Alemania es, por razones históricas, una república federal. Sin embargo, el sistema también tiene sus desventajas, como se ha podido ver en la lucha por contener la pandemia de COVID-19.
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El territorio que hoy llamamos Alemania tiene una rica historia en la cual las estructuras federales han existido de una u otra forma durante siglos. A diferencia de la vecina Francia, donde París centralizó el poder desde principios de la Edad Media, al este del Rin eran los príncipes y señores feudales quienes gobernaban una extensa zona que, aunque con un idioma y cultura comunes, estaba mucho menos articulada.
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El todo, mayor que la suma de sus partes
Históricamente, el territorio alemán estuvo compuesto por principados o casas reales, pequeñas ciudades-estado, como Bremen, e incluso grandes reinos, como Prusia. Más tarde, se unieron más reinos y ciudades-estado, la mayoría con su propia jurisprudencia, moneda y sistema de aranceles. Y con distintos niveles de autonomía.
A ese fraccionado mapa político le otorgaba cierta difusa unidad la fidelidad al emperador. Este, por ejemplo, organizaba a los ejércitos en las guerras contra potencias extranjeras, aunque a menudo los soberanos locales actuaban en política exterior como actores independientes.
El paréntesis del nazismo
Tras los años inestables de la República de Weimar, los nazis rompieron por primera vez la tradición federal de Alemania. Tomaronel poder el 30 de enero de 1933, y, exactamente un año después, una ley abolió todos los derechos de los estados y reemplazó sus órganos de autogobierno por los 'Reichsstatthalter' ('gobernadores imperiales' subordinados a Berlín).
Después de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores decidieron restaurar los estados federados desmantelados por los nazis y, además, crearon algunos nuevos, a menudo en concordancia con las zonas de ocupación.
Alemania del Este y Alemania Occidental
Los estados del este fueron inicialmente administrados por la Unión Soviética. Luego se convirtieron en la República Democrática Alemana (RDA), aboliéndose de facto en 1952 la organización territorial federal. Con el declive del gobierno de partido único, una de las tareas más importantes del primer y único parlamento de la RDA libremente elegido fue restaurarla. La RDA adoptó el sistema federal de Alemania Occidental el 22 de julio de 1990. Tres meses después, los dos países se reunificaron oficialmente.
La Ley Fundamental de la República Federal Alemana, la Constitución firmada en Bonn en 1949, dio gran importancia a la protección y garantía de los derechos de los diferentes estados federados: estos debían actuar como frenos y contrapesos del poder del gobierno central en un control mutuo que funciona hasta hoy.
Desde un principio hubo consciencia de los problemas estructurales del federalismo alemán. El tamaño de los distintos estados era, y siguen siendo, muy desigual, así como su poder económico. Las cifras de población son variadas. Renania del Norte-Westfalia, por ejemplo, tiene más de 17 millones de habitantes, mientras que la ciudad-estado de Bremen, cuenta con apenas 700.000. No obstante, ningún intento de rediseñar las fronteras estatales ha tenido éxito, como el de 1996, cuando la ciudad-estado de Berlín y el estado de Brandeburgo, que la rodea, celebraron un referéndum para unificarse.
Reformas serían necesarias
Muchos, sin embargo, siguen considerando vital que se realicen reformas. Angela Merkel, al frente de la gran coalición de demócrata cristianos y socialdemócratas, impulsó un paquete de reformas en 2006 que restó competencias a los estados federados, aunque reservándoles algunas importantes, como la política educativa, regulada exclusivamente a nivel estatal.
A veces, los primeros ministros de los estados parecen actuar como príncipes medievales defendiendo su independencia. Pero, al mismo tiempo, el federalismo ha sido clave en los logros de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Sin él, ni la integración de más de 10 millones de refugiados después de la guerra ni la gestión de las consecuencias de la reunificación alemana después de 1990 hubieran tenido éxito.
(lgc/cp)
Un viaje a través de los 16 Estados federados
Berlín, Baviera o Renania son Alemania, pero cada 'land' es diferente y tiene sus propias peculiaridades. Aquí pueden encontrar algunos de los principales atractivos turísticos de la República Federal.
Bayern (Baviera)
Este estado es el primer destino turístico de Alemania. Cada año, unos ocho millones y medio de visitantes extranjeros vienen a Baviera, conocido principalmente por sus tradiciones, trajes típicos, cerveza y gastronomía abundante, así como por su hermoso paisaje. En la región viven alrededor de 12,8 millones de habitantes. Su capital es Múnich.
Baden- Württemberg (Baden-Wurtemberg)
El vecino de Baviera, en el suroeste, es Baden-Württemberg. Famosa por su dialecto y el acento de sus gentes, la región tiene el lema "podemos cualquier cosa, salvo hablar bien alemán". Diversidad es la palabra clave para describir Baden-Württemberg, y sirve para su paisaje, gastronomía y sitios que ver. Aquí viven unos 10,9 millones de personas. La capital es Stuttgart.
