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¿Cómo funciona un procedimiento de asilo en Alemania?

Kay-Alexander Scholz (JC/EL)4 de mayo de 2015

Alemania está recibiendo más solicitudes de asilo que nunca en su historia. La pregunta es, ¿cuáles son los pasos a seguir durante el procedimiento?

Deutschland Erste Anlaufstelle für Flüchtlinge in Berlin
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen

Si alguien quiere venir a Alemania en condición de refugiado, primero debe solicitar asilo al departamento de Inmigración, a la autoridad fronteriza, a la policía o a otro tipo de autoridad administrativa. Una vez cumplimentado el paso, es probable que la persona sea enviada a una institución de primera admisión, es decir, a un centro de acogida.

El estado federado que los recibirá y la institución encargada de gestionar la nueva vida de los refugiados se decide, por lo general, sobre la base de la llamada clave Königsteiner. La razón es sencilla: los solicitantes de asilo deben ser repartidos por los 16 estados federados que componen Alemania. Cuantas más personas vivan en una región, mayor es la probabilidad de que los refugiados formen parte de su población.

De esta forma, mientras que Renania del Norte-Westfalia recibe, por ejemplo, al 21 por ciento de los solicitantes, otro estado como Brandenburgo acoge sólo al 3 por ciento. En ocasiones, las asignaciones responden a otros criterios como la disponibilidad y capacidad que tienen las administraciones, o la procedencia del refugiado en cuestión. Y es que no todos los estados federados aceptan solicitantes de todos los países del mundo.

Centro de acogida para refugiados en la localidad de Meißen.Imagen: DW/S. Wassermann

Primera parada: centros de acogida

Las instituciones de primera admisión suelen ser zonas valladas y vigiladas por la policía. En ellas los refugiados pueden dormir, comer, asearse y recibir atención médica. Cada solicitante cuenta con una media de 6,5 metros cuadrados de espacio habitable, además de comida, en ocasiones ropa, vacunas y otro tipo de bienes de primera necesidad. Los niños, además, reciben ayuda adicional para que puedan ir a la escuela.

Los centros de acogida son la antesala de la futura vida de los solicitantes. En estas instituciones se recoge información personal y se toman fotos y huellas digitales de los refugiados que más tarde serán enviadas a la Oficina Federal de Investigación Criminal. De esta forma, las autoridades pueden comprobar, mediante una base de datos comunitaria, si los refugiados ya han solicitado asilo en otro país europeo.

En todas estas instituciones de primera admisión trabajan funcionarios de la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF, por sus siglas en alemán). Puesto que es requisito obligatorio conocer cada caso de forma particular, ellos son los encargados de preguntar a los solicitantes acerca de las razones de su vuelo. Por razones obvias, en las audiencias privadas es necesaria la presencia de un traductor simultáneo. Tras la reunión, se redacta un protocolo para las dos partes y entonces se decide la conveniencia o no de iniciar un procedimiento de asilo. En los casos en los que los solicitantes no tienen derecho de asilo porque otro país de la UE es responsable de su situación, son deportados de inmediato al país en cuestión.

Solicitantes de asilo suben a un avión en el aeropuerto de Karlsruhe/Baden para ser deportados a Serbia y Macedonia.Imagen: picture-alliance/dpa/Seeger

Segunda estación

Una vez transcurridos tres meses, termina la obligación de residir en un centro de acogida. A continuación, los solicitantes de asilo son repartidos por distintos distritos en estricta conformidad con la cuota que determina el programa de asilo. Una vez llegados a las localidades en cuestión, los refugiados son alojados en centros que generalmente administran organizaciones privadas o de beneficencia. Algunos municipios, incluso, ofrecen viviendas disponibles a las familias. También hay casos en los que los propios solicitantes piden ser alojados con familiares que ya viven en el país. Aunque esto es algo que sólo funciona en el caso de cónyuges o hijos menores de edad.

A partir de ahí, las personas pueden moverse libremente por Alemania a menos que exista una orden expresa de permanecer en la localidad asignada. A diferencia de los centros de acogida que financian los estados federados, los "centros de tránsito" son financiados por los distritos y las comunas. Por eso existen grandes diferencias. Mientras que en Baviera la administración estatalasume el cien por cien de la financiación, otros estados federados sólo subvencionan el 20 por ciento de los costes.

Una vez solucionado el tema del alojamiento, llega el momento de trabajar. Y las posibilidades no son buenas. Sin trabajo los refugiados reciben 352 euros al mes durante un máximo de quince meses, a los que se pueden sumar los costes de vivienda y calefacción. Terminado este plazo, la ayuda no termina. Y es que cuando la vida de estas personas ya no es competencia de las comunas, la federación se vuelve a hacer responsable de ellas.

Oficina de extranjería de Brandeburgo.Imagen: picture-alliance/dpa/Patrick Pleul

La decisión

A pesar de que en teoría los procesos no deberían durar más de tres meses, es habitual que tomen algo más de tiempo, en ocasiones más de un año. Esto se debe, sobre todo, al fuerte aumento del número de solicitantes de asilo.

La decisión sobre una solicitud de asilo llega siempre por escrito acompañada de un justificante e indicaciones sobre cómo recibir asistencia judicial, en caso de que sea necesaria. Si la solicitud es aceptada, el interesado recibe un permiso de residencia por tres años y tiene derecho a los beneficios propios de cualquier ciudadano. Una vez cumplido ese tiempo, se revisará su caso.

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