1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Cómo reciclar excrementos para cultivar alimentos

Shola Lawal
17 de mayo de 2023

Cultivar alimentos con la ayuda de nuestros excrementos reutilizados puede que no suene a promesa gourmet, pero en algunos lugares del mundo se está volviendo a poner de moda poco a poco.

Una persona vierte orina pasteurizada sobre lechuga como fertilizante.
Organizaciones como el Instituto Rich Earth están probando el uso de heces humanas procesadas como fertilizante.Imagen: Marcin Szczepanski/Rich Earth Institute

A lo largo de un año, un ser humano produce una gran cantidad de desechos corporales. Unos 500 kilos de orina y 50 kilos de heces, para ser más exactos. Multiplicado por casi 8.000 millones de seres humanos, esto se traduce en montañas enteras de excrementos y ríos de orina. Sin embargo, la inmensa mayoría se desecha. Un par de proyectos en diversas partes del mundo intentan cambiar esta situación.

Uno de ellos se encuentra a las afueras de París, donde los investigadores del Laboratoire Eau Environnement et Systemes Urbains (Leesu) están obteniendo resultados positivos de los experimentos confertilizantes a base de orina en cultivos de trigo. Los agricultores han comprobado que el rendimiento es equivalente al de la cosecha obtenida con fertilizantes sintéticos, basados en fosfatos o fabricados con gas natural, un combustible fósil contaminante.

Sin embargo, por muy buenos que sean para el medio ambiente nuestros productos procesados, comer alimentos producidos con la ayuda de heces humanas o incluso orina puede ser una idea difícil de vender. ¿Somos demasiado sensibles?

Utilizar materias fecales para la agricultura no es nuevo

Las civilizaciones antiguas conocían la importancia de los desechos corporales. Sabían que los nutrientes de la orina y los excrementos (nitrógeno, fósforo y potasio) contribuían al crecimiento de las plantas.

En su libro "The Other Dark Matter" (La otra materia oscura), la periodista científica Lina Zeldovich escribe sobre la vida en Japón en los siglos XVII y XVIII, cuando la gente comerciaba con shimogoe o "tierra nocturna", que se transformaba en estiércol para esparcirlo en terrenos rocosos menos fértiles.

Se pueden fabricar gránulos de fertilizante con orina humana.Imagen: Sanitation 360

En China, eran más caros los desechos producidos por la gente más rica con el argumento de que una dieta más rica en nutrientes daría lugar a un producto mejor, mientras que en Mesoamérica, los jardines flotantes de la época azteca, conocidos como chinampas,  se reponían en gran medida con excrementos.

Pero en el siglo XIX, las cosas empezaron a cambiar. Según Zeldovich, las canalizaciones modernas y los fertilizantes sintéticos alteraron el diseño cíclico de la naturaleza. "Cuando empezamos a cultivar y a vivir en ciudades, creamos un problema muy interesante", explica. "Cultivamos alimentos en determinados lugares, luego los transportamos y consumimos en otros".

Por tanto, los nutrientes no se devuelven a los campos locales, sino que acaban en las plantas de tratamiento de aguas residuales o en aguas cercanas.

Y eso puede ser una mala noticia si los nutrientes acaban potenciando la proliferación de algas en nuestros lagos y ríos, amenazando a los peces y otras especies acuáticas. Es un gran problema en Estados Unidos, por ejemplo, donde alrededor del 65 por ciento de todos los estuarios y aguas costeras están degradados por nutrientes como el nitrógeno, que fluye de los sistemas sépticos deficientes y se deriva de los fertilizantes que salen de las tierras de cultivo.

¿Dónde se reutilizan los excrementos humanos?

Los experimentos realizados en las afueras de París no son el único ejemplo de aprovechamiento de nuestros residuos. Iniciativas similares, incluidas las centradas en los excrementos, están en marcha desde Norteamérica hasta África.

El Rich Earth Institute, una organización de investigación del estado estadounidense de Vermont, dirige un programa comunitario por el que 180 personas donaron su orina para la agricultura en 2021.

En Kenia, la empresa Sanivation va un paso más allá y fabrica combustible industrial y para cocinar a partir de residuos sólidos, como alternativa al carbón vegetal procedente de la tala de árboles. Tienen clientes en las industrias manufacturera, láctea y textil.

Pero Colin McFarlane, catedrático de saneamiento urbano de la Universidad de Durham (Reino Unido), afirma que faltan infraestructuras para gestionar grandes volúmenes de residuos.

"Todavía no nos hemos acercado a las posibilidades de considerar los residuos humanos como un recurso", afirmó. Sería útil adoptar todas las soluciones posibles para reciclar y gestionar nuestros excrementos".

(gg/ers)

Ir a la siguiente sección Descubra más