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Cambio climático: ¿cabe la esperanza?

Mirra Banchón/agencias25 de enero de 2007

Con un cambio inmediato al uso de energías renovables se podría evitar una catástrofe climática, proponen Greenpeace y el Consejo Europeo de Energías Renovables.

Las emisiones y su terrible aporte al efecto invernaderoImagen: AP

Según estimaciones de los ecologistas de Greenpeace y del Consejo Europeo para Energías Renovables, un incremento súbito del uso de energías renovables -del 13 por ciento actual al 50 por ciento deseado- podría evitar la catástrofe climática que se avecina a pasos agigantados en caso de que la humanidad siga aportando al calentamiento global en la medida en que lo hace actualmente.

Contrariamente al negativo tenor actual de este tipo de información, el informe presentado hoy asevera que es posible no traspasar el crítico límite del ascenso de la temperatura global. Esa casi apocalíptica subida de la temperatura en 2 grados Celsius es evitable con una "energy (r) evolution", dice el informe. Ambas asociaciones, apoyadas también por la Asociación Alemana para Energías Renovables, exigieron a la política acción, e inmediatamente.

¿Bush y Greenpeace?

El tema está a la orden del día. El presidente Bush causó impresión-y satisfacción en muchos círculos europeos, también empresariales- con sus propuestas ecologistas; la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó en el Foro de Davos la importancia del suministro de energía y la protección medioambiental. Éstos, según Merkel, representan los mayores desafíos actuales de la humanidad. Ante tales anuncios, la asociación ecologista Greenpeace -que viene luchando desde 1971 a favor del planeta y sus especies- se alegra y urge a la acción. Pero no se queda en la exhortación.

Estos activistas, que han luchado contra el calentamiento global como contra un molino de viento visible sólo para ellos o por lo menos invisible para los altos círculos del poder tanto político como empresarial, proponen un plan de acción basándose en la información que contiene el estudio presentado. En sus 100 páginas han trabajado institutos de renombre, entre los cuales está el Centro Alemán de Aeronáutica. En el cálculo sustenta el estudio se incluye los datos de países devoradores de energía como lo son China, India y Brasil.

Un plan demasiado optimista

Con un ahorro consecuente, también basado en tecnologías mejoradas, y con un notable incremento en el uso de las energías renovables es posible "un crecimiento económico mundial sin destrucción del planeta" plantean. Las centrales nucleares deberían parar sus actividades en 2030 y las centrales térmicas -que funcionan a base de carbón mineral y otras materias fósiles- cesar de trabajar en 2050. Se debería dejar de subvencionar este tipo de energía.

Así, hasta el 2050 la energía renovable podría satisfacer el 70 por ciento de la demanda de energía eléctrica y un 65 por ciento de la demanda de gas. Según estiman estos expertos, el potencial mundial para el tipo de tecnología necesaria para ello podría crecer anualmente hasta alcanzar los 450 mil millones de euros en ese hipotético 2050.

Si bien es poco posible que las cosas sucedan como los científicos y los ecologistas lo pretenden, el que el presidente Bush -hasta el momento tan reacio a estos temas- haya acusado recibo de lo acuciante de este tema y que el asunto esté presente en la reunión de los 2400 altos ejecutivos de Davos permite cifrar esperanzas.

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