Después de empresas como Kiekert y Kion, ahora también Kuka. El apetito de los inversionistas chinos continúa en aumento en Alemania.
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Cuando la empresa de aviación Dornier apuntó insolvencia y fue adquirida por la empresa china D'Long en 2002 fue una sensación. Hasta entonces, solo había inversión en la dirección opuesta. Las empresas alemanas cooperaban con sus socios de oriente produciendo en China para abastecer el mercado mundial. Una vía de un solo sentido que ahora parece cambiar.
Los primeros inversionistas chinos carecían de experiencia y dinero. Así se explica por qué se popularizó la opción por las empresas en quiebra que, a la postre, empañó esa primera etapa de adquisiciones chinas, explica Wang Wei, socio de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC). "La cuota de fracasos fue muy alta con un 30%”, explica este asesor de inversionistas chinos en Alemania. Por eso, el matrimonio entre Dornier y D´Long terminó en derrota para todos los involucrados.
En esta fase que, según Wang Wei, se prolongó hasta 2010 también hubo historias de éxito. Por ejemplo, la adquisición de Waldrich Corburg, una empresa especializada en máquinas fresadoras que resurgió después de ser adquirida por Beijing No. 1 en 2005. Desde entonces, la facturación es más del doble y el número de trabajadores pasó de 500 a 800.
Fase de maduración
Según el experto, entre 2010 y 2015 se produjo una fase de madurez. 2010 marcó un punto de inflexión y las empresas chinas en crecimiento que habían recurrido a tecnología germana y europea apostaron por empresas alemanas que no habrían podido superar la crisis de 2009 sin un fuerte socio financiero. "Los primeros años después de la crisis se realizaron 20 transacciones de Alemania a China. Seis de ellas superaron los 100 millones”, explica el experto de PwC en su estudio.
Hasta finales de 2015, se contaron en total 150 operaciones. Pero las empresas chinas pasaron de centrarse en empresas financieramente débiles a interesarse por las PYMEs sanas. Un cambio que también afectó a marcas punteras a nivel mundial como Putzmeister, Kiekert o Kion.
Además, la preocupación de los trabajadores de no poder mantener las condiciones laborales con el capital chino demostró no tener fundamento. Según el análisis de tres empresas adquiridas por capital chino, realizado por la fundación Hans-Böckler, cercana a los sindicatos, todas ellas respetaban los contratos tarifarios del sector y creaban nuevos puestos de trabajo. Además, el estudio indica que durante esta etapa se contaron cinco fracasos. Es decir, una cuota de tan solo un 3,3% del total de 150 transacciones.
Nueva dinámica y nuevas tendencias
Este año 2016 pasará a la historia como el ejercicio en el que las adquisiciones chinas superaron los mil millones. Una fue la del fabricante de robots Kuka, un caso que hizo calentar los ánimos por la venta de tecnología alemana a China. Sin embargo, esos miedos son fáciles de rebatir con las cifras. Según el Bundesbank, los 1.600 millones de euros de adquisiciones chinas solo conforman el 0.4% del total de inversiones extranjeras en Alemania. Por el contrario, las empresas alemanas invirtieron casi 60.000 millones en China.
Dicho de otra forma, el apetito chino en Alemania todavía no ha terminado de saciarse. Además, el espectro de intereses es más amplio, explica Wang Wei. Mientras la atención se dirigía hasta ahora a empresas de ingeniería, proveedores de la industria automotrizl y electricidad, actualmente se concentra en empresas de alta tecnología, sanidad y bienes de consumo. En 2015, incluso el 100% de un banco alemán fue adquirido por el capital chino.
Zhang Danhong (JAG/ERS)
El ambicioso programa espacial chino
China está más cerca de su meta de alcanzar a potencias como Estados Unidos y Rusia, emprendiendo su más larga misión tripulada. Beijing planea tener una estación espacial permanente en 2022.
