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¿Cómo redactar una resolución contra Irán?

Mirra Banchón9 de mayo de 2006

Una carta de Teherán llegó a Washington y el Consejo de Seguridad con presencia de Alemania y la UE se reunió por horas. Todo en vano. El explosivo y empantanado tema de las sanciones contra Irán sigue empantanado.

Central nuclear de Buschehr al sur de Irán.Imagen: picture-alliance/dpa

No existe aún acuerdo en la comunidad internacional en cuanto a una resolución conjunta en contra de Irán por su proyecto nuclear. La divergencia de los intereses de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas -sobre todo entre Estados Unidos, Rusia y China- hace del texto de resolución un asunto espinoso.

Después de varias horas de reunión en Nueva York, el parco resumen del ministro alemán de Relaciones Exteriores, Walter Steinmeier, a la televisión alemana fue: "Quedan cuatro o cinco preguntas por aclarar". En su opinión faltarían unas dos semanas para lograr un acuerdo en cuanto al texto de resolución.

¿Carta irrelevante?

La carta enviada por el gobierno iraní a Washington fue catalogada de trivial y no tuvo, por lo menos aparentemente, ninguna influencia en el transcurso de esta reunión. La misiva de 18 páginas llegó puntualmente antes de la reunión del Consejo de Seguridad y fue pensada pensada como un claro factor de distracción, tanto hacia el interior de Irán como hacia la comunidad internacional que se reunía precisamente para hablar de sanciones.

Sin embargo, para no pocos analistas, esta carta catalogada como irrelevante por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, representa un hito después de 27 años de silencio entre Teherán y la Casa Blanca. En las dieciocho páginas se trataría sólo de religión, historia y filosofía de Irán y no se aportaría nada nuevo a la discusión.

La propuesta europea

En esta reunión entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Unión Europea, con Alemania como parte de la troica de la Unión Europea encargada de las negociaciones con Irán y Javier Solana como alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común se trataba básicamente de lograr un acuerdo en el texto que deberían votar luego los 15 miembros del Consejo de Seguridad, y que tenga probabilidad de no ser vetado por Rusia y China.

La propuesta que con aceptación estadounidense presentaron Francia y Gran Bretaña pretende insuflar nuevos bríos a unas negociaciones empantanadas. Así, el texto propuesto por Francia y Gran Bretaña exhorta a Irán a desistir de su proyecto nuclear, y hace alusión al capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.

Debido a que ese capítulo confiere al Consejo de Seguridad la potestad de imponer sanciones y utilizar medios militares, Rusia y China no están de acuerdo. Debido a los grandes intereses que median entre Moscú, Pekín y Teherán, los dos primeros prescindirían de buena gana de ese recurso en contra de Irán. Hacer alusión al capítulo VII de la Carta abre la puerta a las sanciones y a una mayor escalada de la tensión.

Evitar el descontrol

Claro queda que las posibles sanciones tendrían con bastante probabilidad graves repercusiones internacionales. Al respecto, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Walter Steinmeier, declaró que en todo caso se intentará no poner en marcha un automatismo que luego no pueda ser controlado.

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