Los atacantes suicidas no son enfermos mentales. Su último acto es la consecuencia lógica de sus patrones de pensamiento. Desde mediados del siglo XX ha crecido su número.
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Abdelhamid Abbaoud vivió unos días más de lo que él mismo creyó. En realidad, asumió que durante los ataques de París iba a ser abatido por los disparos de las fuerzas de seguridad.
Abbaoud era el líder del grupo terrorista que el 13 de noviembre de 2015 atacó varios lugares de la capital francesa al mismo tiempo. Él mismo fue uno de los que mataron a decenas de personas en varios cafés. Y aunque logró escapar, pocos días después su escondite fue descubierto en Saint-Denis, en donde fue ultimado por la policía.
Abdelhamid Abbaoud pertenece a la última generación de terroristas suicidas islamistas, una generación totalmente diferente a la de sus predecesores. De origen marroquí, había nacido en 1987 en Bélgica, antes de unirse a la organización terrorista "Estado islámico", ya tenía una carrera de delincuente de poca monta. Una y otra vez estuvo en prisión. Durante una de sus estancias en la cárcel conoció a terroristas islámicos: ese fue el comienzo de una radicalización con un final fatal, aunque su desarrollo psicológico fue banal, típico en muchos jóvenes yihadistas y potenciales atacantes suicidas.
El “prestigio“ del terror
El sociólogo francés Farhad Khosrokhavar, autor de un libro sobre la radicalización de jóvenes yihadistas, describe en "Le Monde" su entorno como “un círculo de amigos que se reúnen en torno a un evento motivador y se dejan inspirar por el prestigio de organizaciones como Al-Qaeda o el EI, que promete resucitar el desaparecido Califato”.
Al “prestigio” del terror se suma la trivialización de las formas de lucha. El objetivo del EI, escribe el antropólogo francés Dounia Bouzar, es el de "banalizar el crimen y la tortura". Una estrategia exitosa para desequilibrar las convicciones éticas de una persona débil.
La banalización llena una condición sin la cual los ataques suicidas son impensables: la conformidad psíquica del delincuente. En el siglo XX la práctica de atentados suicidas empezó con los ataques kamikazes de aviadores japoneses en la Segunda Guerra Mundial.
El pequeño “yo” al servicio de algo “grande”
Fueron justamente los japoneses los que llevaron la perversa táctica de los ataques suicidas a los árabes. En mayo de 1972, el primer ataque importante tuvo lugar en Israel, tres japoneses, miembros de la Fracción del Ejército Rojo, mataron a disparos en el aeropuerto Ben Gurion a 26 personas e hirieron a otras 80. El ataque fue planeado junto con el grupo de ultraizquierda "Frente Popular para la Liberación de Palestina". Este atentado sentó un precedente que ha servido de ejemplo a un sinnúmero de ataques suicidas en la región: Israel, Líbano, Irak e Irán y otros países.
La estabilización de los ritos
Los atacantes suicidas no son locos que no saben lo que hacen, dice el politólogo estadounidense Robert Pape en su libro "Dying to Win: la lógica estratégica del terrorismo suicida". Sin embargo, necesitan ritos para prepararlos y darles una estructura. Con respecto a Oriente Medio esta tesis se confirma en casos de atentados con motivos tanto religiosos como seculares.
"El atacante suicida, en la mayoría de los casos un musulmán, es al mismo tiempo víctima y agresor", escribe Joseph Croitoru. "Él es una herramienta en manos de los estrategas sin escrúpulos que a menudo lo reclutan a temprana edad y adoctrinan, para luego ganar prestigio a sus expensas." El adoctrinamiento resulta más fácil entre más sea el sentimiento de impotencia de un grupo o una sociedad, como la palestina frente a Israel. Esto ayuda a explicar el alto número de ataques suicidas palestinos.
Los ataques en París han demostrado lo fácil que es radicalizar a jóvenes atacantes suicidas: culto a supuestos héroes, complacencia consigo mismo e incapacidad de autocrítica. "Los jóvenes radicalizados se embriagan ideológicamente entre sí", dice la antropóloga Dounia Bouzar y concluye que allí empieza "la cadena de la muerte".
Atentados terroristas en Europa
El atentado terrorista al semanario satírico Charlie Hebdo conmociona al mundo entero. Europa se ha visto sacudida por ataques terroristas desde hace años. Aquí les ofrecemos una cronología.
