Un conductor de camiones desempleado engañó a empresarios "vendiéndoles" el hotel Ritz de Londres por un millón de libras, aunque no poseía ni siquiera una taza de té del lujoso hotel en Piccadilly.

Un tribunal de la capital británica lo declaró culpable de obtener ventajas lucrativas mediante falsificación. Por el momento se desconoce qué condena tendrá que cumplir.

El hombre, de 49 años, convenció a un comprador de que él era amigo de los propietarios del hotel y éstos le habían entregado los poderes necesarios para negociar la venta. Así, ofreció un precio de 250 millones de libras y pidió como adelanto un millón (1,2 millones de euros/1,5 millones de dólares). Pero cuando los recibió, la venta nunca se produjo. (dpa)