La irrupción de los agroquímicos marcó un antes y un después en la productividad agrícola. Pero su uso también ha generado un desequilibrio que amenaza la seguridad alimentaria. La contaminación del suelo y el agua ha reducido la biodiversidad, incluyendo a los polinizadores esenciales. Además, compromete la salud humana. ¿Qué soluciones puede aportar la ciencia para mitigar o revertir el impacto?