Cameron quiere al Reino Unido "en una UE reformada"
7 de enero de 2016
El primer ministro británico, David Cameron, dijo hoy en Wildbad Kreuth (sur de Alemania) que su meta es "asegurar el futuro del Reino Unido dentro de una Unión Europea (UE) reformada".
David Cameron participó en el congreso de la CSU en el sur de Alemania.Imagen: Reuters/M. Dalder
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David Cameron hizo esta declaración este jueves (7.1.2016) tras salir de una reunión de la Unión Socialcristiana (CSU), ala bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, a la que asistió como invitado.
El jefe de Gobierno británico expresó concretamente su deseo de establecer reglas para que los sistemas sociales de su país no generen un exceso del flujo de inmigrantes de países pobres hacia el Reino Unido.
"Soy partidario de la libre circulación de trabajadores dentro de la UE, pero tenemos que evitar que nuestros sistemas sociales no sean un imán que generen una inmigración exagerada hacia el Reino Unido", dijo Cameron.
La líder de la CSU en el Bundestag, Gerda Hasselfeld, dijo que durante la reunión Cameron había podido constatar el interés de ese partido en que el Reino Unido siga siendo miembro de la UE. "La permanencia del Reino Unido en la UE responde al interés de Alemania pero ante todo al interés de Europa", señaló Hasselfeld.
Restricciones a prestaciones sociales para extranjeros
En un artículo que publica hoy el diario alemán "Bild" Cameron pide restringir las prestaciones sociales para los trabajadores extranjeros, incluyendo a los comunitarios, durante los primeros cuatro años de estancia en su país de acogida.
"Queremos impedir que alguien reciba prestaciones de los sistemas sociales sin haber contribuido antes a ellos", escribe Cameronen el artículo. "He propuesto reducirlas durante los primeros cuatro años", señala. La idea de restringir las prestaciones sociales forma parte de un catálogo de cuatro puntos que, según Cameron, parte de preocupaciones de ciudadanos británicos pero también tiene que ver con problemas que afectan a otros países europeos.
El primer punto es la necesidad de reducir la burocracia y eliminar barreras al libre comercio que afectan al crecimiento. El segundo la reducción de competencias de Bruselas y el aumento de las mismas para los parlamentos nacionales, el tercero la introducción de reglas que permitan reformas de la eurozona sin perjudicar a los países de la UE que están fuera del euro y el cuarto la idea de reducción de prestaciones sociales.
El primer ministro británico considera que estas reformas, además de enfrentar problemas que no afectan sólo al Reino Unido, contribuirían a que los ciudadanos de su país se pronunciasen a favor de la permanencia en la UE en el referendo que deberá celebrarse a más tardar el año próximo. Actualmente las encuestas dan una mayoría del 52 % a los partidarios de que el Reino Unido abandone la UE.
El álbum alemán de Isabel II
La reina de Inglaterra es bienvenida en Alemania. Ya era así en 1965, cuando tuvo lugar su primera visita a este país. Después hubo otras tres, en 1978, 1992 y 2004. En junio de 2015 llega por quinta vez.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Visita a Alemania en 1965
"La visita del siglo", tituló el diario "Spiegel" en 1965. Veinte años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la reina Isabel, que entonces tenía 39 años, visitó Alemania durante 11 días. Normalmente nunca pasaba tanto tiempo fuera de su Imperio. En Soest, la monarca saludó a un guardia canadiense. El simbolismo es claro: el encuentro entre la Alemania de postguerra y la Commonwealth.
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Paseo por Berlín
El alcalde de Berlín, Willy Brandt (a la derecha), escolta a Isabel II durante un recorrido por las calles de la capital alemana. Los berlineses convirtieron la imagen de la monarca en un símbolo para su ciudad, como después lo fueron John F. Kennedy y Charles de Gaulle. Esta foto muestra al canciller de Alemania occidental, Ludwig Erhard, a la izquierda.
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No sin mi Rolls Royce
In 1978, Isabel II visitó de nuevo Alemania. Las fuerzas de seguridad se mantuvieron alertas por la amenaza del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán). En esta segunda visita de Estado, Isabel II trajo consigo su propio auto oficial.
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Bienvenida improvisada
Los niños quiebran siempre los esfuerzos de los expertos en seguridad durante las visitas al extranjero de la Reina. En 1978, dos pequeños se las arreglan para llegar hasta la monarca dentro del puerto de Kiel y darle la bienvenida con flores. A la izquierda, el presidente del Estado federado de Schleswig-Holstein, Gerhard Stoltenberg.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Velada estrategia política
El socialdemócrata Helmut Schmidt era canciller de Alemania en 1978. La Reina debe ser neutral en cuestiones políticas, pero esta vez se permitió preparar un discurso de alabanza hacia la "Ostpolitik" iniciada por el también socialdemócrata Willy Brandt. Naturalmente, sin mencionar su nombre. Eso podría haber sido interpretado como injerencia poco antes de las elecciones parlamentarias alemanas.
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Elección de vestuario
Cuestión candente en todas las visitas de Estado, también entonces, es la del vestuario: ¿qué ponerse a la llegada, en el encuentro con el Presidente y con el canciller? Lo que pocos saben es que la Reina cuenta desde finales de los 90 con su propio sastre alemán: Karl-Ludwig Rehse, de Essen.
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Alabanzas a los alemanes del este
La visita de la monarca a Alemania en 1992 fue una de las más políticas. Dos años después de la unidad alemana, Isabel II reparte elogios sobre todo a los alemanes del este por haber llevado a cabo una revolución pacífica. Helmut Kohl los escucha encantado, sobre todo tras las duras reacciones que mostró Margaret Thatcher hasta la primavera de 1990.
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Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel
Anécdota de la tercera visita de Estado, en 1992: Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel en Alemania, ofrece flores a su ídolo ante la Villa Hammerschmidt, en Bonn. A la izquierda, el entonces presidente alemán, Richard von Weizsäcker, con su esposa.
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Biografías disímiles
Gerhard Schröder fue anfitrión de Isabel II durante su cuarta visita de Estado a Alemania, en 2004. Sus biografías no pueden diferir más: Schröder tuvo que trabajar durante su infancia, mientras que Isabel II pertenece a la más alta nobleza.
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Sin miedo al contacto
A las fuerzas de seguridad no les gustan las desviaciones en el protocolo. Sin embargo, a la Reina le gusta estar en contacto con el pueblo. En noviembre de 2004 mantuvo un encuentro con los niños de la escuela Charles Dickens de Berlín.