Las pruebas con gases de escape en monos han renovado el debate sobre los ensayos con animales. Si bien los investigadores dicen que es imposible eliminarlos, aceptan que puede ser menos crueles y señalan alternativas.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Grubitzsch
Publicidad
Para Jo Neill, su día de trabajo no termina sin visitar a sus ratas de laboratorio. Siendo profesora de psicofarmacología en la Universidad de Manchester, en el Reino Unido, su campo de investigación depende de estos roedores.
Neill inyecta a sus animales un producto químico y observa sus comportamientos de aprendizaje y memoria. Solo obtendrá la aprobación de los reguladores para probar la sustancia química en humanos si beneficia a sus ratas, que enferman por la imitación experimental de una forma de esquizofrenia humana.
"Es imposible pensar en encontrar un reemplazo para las ratas para realizar este tipo de experimentos de comportamiento en psiquiatría", dijo Neill a DW.
Pruebas con animales
Hace más de 50 años, los científicos británicos presentaron el principio de las 3R: reemplazo, refinamiento y reducción, para el uso de animales de laboratorio.
Neill dice que después de una serie de experimentos ella suele esperar una semana para reutilizar a sus animales en otra prueba. Así logran recuperarse del experimento anterior, y luego de una evaluación veterinaria de la salud en los animales, ella continúa realizando más experimentos.
Imagen: Wikipedia/J. Stephens
"Esta es nuestra forma de reducir el uso de animales en el laboratorio", dijo Neill.
Neil también nos cuenta acerca del manejo de animales, incluida su vivienda, como parte del cuidado de su bienestar. Por ejemplo, animales como las ratas son muy sociables, y el hasinamiento en jaulas a menudo los estresa. Entonces a las ratas se les da más espacio.
Porque al final, el bienestar animal no es simplemente una construcción abstracta.
"El bienestar de los animales es primordial: si el animal no está bien, los resultados de sus experimentos no tendrán sentido", señaló Neill.
Aunque en el laboratorio de Neill las ratas terminan muriendo, investigadores como Michael Emerson, del Imperial College de Londres, están perfeccionando sus métodos para evitar matarlos.
Promoviendo un estándar global
El compromiso con el bienestar de los animales de laboratorio va de la mano con la transparencia al divulgar y justificar su uso en la investigación, según Judy MacArthur Clark, directora ejecutiva de JMC consultancy, una empresa que fundó y que busca establecer regulaciones sobre pruebas en animales.
Clark transmite ejemplos de prácticas de bienestar animal en el extranjero a países como China y Brasil, en nombre del gobierno del Reino Unido, y establece la colaboración entre ellos y Londres, para ayudarlos a desarrollar y supervisar la ratificación de normas reguladoras de bienestar animal en los laboratorios.
"He estado trabajando con el gobierno chino durante los últimos cuatro años en el desarrollo de los estándares de investigación sobre bienestar animal, que están a punto de publicarse", dijo Clark a DW.
Imagen: BUAV
Alternativas al sacrificio de animales
Muchas veces, los experimentos con animales, como las pruebas recientes de humo de diésel en monos realizadas por la industria automotriz, no son moral ni científicamente justificables, dicen los expertos en ética.
"Si sientes que tienes que hacer un estudio con animales, necesitas tener un argumento convincente para el Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales, señalando por qué esto está justificado, y debes llevarlo a cabo con el menor número de animales y el menor sufrimiento posible", dijo a DW Thomas Hartung, director del Centro de Alternativas a la Experimentación con Animales de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos.
Hartung también pide una mejor reproducibilidad de las pruebas con animales para justificar adecuadamente su uso. Los métodos alternativos, como el uso de células madre, podrían ayudar a reducir las pruebas con animales en laboratorios en el futuro.
Pero muchos investigadores creen que las pruebas con animales no pueden evitarse por completo.
Shankar Balakrishnan, Vijay (JCB/ER)
¿El fin de la cría intensiva de animales?
El nuevo atlas de la carne promete "recetas para una mejor tenencia de animales". Si repensamos nuestro consumo de carne se benefician animales, consumidores y el medioambiente, afirman los editores.
Imagen: picture-alliance/Presse-Bild-Poss
Cría intensiva de animales a nivel global
El consumo de carne crece rápidamente. Los bosques son talados para crear espacios para plantas forrajeras. La cría intensiva de animales lanza al mercado carne cada vez más barata. Pero el precio a pagar es en realidad muy alto: un gran daño para el medioambiente, así como aguas contaminadas con nitratos. Muchos pequeños agricultores pierden la batalla por los precios y terminan rindiéndose.
