Cómo afecta la tasa de Trump a la visa H-1B a la economía
25 de septiembre de 2025
El sector tecnológico y las universidades de Estados Unidos aún intentan comprender las implicaciones de la propuesta del presidente, Donald Trump, de comenzar a cobrar una tarifa de 100.000 dólares (85.000 euros) por cada solicitud de visa H-1B para trabajadores extranjeros altamente cualificados.
El anuncio de una llamada proclamación afirmaba que las visas H-1B se han "explotado deliberadamente para reemplazar, en lugar de complementar, a los trabajadores estadounidenses con mano de obra peor remunerada y menos cualificada", y que "el abuso sistemático del programa ha socavado nuestra seguridad económica y nacional".
Desde su introducción en 1990, el programa de visas H-1B se ha usado, sobre todo, para proporcionar a la industria tecnológica trabajadores extranjeros altamente cualificados.
Existe un límite en la cantidad de visas H-1B disponibles cada año. El actual es de 65.000, con 20.000 adicionales para no residentes que se gradúen con una maestría o un título superior estadounidense. Y las personas con ocupaciones relacionadas con la informática representan actualmente unos dos tercios de los titulares de estas visas.
Implicaciones inmediatas
El anuncio, "precipitado e impactante", ha causado un "caos extremo", asegura a DW Michael A. Clemens, profesor de Economía en la Universidad George Mason, del estado de Virginia, pues muchos aspectos, incluida su legalidad, aún deben aclararse.
"Creo que la mejor interpretación que tenemos ahora es que se trata de un pago de 100.000 dólares por persona que se aplica al menos a un nuevo empleo inicial", resume Clemens.
El comunicado inicial de Trump no aclaró si la tarifa se aplicaría a titulares existentes, renovaciones, o cada vez que un titular de visa actual reingresara a Estados Unidos.
Aunque la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó posteriormente que la tarifa sería una tarifa de solicitud única que no se aplicaría a los titulares actuales, estas declaraciones parecen contradecir las del secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien afirmó la semana pasada que la tarifa se aplicaría anualmente.
Independientemente de de esas precisiones, los economistas se muestran consternados por las implicaciones inmediatas. La posible pérdida de talento representaría una "tremenda pérdida económica" para la economía estadounidense, prevé Clemens.
Si el plan entra en vigor, grandes empresas multinacionales trasladarían sus operaciones inmediatamente a otros emplazamientos, pronostica Jeremy Robbins, director ejecutivo del Consejo Americano de Inmigración, una organización no partidista.
"Esto perjudicará drásticamente nuestra capacidad en sectores clave para la economía y la seguridad nacional, como la inteligencia artificial y la computación cuántica", dice Robbins a DW. "Muchas de las personas con talento de todo el mundo que quieren venir aquí e innovar empiezan a buscar otro lugar adonde ir", añade.
Los más afectados
Las universidades y las organizaciones sin fines de lucro representan actualmente más de un tercio de las visas H-1B, advierte Clemens. Esto supondría un "duro golpe a la capacidad de cualquier universidad para contratar profesorado extranjero y atraer a los mejores y más brillantes investigadores" y una "eliminación total de la capacidad de cualquier organización no gubernamental para contratar a este personal".
Además, la decisión "destruye a las startups", escribió en X Garry Tan, director ejecutivo de la incubadora de startups Y Combinato. En medio de una carrera por la IA, "les estamos diciendo a los innovadores que innoven en otros lugares. Necesitamos que las pequeñas empresas tecnológicas estadounidenses ganen, no peajes de 100.000 dólares", lamentó.
Grandes compañías de Silicon Valley, como Meta, Google y Amazon, se encuentran entre los mayores usuarios de la visa H-1B, y dependen del programa para obtener científicos e ingenieros. Por sus enormes ingresos, probablemente podrían pagar las tarifas de todos modos, pero también podrían solicitar exenciones.
¿Legítimas afirmaciones de Trump?
La Casa Blanca afirma que se está abusando del sistema H-1B y que perjudica a los trabajadores estadounidenses.
El sistema, diseñado a fines de la década de 1980, necesita una reforma que lo adapte a la economía moderna, que preste atención a cómo lo utilizan las empresas de qué sectores, matiza Robbins. Las protecciones para los trabajadores estadounidenses "probablemente no están donde deberían estar", opina.
"Por eso ciertas organizaciones como la nuestra han apoyado firmemente la reforma del sistema H-1B, para asegurar que se centre en atraer talento y no en encontrar trabajadores más baratos", explica el director ejecutivo del Consejo Americano de Inmigración.
Sin embargo, pese a sus deficiencias actuales, los estudios demuestran consistentemente que ese sistema de visas "crea empleos, impulsa la innovación y contribuye drásticamente al producto interno bruto". Además, los trabajadores tecnológicos estadounidenses "no se ven perjudicados por el programa", porque el desempleo entre los trabajadores tecnológicos altamente cualificados ha sido "dramáticamente bajo, en torno al 2 % durante gran parte de los últimos 10 o 15 años".
No obstante, el abuso del programa es "una realidad", reconoce el académico Clemens, pero el Departamento de Trabajo de EE. UU. "investiga con frecuencia" el cumplimiento de las normas del programa por parte de las empresas e identifica esas infracciones. "Eso, sin duda, justifica la aplicación de la ley y el procesamiento de las infracciones, pero imponerles a todos los inmigrantes una sanción astronómica no tiene nada que ver con eso", afirmó.
Posibles consecuencias a largo plazo
"Décadas de estudios extremadamente rigurosos y revisados por pares" sobre los efectos de los trabajadores con visas H-1B "apuntan consistentemente a un resultado: beneficios para la economía local", insiste Clemens. "Adonde vayan, generan más patentes, propician la formación de más empresas emergentes de alto crecimiento respaldadas por capital de riesgo y dinamizan las economías locales".
Una de las "mayores fortalezas" de Estados Unidos, concluye, por su parte, Jeremy Robbins, es que el país es "el lugar al que más gente talentosa de todo el mundo quiere venir, más que a cualquier otro". Así que sería una "propuesta muy arriesgada poner eso en peligro".
(cp)