No habrá capilla ardiente y el funeral se limitará a 30 personas. El primer ministro Boris Johnson no estará entre ellas.
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Los preparativos del funeral del marido de la Reina Isabel II, el príncipe Felipe, que murió el viernes pasado (09.04.2021) ya han comenzado. Las tareas se han pasado a llamar Operación Puente de Forth, en referencia al Patrimonio Mundial de la UNESCO situado en Escocia.
El funeral real televisado tendrá lugar en la catedral de San Jorge, en el Castillo de Windsor, el sábado 17 de abril a las 16:00 UTC. El país guardará a esa hora un minuto de silencio.
Estos son los planes que se han anunciado hasta ahora:
¿Dónde tendrá lugar el velatorio?
Respetando su deseo de ahorrarse complicaciones, no habrá una capilla ardiente para el Duque de Edimburgo. Esto también tiene sentido en el contexto de la pandemia de coronavirus y las restricciones para eventos multitudinarios, evitando que la gente se congregue para presentar sus respetos al difunto. Por el contrario, el cuerpo permanecerá en la capilla privada del Castillo de Windsor hasta el día del funeral.
¿Qué pasará ese día?
El duque, como la reina madre y la princesa de Gales, Diana, tendrá un funeral solemne. Los funerales de Estado están reservados para la realeza. La única excepción que se hizo fue con el primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill.
El día del funeral, el ataúd será trasladado desde la capilla privada hasta la entrada del Castillo de Windsor. Lo pondrán en un Land Rover que el propio duque ayudó a diseñar y en él lo llevarán a la Capilla de San Jorge. Algunos miembros de la familia real, entre ellos el príncipe Carlos, Guillermo y Harry, caminarán tras el ataúd.
¿Quién acudirá al funeral?
Las restricciones del COVID-19 de Reino Unido establecen que solo 30 personas, incluyendo a los portadores y el sacerdote, pueden participar en un funeral, todas con mascarilla y guardando la distancia de seguridad.
El príncipe Harry es uno de los miembros de la familia real que acudirá al funeral. Su mujer Meghan, que está embarazada, ha recibido la recomendación de no viajar por parte de su médico. Harry, que tiene el título de Duque de Sussex, vive ahora en Estados Unidos con su mujer y no ha vuelto a Reino Unido desde que renunció a los títulos reales el año pasado. El primer ministro Boris Johnson anunció que no acudirá para ceder el puesto a otros miembros de la familia real.
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¿Y qué pasa después?
El período de luto nacional en vigor, con las banderas a media asta en todos los edificios gubernamentales del país, terminará el día del funeral. La familia real guardará dos semanas de luto, pero sus miembros seguirán acudiendo a sus compromisos y llevarán una banda de luto negra cuando sea apropiado.
Las salvas de homenaje se escucharon en todo Reino Unido y Gibraltar al mediodía del sábado. La Marina Real también disparó una salva en homenaje al duque, que sirvió como oficial en ese cuerpo durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Durante cuánto tiempo se suspenderán las campañas políticas?
Reino Unido pretende celebrar elecciones locales el próximo 6 de mayo, pero se ha pedido a los parlamentarios conservadores y laboristas que se abstengan de hacer apariciones mediáticas relacionadas con las elecciones hasta después del funeral. Las ruedas de prensa del primer ministro y los anuncios se restringirán a asuntos relacionados con la pandemia hasta entonces.
¿Y cómo puede el público presentar sus respetos?
Los planes originales para los días anteriores al funeral y la ceremonia en sí misma han tenido que ser abandonados por las restricciones del coronavirus. Se ha pedido no acudir a las residencias reales, ni siquiera para dejar tributos florales, y en lugar de ello hacer donaciones a organizaciones benéficas cercadas al corazón del duque. No obstante, la gente ha seguido dejando flores, tarjetas y otros objetos de homenaje fuera del Palacio de Buckingham y del Castillo de Windsor. La ciudadanía también puede dejar sus mensajes en un libro online de condolencias.
(eal/ers)
En fotos: once cosas poco conocidas sobre Felipe de Edimburgo
El príncipe Felipe de Edimburgo pasó más de seis décadas a la sombra de su esposa, la reina Isabel II, con gran lealtad y una propensión a mostrarse poco respetuoso de lo políticamente correcto.
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance
Sacrificios para casarse con Isabell II
Felipe tuvo que hacer varios sacrificios para poder casarse en 1947 con la entonces princesa Isabel. Renunció a su título de príncipe de Grecia y Dinamarca para tomar la nacionalidad británica y convertirse en duque poco antes de su boda y en príncipe de Reino Unido en 1957. Era de religión ortodoxa, pero aceptó abandonarla para convertirse en anglicano y, para complacer a su novia, dejó de fumar.