Imagen: picture-alliance/dpa
Comer menos carne
Si los alemanes reducen a la mitad su consumo de carne, podrían alimentarse sanamente respetando el medioambiente. Se podría empezar por servir porciones más pequeñas en las cantinas o restaurantes. Para hacer repensar a los consumidores se podría crear una etiqueta de CO2 para la carne o un “impuesto de protección animal”, que promueva la tenencia de animales, acorde con la especie.
Imagen: picture alliance / Fotoagentur Kunz
Limitar el uso del abono líquido
En 2017 se esparcieron en Alemania 208 millones de metros cúbicos de estiércol, abono líquido y restos de fermentación. Estos fertilizantes provenían de la explotación intensiva de animales, dentro y fuera del país. En consecuencia la concentración de nitrato en las aguas subterráneas excedió ocho veces el límite marcado por la UE. Así los consumidores pagan más para la producción de agua potable.
Imagen: picture alliance/F. May
Más campo, menos establo
La regla básica debe ser que un negocio mantenga solamente un número de animales acorde a sus áreas de cultivo. Entonces las excreciones de los animales podrán ser empleadas como fertilizantes en el ciclo agrícola, sin dañar el medioambiente. Además los suelos de las praderas almacenan CO2.
Imagen: picture-alliance/dpa
Etiqueta de buena ganadería
Los consumidores deberían saber de dónde proviene su carne. Los autores del atlas exigen que esté señalado el tipo de tenencia animal, así como detalles sobre el pienso y el espacio disponible para los animales. Pero no será fácil llevarlo a la práctica, ya que faltan tanto los estándares correspondientes en la UE, como una reglamentación acorde por parte de la Organización Mundial del Comercio.
Imagen: picture-alliance/dpa
Reutilizar todo
Entre el 40 y 55 por ciento de un animal sacrificado es considerado “despreciable” y nunca llega al mostrador de una carnicería alemana. Una parte es exportada, causando problemas en los mercados locales. En Alemania son cada vez más los cocineros estrella que redescubren las entrañas, sesos o estómagos con la meta de reutilizar todo el animal, sin producir desechos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Stockfood
Tenencia combinada
Plantas fotovoltaicas como pasto de ovejas, huertos frutales para la ceba de gansos o gallinas en una plantación frutal, que coman los parásitos, abonen el prado y encima pongan huevos. La tenencia combinada beneficia a todos: el agricultor obtiene mayores ingresos y los animales disfrutan de una vida acorde a las necesidades de su especie.
Imagen: picture alliance/blickwinkel/R. Linke
El que lo puede todo
Es difícil vender la carne de las vacas lecheras “turbo” o de las gallinas ponedoras industriales y también la descendencia masculina es poco rentable. Sin embargo, hay razas animales que producen tanto carne, como leche o huevos – aunque son más lentas en el proceso de producción. Muchos agricultores ecológicos redescubrieron viejas razas de animales útiles.
Imagen: AP
Muchas reglas, poco control
La tenencia de animales útiles está reglamentada por prescripciones de la UE y por el derecho alemán de protección animal. Los animales deben ser mantenidos acorde a su comportamiento biológico y sin dolores ni sufrimiento. Pero un estudio destapó que más de la mitad de los animales están enfermos. Los protectores de animales exigen mayores penas, más control estatal y un derecho de demanda.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de precios entre minoristas
En Alemania hay cinco cadenas de supermercados que controlan tres cuartas partes de la oferta alimenticia. Los precios son dictados muchas veces por los minoristas, que ofrecen carne barata todas las semanas. Pero, según el atlas de la carne, los líderes en el mercado podrían utilizar su poder para fomentar la protección animal. Por ejemplo, a través de etiquetas controladas independientemente.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Baumgarten
Reorganizar los subsidios de la UE
La UE subvenciona todos los años con unos cinco mil millones de euros sobre todo a los grandes establecimientos – porque el fomento se paga por hectárea. Los autores del atlas de la carne exigen que se redistribuya la ayuda agrícola de la UE entre pequeños y medianos establecimientos y que aquellos que practiquen una tenencia acorde a las especies y al medioambiente también obtengan más dinero.