Imagen: picture-alliance/dpa/Imagechina/A. Xin
La llegada al laboratorio
Dos astronautas chinos han llegado al laboratorio espacial Tiangong-2, luego de dos días de viaje, como estaba previsto. El jefe de la misión, Jing Haipeng, y Chen Dong mandaron un "saludo a todos los pueblos de la nación". La agencia de noticias Xinhua informó que el viaje se desarrolló a la perfección y todos los sistemas funcionaron adecuadamente.
Imagen: picture-alliance/dpa/Imagechina/A. Xin
3, 2, 1… Shenzhou-11 al espacio
Con dos astronautas a bordo, el cohete Shenzhou-11 fue lanzado al espacio en la mañana del lunes 17 de octubre. Es la sexta vez que China manda astronautas al espacio. El viaje fue de dos días hasta llegar al laboratorio espacial Tiangong-2, que fue lanzado al espacio el mes anterior (septiembre).
Imagen: Picture-Alliance/dpa/H. H. Young
Astronautas con experiencia
Los dos astronautas, Jing Haipeng, y Chen Dong, pasarán 30 días en el espacio. La agencia de noticias Xinhua informó que durante esta misión llevarán a cabo proyectos de investigación, incluyendo reparaciones de equipos estando en órbita y medicina espacial. El jefe de la misión, Haipeng, emprende por tercera vez un viaje al espacio.
Imagen: Picture-Alliance/dpa/H. H. Young
Tiangong en marcha
China lanzó el laboratorio espacial, Tiangong-2, en septiembre 2016. El laboratorio, que tiene 9 metros de largo y pesa 13 toneladas, está en una orbita a 393 kilómetros sobre de la Tierra. El laboratorio tiene dos cabinas: una está cerrada herméticamente que sirve como laboratorio y alojamiento. La otra,contiene todos los suministros necesarios como paneles solares, motores y baterías.
Imagen: picture alliance/dpa/A. Xin
Un logro importante
El lanzamiento del laboratorio espacial tiene un enorme significado simbólico, dijo Wu Ping, directora de la oficina de ingeniería espacial de China. Esto es a causa de que el laboratorio es mejor, más grande y tiene una vida útil más prolongada que su antecesor.
China utilizó un cohete Larga Marcha 2F para el lanzamiento de la misión Shenzhou-11. El cohete transportador pesa 500 toneladas.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/Y. Zhiyuan
Un programa ambicioso
China está trabajando arduamente para ampliar su presencia en el espacio. Planea mandar su primera nave de carga, Tianzhou-1, al laboratorio espacial en abril 2017. La nave de carga permitirá abastecer al laboratorio con combustible y otros elementos.
Imagen: Reuters
China quiere su propia estación espacial
Los taikonautas chinos van a realizar diversos proyectos de investigación tecnológicos y de acoplamiento de naves, necesarios para alcanzar la metala de construir su propia estación espacial. Si la Estación Espacial Internacional (foto) termina su misión en 2024, como está planeado, China sería entonces el único país que tenga una estación espacial en órbita.
Imagen: Reuters/NASA
Mars rover “hecho en China”
China recientemente publicó la foto del vehículo que se propone mandar en un futuro a Marte para investigar el planeta. Hasta ahora solo tiene una simulación hecha en la computadora, que muestra al vehículo de seis ruedas junto con el equipo de aterrizaje. Xinhua explicó que Mars rover realizará pruebas en la superficie aarciana y buscará evidencia de agua durante su misión de tres meses en 2020.
Imagen: SASTIND
El predecesor
El primer laboratorio espacial chino, Tiangong-1, fue lanzado en septiembre 2011. Detuvo sus operaciones en marzo de 2011.
Imagen: picture-alliance/dpa
La primera maniobra en Tiangong-1
Antes de que el laboratorio dejara de operar, tres naves espaciales se acoplaron a el. En 2011, la misión Shenzhou-8 (foto) se pudo acoplar con Tiangong-1 dos veces en un periodo de 11 días. En 2012, Jing, el actual jefe de la misión Shenzhou-11, completó la maniobra de acoplamiento con mucho éxito.