Gran Bretaña necesitará tiempo para hallar una salida a la crisis del “brexit”. Theresa May salió aún más debilitada, y los obstáculos son grandes. Estas son las opciones.
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Moción de censura: El más reciente acto en el drama del “brexit” fue el voto de desconfianza de la oposición laborista, este miércoles. May sobrevivió a ese ataque. Las filas de los conservadores y del partido unionista irlandés del norte, DUP, que apoya al Gobierno de May, se unen tan pronto como esté en juego la preservación de su propio poder. La respuesta de los que apoyan un “brexit” duro es, por lo tanto, un “no” al acuerdo sobre el “brexit”, y un “sí” a Theresa May. Eso hizo que la primera ministra permanezca en el poder, pero sin capacidad de acción y políticamente paralizada.
A pesar de eso, Corbyn anunció que la perseguirá con una serie de votos de confianza. Es probable que en algún momento de las próximas semanas tenga éxito al hacerlo, y hay ejemplos en la historia de Reino Unido que hacen pensar eso. Pero es bastante improbable que haya nuevas elecciones.
El “Plan B” de May: Theresa May tiene tiempo hasta el lunes (21.01.2019) para presentar ante el Parlamento británico su “Plan B”. Anunció conversaciones con la oposición para encontrar una línea común. Al mismo tiempo, dejó en claro que insiste en su línea roja. Es decir, que sigue excluyendo una permanencia de Gran Bretaña en la unión aduanera y en el mercado comunitario interno.
Aún se considera probable que la primera ministra se dirija el lunes al Parlamento con el mismo acuerdo de salida de la Unión Europa, es decir, con el “Plan A”, prometiendo cambios que, nuevamente, tratará de conseguir por parte de Bruselas. Al mismo tiempo, los diputados podrían, el próximo lunes, cubrir su propuesta con solicitudes de modificación y comenzar así a reducir las opciones posibles.
El punto de vista europeo: Las reacciones desde Bruselas y las capitales europeas son diversas. En la cúpula de la UE predomina el pesar por el rechazo de un acuerdo del “brexit” “justo y equilibrado”. Asimismo, parece que ahora la pelota está en el campo británico, y que se espera una nueva propuesta. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, va aún más allá e insinúa que un segundo referéndum sería la mejor solución a la crisis. A todo esto, la UE advierte que May se acerca peligrosamente un “brexit” duro. Y ese es un resultado que nadie quiere.
Desde París llega una línea más bien dura, en la tradición de las negociaciones sobre el “brexit” realizadas hasta el momento. Un vocero del presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que sería un error esperar que la UE reaccione ahora de manera atropellada y débil. Por el contrario, la UE, dijo, no abandonará sus valores comunes. Y añadió que, para aprobar una prolongación del plazo, se necesita un plan concreto y con perspectivas de éxito.
La canciller alemana, Angela Merkel, señaló este miércoles (16.01.2019), por su parte: “No creemos que sea tarea de la parte británica decirnos ahora cómo seguirá esto”. Y agregó, de manera algo críptica, que todavía “es tiempo de negociar”. Queda por interpretar si la canciller quiere decir con eso que el acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea puede volver a tratarse, o si se podría negociar acerca de posturas políticas u otras aclaraciones y añadiduras.
El gobierno irlandés en Dublín subrayó que la UE tiene una posición clara en común en lo que respecta al “backstop”, que impediría una frontera dura entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que no puede volver a ser negociada. Londres es quien debería decir cómo continuar.
Un “brexit” duro: Boris Johnson, un defensor del “brexit”, escribió, luego del rechazo del acuerdo, que habría que “prepararse ahora con más entusiasmo para un ‘brexit’ duro”. Es sabido que él y otros conservadores de la línea más dura piensan que una salida de ese tipo sería beneficiosa, pues liberaría a Gran Bretaña y traería un futuro promisorio. Sin embargo, la mayoría en el Parlamento, e incluso entre los tories, está en contra de que el país se asome a un abismo político y económico. Es también posible una resolución de la Cámara Baja que excluya esta alternativa.
La Cámara Baja británica: Predecir la cantidad de diputados que se pondrían de acuerdo en el Parlamento es más difícil de lo que se creía. El liderazgo del Partido Laborista se niega, hasta el momento, a llevar a cabo un segundo referéndum. Cerca de 100 diputados laboristas, sin embargo, ya pidieron un segundo plebiscito. También se habla de que los diputados propondrían una solución “noruega”, con la permanencia del Reino Unido dentro del mercado interno de la UE, o dentro de la unión aduanera, o una combinación de ambas opciones. Y sobre todo, de una solicitud de prolongación del plazo, que se cumpliría el 29 de marzo.
Prolongación del plazo de salida de la UE: El proceso para hallar una mayoría debería haberse realizado, por supuesto, al comienzo de las negociaciones sobre el “brexit”, y no al final. Es decir, que parece ser necesario un plazo que vaya más allá del 29.03.2019. La UE ya insinuó que sería posible extenderlo hasta fines de junio. Además, hay poca voluntad de seguir prolongando el teatro del “brexit” durante mucho tiempo más. Por otro lado, La dramática derrota de May es una clara ruptura en el actual proceso. A partir de ahora, mucho es improbable, pero, en definitiva, todo es posible.