Berlin (Berlín)
Entre los 16 estados federados hay tres "ciudades estado". Entre ellas está Berlín, que además es la capital federal, sede del gobierno y la ciudad más grande de Alemania. En ella viven unos 3,7 millones de habitantes y es una ciudad en constante transformación. Por eso precisamente le gusta tanto a los turistas.
Hamburg (Hamburgo)
También una ciudad-estado es la Hamburgo, con alrededor de 1,8 millones de habitantes. Aquí la Gran Libertad no es sólo el nombre de una calle. Con el batir de las olas del Elba contra los muelles se deja sentir también su vibrante pulso. La ciudad portuaria es además la puerta de Alemania al mundo.
Bremen (Bremen)
Es el Estado federal más pequeño de Alemania. Lo forman sólo dos ciudades, Bremen y Bremerhaven (que significa 'Puerto de Bremen'), en las que viven 671.000 de habitantes. Es una ciudad-estado doble, rodeada por un único vecino, el estado de Baja Sajonia. La forma de vida en Bremen se define por su tradición hanseática y su cosmopolitismo.
Niedersachsen (Baja Sajonia)
Poca ciudad, mucho paisaje. Eso es Niedersachsen. Desde las marismas junto al Mar del Norte a las tierras altas, desde la frontera holandesa hasta la zona del Harz y su conocido parque nacional. Geográficamente, es la segunda región más grande de Alemania. Tiene cerca de ocho millones de habitantes. Su capital es Hannover.
Nordrhein-Westfalen (Renania del Norte-Westfalia)
Es la tierra de las alegres orillas del río Rin y de la laboriosa Westfalia. En el Estado con mayor población: 18 millones de habitantes. La ciudad más grande es Colonia (en la imagen), pero la capital es su vecina Düsseldorf.
Rheinland-Pfalz (Renania-Palatinado)
Es la región del vino, del bosque y del senderismo. Creada por la naturaleza, cultivada por el hombre. Regada por el Rin y el Mosela, el Nahe y el Ahr, sus paisajes son una delicia y la experiencia cultural garantizada. Renania-Palatinado tiene poco más de cuatro millones de habitantes. Su capital es Mainz (Maguncia), aunque destaca también Koblenz (Coblenza) (en la imagen).
Hessen (Hessen)
Cualquiera que recorra Alemania, no puede pasar de largo Hesse. El camino lleva de los bellos paisajes de encanto de los cuentos de los hermanos Grimm a la gran metrópolis bancaria de Frankfurt am Main (Fráncfort del Meno). La ciudad más grande, sin embargo, es Hesse. Y la capital del Estado es Wiesbaden. En la región viven 6,2 millones de habitantes.
Saarland (Sarre)
El Sarre, en el suroeste de Alemania, es un pequeño estado con una historia turbulenta. Limita con Francia y Luxemburgo. Su día a día es del más puro estilo de vida europeo. El estado cuenta con alrededor de 1,04 millones de habitantes. Su capital es Saarbrücken.
Schleswig-Holstein (Schleswig-Holstein)
Es la tierra entre dos mares, el Mar del Norte y el Mar del Este (aunque, en español, no se distingue entre este y el Báltico). El ambiente marítimo y la brisa saludable atraen a los visitantes a sus playas, a las islas y a sus ciudades portuarias. Aquí viven unos 2,8 millones de personas. Su capital es Kiel.
También Mecklenburg-Vorpommern se ve bordeado por el mar hasta, ahora sí, el Báltico. El estado es uno de los cinco nuevos estados federados pertenecientes a la RDA (DDR en alemán, la Alemania del Este) incorporados tras la reunificación. En Mecklenburg-Vorpommern viven alrededor de 1,6 millones de habitantes. Su capital es Schwerin.
Brandenburg (Brandemburgo)
Otro de los nuevos estados es también su vecino: Brandenburg. Alrededor de Berlín, Brandemburgo ofrece en comparación pura relajación. La capital del estado es Potsdam, con sus famosos castillos. En toda la extensa región vive menos gente que en Berlín: 2,5 millones de habitantes.
Sachsen (Sajonia)
Sajonia está también en la Alemania oriental y representa, con sus 18.400 kilómetros cuadrados, la superficie media de las regiones alemanas. La capital barroca de Dresde y el extraño paisaje rocoso de la Suiza sajona son solo dos de los muchos destinos interesantes de Sajonia.
Sachsen-Anhalt (Sajonia-Anhalt)
En Sajonia-Anhalt los visitantes encontrarán hermosos jardines como los de Dessau-Wörlitz del siglo XVIII y de estilo inglés, pero también iconos de la modernidad fruto de los maestros de la Bauhaus, con el arquitecto Walter Gropius a la cabeza. En la región viven alrededor de 2,2 millones de personas. Su capital es Magdeburg (Magdeburgo).
Thüringen (Turingia)
Turingia ha dado al mundo grandes pensadores como Lutero, Goethe o Schiller. Alrededor de 2,2 millones de personas. Su capital es Erfurt. Autora: Elisabeth Yorck