Imagen: M. Bureau/AFP/Getty Images
Marzo de 2004: Madrid
En el peor atentado en la historia de España murieron 191 personas, y más de 1.800 resultaron heridas. El 11 de marzo de 2004 explotaron varias bombas en tres trenes y en un vagón del metro. Algunos de los terroristas fueron condenados a 42.922 años de prisión. Dado que en España no existe la cadena perpetua, pasarán en la cárcel como máximo 40 años.
Imagen: AP
Julio de 2005: Londres
En la mañana del 7 de julio de 2005, a la hora pico, cuatro atacantes suicidas se volaron por los aires casi al mismo tiempo en la capital británica, tres de ellos en el metro y otro en un bus. Murieron, en total, 52 personas, además de los terroristas. Los atentados de Londres son los ataques islamistas más graves de la historia de Gran Bretaña.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. MacDiarmid
Septiembre de 2005: Dinamarca
El 30 de septiembre de 2005, el diario danés Jylannds Posten publicó doce caricaturas críticas del islam. Una de ellas representa a Mahoma con una bomba como turbante. Los dibujos desataron protestas violentas en todo el mundo. Además, hubo un intento de atentado al Jylannds Posten. Luego del ataque a la revista parisina Charlie Hebdo, el Jylannds Posten reforzó sus medidas de seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Diciembre de 2010: Estocolmo
Poco antes de Navidad, el 11 de diciembre de 2010, explotaron dos bombas en una concurrida avenida de compras en la capital sueca. Dos peatones resultaron heridos. El atacante suicida era un hombre de 28 años nacido en Irak. Durante mucho tiempo se creyó que actuó en solitario, pero luego hubo indicios de que tenía cómplices.
Imagen: AFP/Getty Images/J. Nackstrand
Noviembre de 2011: París
En 2011, la revista satírica Charlie Hebdo fue objeto de un atentado terrorista. Desconocidos lanzaron una bomba molotov en las oficinas de la redacción. No hubo heridos, y hasta hoy no se pudo identificar a los culpables. Se supone que el motivo del ataque fueron las publicaciones de la revista sobre el islam. La publicación siguió luego recibiendo amenazas y estaba bajo protección policial.
Imagen: picture-alliance/abaca
Marzo de 2012: Toulouse
Entre el 11 y el 22 de marzo de 2012, Francia contuvo el aliento. Un hombre en motocicleta disparó primero contra dos soldados. Ocho días más tarde, el 19 de marzo, asesinó a tres escolares y a un profesor de una escuela judía en Toulouse. La Policía lo buscó durante varios días, hasta que el 22 de marzo hallaron su departamento. El hombre resultó muerto en el operativo.
Imagen: AP
Mayo de 2014: Bruselas
Un hombre armado abrió el fuego el 24 de mayo de 2014 en la entrada del Museo Judío, en Bruselas, matando a cuatro personas. El atacante, un francés, fue detenido en Francia y entregado a las autoridades belgas. Luego se supo que pasó varios años en Siria junto a combatientes islamistas y que ya había estado en la cárcel por robo.
Imagen: Reuters
Septiembre de 2014: Bruselas
En septiembre de 2014, un atentado sacudió el edificio de la Comisión Europea, en la capital belga. El peligro de ataques terroristas sigue vigente en Europa, según expertos. Hoy, sin embargo, consideran que se trata de actos individuales. Especialmente quienes combaten en Siria e Irak en las milicias de la organización Estado Islámico y regresan a Europa están en la mira de las autoridades.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Enero de 2015: París
Doce personas perdieron la vida a causa del atentado a la revista satírica Charlie Hebdo, en París. Los terroristas huyeron, y sus motivos aún son desconocidos. Según expertos, el ataque tiene un trasfondo islamista. El gobierno francés elevó en París la alerta contra atentados yihadistas al máximo nivel. El presidente Hollande condenó el atentado y lo calificó de un “acto de increíble barbarie”.
Imagen: STR/AFP/Getty Images
Ataque a la libertad
El atentado en París es también un ataque a la libertad de expresión y de prensa. El redactor jefe de Charlie Hebdo, Stephane Charbonnier (en la foto), murió en el atentado, junto a los dibujantes Cabu, Wolinski y Tignous. "Charb" había sido amenazado varias veces por sus publicaciones críticas del islam. “Luchó valientemente por la libertad de prensa", escribieron hoy los medios en toda Europa.