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ClimaEuropa

Lluvias torrenciales en Grecia y Turquía: así es "Omega"

6 de septiembre de 2023

Primero un calor insoportable e incendios forestales en el sur de Europa, ahora lluvias devastadoras. Cuanto más dure la situación "Omega", más extremo será el clima.

Imagen de un vehículo arrastrado por las fuertes lluvias en Grecia.
Lluvias torrenciales azotan a Grecia y Turquía. Imagen: Sevina Dariotou/Eurokinissi/ANE/IMAGO

El tiempo parece enloquecer: tras un calor abrasador y destructivos incendios forestales en el sur de Europa, ahora la región sufre devastadoras inundaciones, primero en España e Italia y ahora lluvias torrenciales en Grecia y Turquía.

La llamada situación meteorológica "Omega" es la responsable de los fenómeno climáticos actuales, con eventos extremos que pueden darse en distintas partes del mundo, no sólo en Europa. Estos sistemas de altas presiones también se forman en América del Norte y del Sur, en Asia y en Australia, y son especialmente importantes en el periodo de transición entre el verano y el invierno porque proporcionan un equilibrio de la temperatura del aire entre las regiones tropicales y polares. A veces, sin embargo, también se producen en verano o en invierno.

Cuando los meteorólogos oyen este término, no intuyen nada bueno. Primero, porque la situación meteorológica Omega es especialmente destructiva. Una enorme zona de altas presiones se instala sobre Europa Central, flanqueada por dos zonas de bajas presiones sobre el Atlántico Norte y Europa Oriental.

El diagrama que se dibuja sobre el mapa se parece mucho a la última letra del alfabeto griego. En realidad, Omega también significa el final. Pero esta situación meteorológica tan especial no parece querer terminar.

Contrastes extremos por "Omega"

Las consecuencias no podrían ser más diferentes: mientras en Europa Central hace un tiempo excepcionalmente soleado de finales de verano, ya que las zonas de bajas presiones se irán alejando sobre el Mediterráneo, Europa Occidental -como España en los últimos días- o Europa Sudoriental -como Grecia y Turquía- se ven azotadas por fuertes lluvias porque el sistema de bajas presiones apenas se desplaza.

El aire más frío del norte se junta con el aire muy cálido sobre el Mediterráneo, como ocurre ahora, el vapor de agua ascendente proporciona energía adicional a la zona de bajas presiones, formando enormes depresiones tormentosas con fuertes precipitaciones muy localizadas.

Tras un verano largo y demasiado caluroso, los suelos resecos no pueden absorber estas masas de agua. En algunos lugares, los incendios forestales han destruido la vegetación que podría servir de soporte. El resultado son inundaciones, deslizamientos de tierras y flujos torrenciales de lodo.

La situación "Omega" persiste

Los meteorólogos observan cada vez con más frecuencia este tipo de obstrucciones, también llamadas bloqueos. Estas situaciones impiden que los vientos lluviosos del oeste, por ejemplo, penetren en Europa Central.

El "cuento de hadas del verano" de 2006, que coincidió con el Mundial de Fútbol de Alemania, fue una situación meteorológica de este tipo. Durante semanas, el tiempo soleado no varía porque la alta presión atmosférica prevalece en todas partes, ya sea en tierra o muy por encima, a una altitud de diez kilómetros.

Normalmente, las zonas de alta presión sólo se forman cerca del suelo y luego se dispersan por la deriva del viento de poniente, la circulación atmosférica del aire en el sentido de la rotación de la Tierra de oeste a este. Esto garantiza la típica alternancia de sol y lluvia con temperaturas moderadas en Europa Central.

Perspectivas sombrías

Es difícil predecir cuánto durará una situación meteorológica "Omega".

Para los próximos días, sin embargo, las previsiones para el sureste de Europa son sombrías y las mínimas atlánticas podrían no volver a cambiar el tiempo sobre Europa central hasta principios o mediados de la semana que viene.

(aa/ers)