció los crímenes que se cometían en la colonia. En 2008 recibió la Cruz Federal al Mérito (Bundesverdienstkreuz) por su infatigable búsqueda de justicia y respeto a los derechos humanos de las víctimas de la secta.
Imagen: picture-alliance/dpa/J.Carstensen
Fachada idílica
A pesar de las tempranas denuncias y del revuelo en la prensa, las autoridades de Chile y Alemania no reaccionaron. La colonia proyectaba una idílica imagen con su hospital benéfico, el coro y el restaurant externo en la localidad de Bulnes, con cecinas y pastelería alemana. Al interior, los crímenes continuaron y se agregaron nuevos, como la fabricación y el tráfico de armas.
Imagen: Archivo Villa Baviera
Adopciones irregulares
Con engaños como darlos por muertos ante sus padres, unos 20 niños chilenos fueron adoptados en forma irregular. Recibieron nombres alemanes, aprendieron el idioma de los colonos y debieron trabajar como esclavos. A la izquierda, Rafael Labrín, quien creció como Dieter Scholz. Junto a él otras víctimas: la ex colona Astrid Tymm y Johan Cisternas, quien de niño asistía a actividades en la colonia.
Imagen: FDCL/J. Stehle
Colaboración con la dictadura
Colonia Dignidad cooperó con la DINA, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, de varias formas. Según consta en expedientes judiciales, aquí fueron detenidos, torturados y asesinados prisioneros políticos. Se calcula que los cuerpos de unas 100 personas habrían sido enterrados en fosas, luego exhumados y hechos desaparecer definitivamente. Los familiares continúan la búsqueda.
Imagen: AFDD Talca
El fin de Schäfer
Con la vuelta a la democracia, en 1991 el presidente Aylwin le quitó la personalidad jurídica a Colonia Dignidad, la que comenzó a llamarse Villa Baviera. Vinieron denuncias de abuso sexual de chilenos contra Schäfer y se destaparon los crímenes. Varios jerarcas fueron condenados; Schäfer huyó en 1997 y se escondió en Argentina. Fue detenido en 2005, condenado en Chile y murió en prisión en 2010.
Imagen: picture-alliance/dpa
El médico de la colonia
Mano derecha de Schäfer, el Dr. Hartmut Hopp era el ministro de relaciones exteriores de la colonia. Un privilegiado que fue enviado a estudiar a Estados Unidos y dirigía el hospital. Condenado como cómplice de abuso de menores, huyó a Alemania y vive libremente en Krefeld. La justicia alemana rechazó ejecutar la condena chilena y cerró investigaciones propias por no encontrar prueba de delito.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Agost
Culpas, castigos y compensaciones
Junto con reconocer su responsabilidad moral, Alemania ha ofrecido un fondo de ayuda de hasta 10 mil euros para cada ex colono afectado, lo que las víctimas consideran insuficiente. En Chile, donde sí ha habido condenas a victimarios, un grupo de afectados anunció una demanda contra el Estado en la que exige cada uno un millón de dólares de reparación.
Imagen: FDCL e.V.
El futuro y la memoria
Después de la partida de Schäfer comenzó un proceso de apertura. Unos 200 miembros abandonaron el enclave; algunos se quedaron en Chile y muchos regresaron a Alemania. Junto con justicia y reparación, los afectados exigen que Villa Baviera deje de ser un centro turístico, con hotel y restorán, y se convierta en sitio de memoria, donde se conozca la verdad y se honre a las víctimas.