Canciller venezolano acusa a ONU de mentir sobre migración
10 de junio de 2019
“Mienten e inflan cifras para pedir y recibir más recursos con destino incierto” fueron las acusaciones del canciller Jorge Arreaza a la ACNUR.
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El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, acusó este domingo (09.06.2019) a la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de mentir con su estimación de 3,3 millones de emigrantes venezolanos desde enero de 2016.
"ACNUR vuelve a su rol de instrumentalizar la migración venezolana: mienten e inflan cifras para pedir y recibir más recursos con destino incierto, en medio de una rebatiña parasitaria, a costa de la dignidad y los derechos humanos de los venezolanos", escribió Arreaza en Twitter. El ministro no precisó qué números maneja el gobierno de Nicolás Maduro.
El pasado viernes, en un comunicado conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ACNUR cifró en 3,3 millones las personas que huyeron de la grave crisis política y económica venezolana desde enero de 2016, incluyendo un millón que abandonaron el país desde noviembre de 2018. "El ritmo de la salida de Venezuela ha sido asombroso", apuntó el documento.
"El desespero los lleva a reciclar temas”
Arreaza vinculó el informe con la fallida rebelión de un grupo de militares que el pasado 30 de abril encabezó Juan Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos. "Tras el fracaso del Golpe de Estado (...), retoman la matriz migratoria que había desaparecido de los medios de comunicación desde enero. La derrota y el desespero los lleva a reciclar temas, readecuando la obsesiva agresión contra el país", expresó el canciller.
En medio del pulso por el poder entre Maduro y Guaidó, Venezuela atraviesa una severa crisis socioeconómica, con cinco años de recesión, hiperinflación proyectada en 10.000.000% por el FMI para 2019, y escasez de alimentos, medicinas y bienes básicos. Sanciones financieras de Estados Unidos contra Venezuela y su estatal petrolera PDVSA agravan aún más el panorama.
De acuerdo con las estimaciones de ACNUR, unos 695.000 venezolanos vivían en el exterior a finales de 2015. América Latina ha acogido a la gran mayoría de las personas que dejaron el país petrolero en la explosión migratoria forzada por la crisis. Según el informe, los principales destinos del éxodo son Colombia, con 1,3 millones de venezolanos; y Perú, con 768.000.
pana (afp/efe)
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Lucha contra la explotación sexual infantil en Colombia
La ONG holandesa “Down to Zero Alliance” combate la prostitución infantil. Eline van Nes visitó Bogotá y Riohacha en Colombia para averiguar más sobre esta lucha contra el abuso comercial de niñas y niños.
Imagen: DW/E. van Nes
Vendiendo su cuerpo como mercancía
En Santa Fe, un populoso barrio de Bogotá conocido como la "zona de tolerancia", niñas, niños y travestis se paran en las calles para vender sexo. La edad de consentimiento en Colombia es de 14 años. Sin embargo, es un delito grave si alguien paga a una niña o un niño menor de 18 años por sexo. La prostitución es legal en Colombia, pero se limita a los burdeles y zonas designadas.
Imagen: DW/E. van Nes
Un lugar para sentirse seguro
Esta es una de las 16 niñas acogidas por la Fundación Renacer, un refugio para víctimas de explotación sexual comercial. La explotación sexual comercial de la niñez comprende la prostitución infantil, la pornografía infantil y el tráfico infantil con fines sexuales. A las niñas y niños - de 7 a 17 años de edad - se les brinda ayuda y apoyo psicológico.
Imagen: DW/E. van Nes
Un techo sobre sus cabezas
En el refugio, cada niña y niño tiene su propia cama y casillero para sus pertenencias. En promedio, las víctimas permanecen un año aquí, en donde reciben alimentos y asistencia psicológica. Algunos niños fueron abandonados por sus familias, otros tienen familiares que los visitan de vez en cuando, pero no tienen los medios para protegerlos de la explotación sexual comercial.
Imagen: DW/E. van Nes
Un hogar para niños colombianos y venezolanos
Una de las chicas en un refugio para víctimas de explotación sexual comercial frente a un mural de la organización. Las dos banderas representan los países de origen. Hay chicas colombianas, venezolanas e indígenas wayuu. Las niñas y los niños sufren cambios de humor extremos, pasando del llanto incesante a la violencia física.
Imagen: DW/E. van Nes
Creciente sensibilización
Mario Gómez es un fiscal de Bogotá, especializado en trata de personas. Gómez dirige una campaña nacional para aumentar la conciencia sobre los peligros que se esconden tras ofertas de trabajo que parecen demasiado buenas para ser honestas. Muchas víctimas no quieren hablar de su situación. Algunos no se ven como víctimas de la explotación sexual, otros se avergüenzan o tienen miedo de represalias
Imagen: DW/E. van Nes
Reflexionando sobre su futuro
William Plazas, un voluntario de 17 años, en su habitación. Según William, muchos colombianos y venezolanos en problemas económicos consideran la prostitución como una salida a la falta de dinero. Él conoce a muchas niñas y niños que son explotados sexualmente, pero no son conscientes de ello. Algunos niños, niñas y jóvenes hacen “favores sexuales” por conseguir un nuevo teléfono móvil.
Imagen: DW/E. van Nes
Un vínculo fuerte
Luz Ángela Lavao, la madre de William, protege a sus hijos, especialmente a su hija de 13 años, Valentina, porque viven muy cerca del distrito rojo de Bogotá. William tiene una fuerte relación con su madre y comparte todo con ella. Fue gracias a su madre que William terminó siendo voluntario de la Fundación Renacer, donde se involucró en proyectos de prevención.
Imagen: DW/E. van Nes
Superando su trauma
Una joven víctima de explotación sexual muestra un dibujo de su hogar. Para proteger a los niños, sus caras son ocultadas. La fotógrafa tampoco le hace preguntas sobre sus malas experiencias a los niños. Sus dibujos y juegos revelan cuán traumatizados están los niños y jóvenes, qué extrañan o sueñan. Y, en el caso de los venezolanos, a quién y qué han tenido que abandonar en su país.