¿Será Polonia la nueva locomotora económica de Europa?
20 de octubre de 2025
En una era de pesimismo económico existencial en toda la UE, uno de sus miembros más grandes ha estado publicando consistentemente cifras positivas: Polonia.
Su tasa de crecimiento del PIB de casi 3 % en 2024 la situó por delante de la tasa general de la UE del 1 %, así como de las dos mayores economías del bloque, Francia y Alemania. Francia registró una tasa del 1,2 % mientras que Alemania sufrió una contracción del -0,2 %.
Las perspectivas para 2025 son igualmente favorables, con un crecimiento del 0,8 % en el segundo trimestre (quinta mejor tasa de la UE) y pronósticos que apuntan a un 3,3 % para este año y 3 % para el siguiente.
Este rendimiento no es casual: desde su incorporación a la UE en 2004, Polonia ha mantenido un crecimiento promedio cercano al 4 %, con una notable aceleración en la última década. Actualmente, su mercado de valores está en auge y crece el optimismo sobre su potencial para convertirse en una de las economías más robustas de la UE.
"Durante las últimas dos décadas, Polonia definitivamente superó las expectativas", dijo a DW Katarzyna Rzentarzewska, analista macro jefe para Europa central y oriental en Erste Group.
"El PIB real se duplicó. Esto es algo excepcional. Obviamente, es parte de un proceso de convergencia, pero en general, Polonia se destaca", agregó.
El tamaño importa
Jacob Funk Kirkegaard, investigador senior no residente del Instituto Peterson de Economía Internacional, dice que el éxito de Polonia se ha reflejado en cierta medida en otros estados de Europa del Este y los países bálticos, pero que su tamaño es una diferencia clave.
"Polonia es grande", dijo a DW. "Así que realmente importa, por así decirlo, a nivel agregado de la UE, de una manera que una economía mucho más pequeña no lo hace, tanto política como económicamente".
Polonia, con 37 millones de habitantes, es la quinta población más grande de la UE y su economía se sitúa entre las 20 primeras del mundo por PIB.
Su relevancia no es solo económica sino también estratégica. En los últimos años, ha aumentado el gasto en defensa hasta el punto de que ahora es el número uno en la OTAN en términos de la proporción del PIB que gasta en defensa, actualmente alrededor del 4,5 %.
Aunque gran parte de este gasto militar se dirige a compras en el extranjero, Rzentarzewska destaca que el motor principal del crecimiento polaco es el consumo privado interno, no las exportaciones. "Es el pilar del crecimiento", afirma, señalando que el fuerte mercado interno se refleja en su bajo desempleo y el sólido crecimiento de los salarios reales.
Esta característica le proporciona a Polonia una notable protección frente a choques económicos externos. Como explica la analista: "Cuando ves una recesión global, obviamente las primeras en ser golpeadas son las economías más pequeñas orientadas a la exportación, porque así funciona la cadena de valor", dijo. "En la economía relativamente cerrada de Polonia, el consumo sigue siendo fuerte", añadió.
Un modelo de integración
Entonces, ¿qué ha hecho exactamente bien Polonia? Rzentarzewska ve su exitosa integración en la UE, la OTAN, el Área Schengen y la OCDE como clave para su éxito.
"Si miramos el concepto amplio de integración, Polonia lo hizo realmente bien", dice. Aunque no se unió a la zona euro, se ha beneficiado de una extensa financiación de la UE desde que se unió en 2004.
"No podemos negar que el acceso a los fondos europeos fue enorme, un importante contribuyente al crecimiento", dice.
Kirkegaard coincide y destaca que Polonia "ha hecho bien lo básico": mejoró su infraestructura con fondos europeos, eliminó la corrupción heredada de la era comunista, creó un ambiente favorable para los negocios y desarrolló una fuerza laboral cualificada.
Para él, "Polonia es un ejemplo modelo de integración exitosa en la UE" que supo aprovechar su tamaño como ventaja.
La división política amenaza los fondos de la UE
A pesar de su éxito económico, Polonia enfrenta potenciales obstáculos. El país ha estado políticamente dividido durante las últimas dos décadas entre un bloque de derecha, liderado por el conservador partido Ley y Justicia, y un bloque liberal de centro-izquierda, actualmente encabezado por la Coalición Cívica del primer ministro Donald Tusk.
La coalición pro-europea de Tusk, tras ganar las elecciones parlamentarias de 2023, logró desbloquear 137.000 millones de euros en financiación europea, condicionada a reformas en el sistema judicial para alinearlo con las normas de la UE.
Sin embargo, la reciente victoria del euroescéptico Karol Nawrocki en las elecciones presidenciales de 2025, respaldado por Ley y Justicia, podría complicar las relaciones futuras con Bruselas. Ya se vislumbra un conflicto entre Tusk y Nawrocki sobre la posible destitución de jueces nombrados durante el anterior gobierno conservador.
A pesar de estas tensiones, Rzentarzewska destaca que Polonia ha demostrado capacidad para mantener su progreso económico bajo distintas administraciones: "Polonia es un buen ejemplo de cómo se puede tener progreso y crecimiento dinámico bajo diferentes partidos políticos u orientaciones, ya sea conservadora o más liberal".
¿La nueva Alemania?
Rzentarzewska reconoce que las políticas de bienestar social, como los beneficios por hijos introducidos por Ley y Justicia, han sido positivas para impulsar la economía. Sin embargo, advierte que este gasto adicional, sumado al incremento en defensa y al impacto inflacionario post-pandemia, ha generado tensiones fiscales.
Los planes recientes del ministro de Finanzas Andrzej Domański proyectan un déficit del 6,5 % del PIB para 2026. A pesar de esto, Rafal Benecki, economista jefe para Polonia en ING, indica que las agencias de calificación e inversores no muestran preocupación gracias al robusto crecimiento del país, aunque sugiere la necesidad de "un plan de ajuste fiscal convincente para aumentar la confianza".
"Polonia necesitará abordar eso", coincide Rzentarzewska. "Necesitará someterse a una consolidación fiscal, austeridad fiscal, y esto es naturalmente algo que puede ralentizar el crecimiento". No obstante, enfatiza que el optimismo actual está justificado por la baja tasa de desempleo, la confianza del consumidor y la alta productividad.
Kirkegaard va más allá y sugiere que Polonia tiene lecciones que enseñar al resto de la UE sobre dinamismo económico. "Hubo un tiempo en que Michigan y lo que hoy es el 'Cinturón del Óxido' en Estados Unidos era la parte económicamente dominante de la economía estadounidense", dijo. "Ese ya no es el caso".
"Pero si asumes que Alemania es incapaz de reformarse y Polonia continúa teniendo el desempeño que ha tenido desde que se convirtió en miembro de la UE hace 20 años, entonces eventualmente eclipsará a países como Alemania, que podría convertirse en el cinturón del óxido de Europa".
(few/el)