Varios estudios han demostrado que un consumo moderado y habitual, no solo no provoca un aumento de la presión a largo plazo, sino que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades del corazón. El café reduce el riesgo de padecer diabetes, aumenta la concentración y sus antioxidantes protegen los vasos sanguíneos. El café podría incluso desempeñar un papel protector frente a algunos tipos de cáncer.