(cp/elm)
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Estos son los protagonistas del "brexit"
Reino Unido está abandonando la UE. ¿Quiénes son los protagonistas de este drama? Acá revisamos a los involucrados en este desordenado divorcio.
Imagen: picture-alliance/empics
La líder dubitativa: Theresa May
Theresa May se convirtió en primera ministra luego de que David Cameron renunciara al cargo tras la votación del "brexit", en junio de 2016. Desde entonces, May ha intentado determinar qué tipo de "brexit" quiere su Gobierno. La línea más dura del Partido Conservador busca una salida a toda costa. Otros prefieren mantenerse cerca del bloque. La UE ha rechazado muchas de las exigencias de May.
El líder laborista no juega ningún rol en las conversaciones sobre el "brexit", pero es influyente en su condición de jefe del principal partido opositor. Los laboristas han presionado al Gobierno, que tiene ligera mayoría en el Parlamento, para obtener un "brexit" suave. Pero la actitud de Corbyn ha sido tibia. En 1975, el izquierdista votó por la salida de Reino Unido de la Comunidad Europea.
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El enemigo bullicioso: Boris Johnson
Los dos turbulentos años de Boris Johnson como ministro de Exteriores llegaron a su fin el 9 de julio de 2018. El conservador había sido uno de los principales rostros de la campaña por salir de la UE y siempre desaprobó la propuesta de "brexit suave" de May, señalando que lo mejor era un quiebre total con la UE. En su día, fue el segundo miembro del gabinete en renunciar en 24 horas.
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El alegre exdelegado: David Davis
David Davis encabezó el Departamento Británico para la Salida de la UE y fue jefe negociador de su país hasta que dejó su puesto, el 8 de julio, 24 horas antes de que Downing Street anunciara también la salida de Boris Johnson. Davis se había opuesto durante años a la UE y por ello se le otorgó el cargo. Estuvo en varias rondas de negociaciones con su contraparte de la UE, Michel Barnier.
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Tras los pasos de Davis: Dominic Raab
Tras la renuncia de David Davis, Theresa May convocó al euroescéptico Dominic Raab. Este legislador pro "brexit", había ejercido antes como jefe de personal de Davis. Previamente, había trabajado para un negociador palestino en el proceso de paz de Oslo, además de desempeñarse como abogado internacional en Bruselas. El 15 de noviembre, también Raab renunció al cargo.
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El diplomático del cambio: Jeremy Hunt
Jeremy Hunt fue el encargado de Salud del Reino Unido hasta que reemplazó a Johnson como titular de Exteriores, en julio de 2018. El político, de 51 años, había apoyado la permanencia en la UE, pero dijo en 2017 que había cambiado de opinión en respuesta a la "arrogancia de la Comisión Europea" en las conversaciones sobre el "brexit". Se ha comprometido a lograr "un gran acuerdo" para Reino Unido.
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El duro: Nigel Farage
Nigel Farage fue el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido ((UKIP) hasta julio de 2016. En su rol, ayudó a presionar al entonces premier David Cameron para que llamara a un referéndum sobre el "brexit". Fue un activista en la campaña por dejar la UE, y todavía tiene cierta influencia en las conversaciones debido a su enorme popularidad entre los que apoyan el "brexit".
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El hombre de las finanzas: Arron Banks
El empresario Arron Banks es amigo de Farage y donó una cantidad de dinero importante al antiguo líder de UKIP, llegando a convertirse en el mayor financista del movimiento por la salida de la UE. Tuvo varias reuniones con autoridades rusas antes del referéndum, pero ha rechazado acusaciones de haberse coludido con Rusia de cara al "brexit", calificando las denuncias como una "cacería de brujas".
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Los jefes europeos: Jean-Claude Juncker y Donald Tusk
Los presidentes de la Comisión Europea (Juncker) y del Consejo Europeo (Tusk) son los cargos más importantes dentro del bloque. Juncker dirige el Ejecutivo. Tusk representa a los 27 gobiernos de la UE. Y ambos han liderado la posición de Bruselas en las negociaciones. Lo que diga Tusk es muy importante: sus 27 jefes -y no la Comisión- son los que votarán el acuerdo que se alcance con Londres.
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El europeísta acérrimo: Michel Barnier
Desde que fue nombrado negociador principal para el "brexit", en octubre de 2016, el exministro de Exteriores de Francia y comisionado europeo se ha convertido en un nombre familiar en la UE. Pese a su prominencia, Barnier tiene un margen de acción limitado. Su función es seguir las estrictas directrices que imponen los 27 e informar periódicamente de los avances en las conversaciones.
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El vigilante inquieto: Leo Varadkar
El premier irlandés ha sido uno de los líderes más importantes durante las negociaciones. Reino Unido ha dicho que abandonará la unión aduanera y el mercado único de la UE. Eso significa que Irlanda, miembro de la UE, podría reinstalar controles aduaneros en la frontera con Irlanda del Norte, una región británica. Pero Varadkar ha dicho que el regreso de una "frontera dura" no es aceptable.
Los líderes de los 27 gobiernos de la UE han dirigido las negociaciones. Han acordado los lineamientos generales que deben encauzar el camino del jefe negociador Barnier, y han ayudado a crear una posición común que debe ser coordinada por Tusk y Juncker. Cada gobierno puede, además, influir en el resultado final, pues el acuerdo debe ser aprobado por unanimidad.