Imagen: Central Press/dpa/picture-alliance
Renuncia a su carrera como oficial de la Royal Navy
Tras la muerte del rey Jorge VI, que propulsó a su joven esposa al trono en 1952, Felipe tuvo que renunciar a su prometedora carrera como oficial de la Royal Navy. Tuvo que aceptar, asimismo, que la familia real, y por lo tanto los hijos de la pareja, no llevasen su apellido, sino el de su esposa. Y aunque aspiraba a ser visto como monarca, debió resignarse a un eterno papel de secundario.
Imagen: Illustrated London News Ltd/Mary Evans Picture Library/picture alliance
Rechazo inicial de la familia real
Isabel II siempre lo describió como su "roca" y su "apoyo", pero la familia Windsor estaba lejos de la satisfacción cuando la joven princesa anunció que quería casarse con él. Según el diplomático y escritor Sir Harold Nicolson, el rey Jorge VI y su esposa lo encontraban "grosero, mal educado y sin modales" y consideraban "que sería probablemente infiel".
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Rey de lo políticamente incorrecto
Su temperamento fue efectivamente volcánico, sin ninguna consideración por lo políticamente correcto, aunque en los últimos años se calmó. "¿Lograron que no los comieran?", preguntó a un joven británico que venía de viajar por Papúa Nueva Guinea en 1998. "Ustedes tienen mosquitos, yo tengo periodistas", dijo en Dominica en 1966. Luego compararía a los periodistas con los monos de Gibraltar.
Imagen: PA Chris Radburn/dpa/picture-alliance
Sin morderse la lengua
En otra ocasión, un niño le confesó que quería ser astronauta, y el duque le respondió que estaba demasiado gordo para volar. Cuando se le preguntó si le gustaría visitar la Unión Soviética, dijo: "Me encantaría visitar Rusia, aunque esos cabrones asesinaron a la mitad de mi familia" (en alusión a la suerte de los Romanov). En la foto, Felipe en la premiación de un torneo de Polo en 1966.
Imagen: Express Newspapers/picture alliance
Allegados alemanes del príncipe
En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la aristocracia británica se sentía incómoda con los allegados alemanes del príncipe. Sus cuatro hermanas mayores, casadas con príncipes alemanes cercanos al Reich, no fueron invitadas a su boda con Isabel. En la foto, Felipe de Grecia y Dinamarca de bebé en la década de 1920.
Imagen: London Express/dpa/picture-alliance
"Muévete, repollo"
El apodo cariñoso con que el príncipe se dirigía a su esposa se hizo público en 2006 con la película "The Queen", en la que, cuando se mete en la cama, le dice "muévete, repollo". Esto podría provenir de una traducción de la expresión francesa "mon petit chou" ("mi pequeño repollo"), ya que Felipe vivió siete años en Francia cuando era niño. En la foto, la pareja con el príncipe Carlos en 1949.
Las relaciones con su hijo mayor, Carlos, "nunca fueron especialmente cálidas" y llegaron a su nivel más bajo en 1995, según el semanario "The Mail". Los dos hombres se habrían declarado "la guerra" tras la decisión del duque de talar 63 viejos robles en el parque del castillo de Windsor. El príncipe Carlos, ecologista convencido, habría acusado a su padre de vandalismo, según el diario.
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Un padre duro y frío
A menudo descrito como un padre duro y frío, cuando Carlos era un niño joven y sensible decidió enviarlo al austero pensionado escocés de Gordonstoun, cuyos rigores habrían endurecido al atlético Felipe pero resultaron un verdadero infierno para su hijo. En la foto, la familia real británica visita el Partenón en Atenas en 1964.
Imagen: Bob Haswell/Express/Getty Images
Pasatiempos favoritos
El duque de Edimburgo era conocido por su amor por los caballos y por las actividades ecuestres como el polo y las carreras de carruajes, un deporte en el que compitió para Reino Unido. También le gustaba escribir, pilotar aviones y tenía gran afición por los automóviles. Sin embargo, la pasión del príncipe por la pintura era menos conocida.
Imagen: Chris Radburn/dpa/picture alliance
Pintor entusiasta
Coleccionista de obras de arte, también pintaba él mismo: su obra más célebre es un cuadro de 1965 en que se ve a su esposa leyendo la prensa matutina y titulado "La reina en el desayuno, castillo de Windsor". En la foto, cuadro del príncipe Felipe pintado por el artista de origen australiano Ralph Heimans en el año de su retirada de los compromisos públicos en 2017. (few: afp, efe)
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance