Renuncias, un anunciado golpe de Estado y la inquebrantable determinación de la primera ministra de luchar por su acuerdo hunden a Londres en el caos. La mentira está en el corazón del "brexit", asegura Barbara Wesel.
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Tan pronto como los ministros y los parlamentarios en Londres tuvieron el tiempo suficiente para darle un vistazo Al acuerdo por el "brexit" de 585 páginas, comenzaron las explosiones políticas que hacen que Theresa May y su gobierno se tambaleen. Para muchos, solo leer la palabra "unión aduanera" fue suficiente para dar inicio a las hostilidades. Una aparición en la Cámara de los Comunes y una serie de renuncias, incluida la del ministro para el "brexit", Dominic Raab, sumieron a la primera ministra y a todo el sistema político británico en el caos.
Qué maravilloso "brexit"
Se escucharon risas en el Parlamento cuando Theresa May dijo que había negociado un "brexit" ordenado. Este trato es puro veneno político: para los "brexiters" es un acuerdo que los deja demasiado cerca de la UE, mientras que los escoceses se sienten excluidos, el DUP de Irlanda del Norte exige un trato igualitario y el opositor Partido Laborista pretende derrocar a todo el gobierno "tory" con la ayuda del "brexit".
Sin embargo, ante la fuerte resistencia, la primera ministra mostró una vez más su intrasigencia. Una vez que ha tomado un curso, comprometida con un objetivo, es imposible disuadirla. Como un terrier, May muerde una cosa y la justifica con una letanía repetitiva de frases.
Este acuerdo es de interés nacional, ese es el lema del "brexit". Y la jefa de Gobierno lo repitió una docena de veces en el transcurso de la jornada en la que debía luchar por su propia supervivencia. E incansablemente afirmó que su convicción en este "brexit" viene desde su corazón.
La mentira está en el corazón del "brexit"
Quien haya escuchado los argumentos de May en torno a rescatar los puestos de trabajo y asegurar la prosperidad y la seguridad del país, concluye que el mejor plan sería simplemente "no 'brexit'". Gran Bretaña no se convertiría en el "vasallo" de la UE sin derechos de voto, el daño económico se evitaría, Irlanda del Norte se pacificaría aún más, la política de seguridad común se salvaría: la vida podría ser tan fácil.
En su lugar, la primera ministra una vez más sostuvo que su acuerdo traerá todos los beneficios que en realidad están asociados con la membresía de la UE. Y se entusiasmó con la maravillosa relación futura con los europeos, cosa que todavía no está resuelta. En el corazón del "brexit" radica la mentira de sus defensores.
May reiteró los misteriosos beneficios del "brexit". Prometió mejores escuelas y hospitales, cosa que no tiene nada que ver con la UE sino con los años de abandono por parte del gobierno conservador en Londres.
Como siempre, se trata del poder
Y así, Theresa May continúa confundiendo el "interés nacional" con el capricho ideológico de los conservadores, que durante décadas responsabilizaron a Europa de todos los males, y que ahora devora al partido desde adentro. Si bien algunos pueden admirar el espíritu de lucha de la primera ministra, ella sacrifica el bienestar de su país por su propio liderazgo y su lucha interna por el poder conservador.
Si sus propios "brexiters" la apuñalaran por la espalda como se anunció, May se merecería esa muerte política. El futuro del "brexit", sin embargo, está en suspenso porque nada se acuerda hasta que todo está acordado. Y por todos. Cuatro meses antes de la fecha de salida, los británicos tienen el tiempo suficiente para evitar el desastre anunciado.
(DG/RRR)
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Estos son los protagonistas del "brexit"
Reino Unido está abandonando la UE. ¿Quiénes son los protagonistas de este drama? Acá revisamos a los involucrados en este desordenado divorcio.
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La líder dubitativa: Theresa May
Theresa May se convirtió en primera ministra luego de que David Cameron renunciara al cargo tras la votación del "brexit", en junio de 2016. Desde entonces, May ha intentado determinar qué tipo de "brexit" quiere su Gobierno. La línea más dura del Partido Conservador busca una salida a toda costa. Otros prefieren mantenerse cerca del bloque. La UE ha rechazado muchas de las exigencias de May.
El líder laborista no juega ningún rol en las conversaciones sobre el "brexit", pero es influyente en su condición de jefe del principal partido opositor. Los laboristas han presionado al Gobierno, que tiene ligera mayoría en el Parlamento, para obtener un "brexit" suave. Pero la actitud de Corbyn ha sido tibia. En 1975, el izquierdista votó por la salida de Reino Unido de la Comunidad Europea.
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El enemigo bullicioso: Boris Johnson
Los dos turbulentos años de Boris Johnson como ministro de Exteriores llegaron a su fin el 9 de julio de 2018. El conservador había sido uno de los principales rostros de la campaña por salir de la UE y siempre desaprobó la propuesta de "brexit suave" de May, señalando que lo mejor era un quiebre total con la UE. En su día, fue el segundo miembro del gabinete en renunciar en 24 horas.
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El alegre exdelegado: David Davis
David Davis encabezó el Departamento Británico para la Salida de la UE y fue jefe negociador de su país hasta que dejó su puesto, el 8 de julio, 24 horas antes de que Downing Street anunciara también la salida de Boris Johnson. Davis se había opuesto durante años a la UE y por ello se le otorgó el cargo. Estuvo en varias rondas de negociaciones con su contraparte de la UE, Michel Barnier.
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Tras los pasos de Davis: Dominic Raab
Tras la renuncia de David Davis, Theresa May convocó al euroescéptico Dominic Raab. Este legislador pro "brexit", había ejercido antes como jefe de personal de Davis. Previamente, había trabajado para un negociador palestino en el proceso de paz de Oslo, además de desempeñarse como abogado internacional en Bruselas. El 15 de noviembre, también Raab renunció al cargo.
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El diplomático del cambio: Jeremy Hunt
Jeremy Hunt fue el encargado de Salud del Reino Unido hasta que reemplazó a Johnson como titular de Exteriores, en julio de 2018. El político, de 51 años, había apoyado la permanencia en la UE, pero dijo en 2017 que había cambiado de opinión en respuesta a la "arrogancia de la Comisión Europea" en las conversaciones sobre el "brexit". Se ha comprometido a lograr "un gran acuerdo" para Reino Unido.
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El duro: Nigel Farage
Nigel Farage fue el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido ((UKIP) hasta julio de 2016. En su rol, ayudó a presionar al entonces premier David Cameron para que llamara a un referéndum sobre el "brexit". Fue un activista en la campaña por dejar la UE, y todavía tiene cierta influencia en las conversaciones debido a su enorme popularidad entre los que apoyan el "brexit".
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El hombre de las finanzas: Arron Banks
El empresario Arron Banks es amigo de Farage y donó una cantidad de dinero importante al antiguo líder de UKIP, llegando a convertirse en el mayor financista del movimiento por la salida de la UE. Tuvo varias reuniones con autoridades rusas antes del referéndum, pero ha rechazado acusaciones de haberse coludido con Rusia de cara al "brexit", calificando las denuncias como una "cacería de brujas".
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Los jefes europeos: Jean-Claude Juncker y Donald Tusk
Los presidentes de la Comisión Europea (Juncker) y del Consejo Europeo (Tusk) son los cargos más importantes dentro del bloque. Juncker dirige el Ejecutivo. Tusk representa a los 27 gobiernos de la UE. Y ambos han liderado la posición de Bruselas en las negociaciones. Lo que diga Tusk es muy importante: sus 27 jefes -y no la Comisión- son los que votarán el acuerdo que se alcance con Londres.
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El europeísta acérrimo: Michel Barnier
Desde que fue nombrado negociador principal para el "brexit", en octubre de 2016, el exministro de Exteriores de Francia y comisionado europeo se ha convertido en un nombre familiar en la UE. Pese a su prominencia, Barnier tiene un margen de acción limitado. Su función es seguir las estrictas directrices que imponen los 27 e informar periódicamente de los avances en las conversaciones.
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El vigilante inquieto: Leo Varadkar
El premier irlandés ha sido uno de los líderes más importantes durante las negociaciones. Reino Unido ha dicho que abandonará la unión aduanera y el mercado único de la UE. Eso significa que Irlanda, miembro de la UE, podría reinstalar controles aduaneros en la frontera con Irlanda del Norte, una región británica. Pero Varadkar ha dicho que el regreso de una "frontera dura" no es aceptable.
Los líderes de los 27 gobiernos de la UE han dirigido las negociaciones. Han acordado los lineamientos generales que deben encauzar el camino del jefe negociador Barnier, y han ayudado a crear una posición común que debe ser coordinada por Tusk y Juncker. Cada gobierno puede, además, influir en el resultado final, pues el acuerdo debe ser aprobado por unanimidad.