Capitana del See Watch 3 se siente abandonada por Seehofer
6 de julio de 2019
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La capitana del See Watch 3, Carola Rackete, que desafió a las autoridades italianas al atracar en la isla de Lampedusa con 40 migrantes a bordo, dice haberse sentido abandonada por el Gobierno alemán y en especial por el ministro de Interior, Horst Seehofer.
"Sentí que me dejaban sola. Naturalmente hubo gente que quiso ayudar y ciudades que estaban dispuestas a acoger a nuestros refugiados, pero eso fracasó porque el ministro de Interior no quería aceptar la oferta de las ciudades”, dijo Rackete en una entrevista que publica este sábado (06.07.2019) el semanario Der Spiegel.
"Mi impresión era que nadie quería ayudar verdaderamente en el ámbito nacional ni internacional”, agregó. Rackete considera que para hacer frente a la crisis migratoria se requiere un sistema de reparto solidario de las personas que lleguen a Europa. "El sistema de Dublín que descarga toda la responsabilidad en los países que tienen fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) no es justo”, dijo.
Rackete sostiene que se vio obligada a emprender rumbo a Lampedusa por la difícil situación que había a bordo y porque no había en el horizonte una solución. "Muchos pasajeros necesitaban ser tratados por especialistas. Teníamos un caso de sospecha de tuberculosis lo que no podíamos ni examinar ni mucho menos tratar a bordo. A otros los teníamos que tratar con analgésicos, sin diagnóstico. Casi todos necesitaban asistencia psicológica y no teníamos psicólogos a bordo”, explicó.
Cuando la situación se hizo intolerable y seguía sin haber una solución cercana, Rackete optó por tomar rumbo a Lampedusa, donde chocó con una patrulla que, según ella, se había situado en la mitad del muelle para impedir que el See Watch 3 atracara. "El que hayamos chocado fue un accidente y no un ataque a un buque de guerra como llegó a decirse”, dijo. (EFE)
Alemania, país de inmigración
Alemania es, después de EE. UU., el segundo país con mayor afluencia de inmigrantes. Una muestra en la Casa de la Historia de Bonn ofrece una sinopsis de las corrientes inmigratorias de los últimos 60 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Segundo mayor país de inmigrantes
Solo en 2013, la inmigración neta a Alemania fue de 437.000 personas. A partir de los años 50, La RFA y la RDA atrajeron a trabajadores extranjeros. Hoy los inmigrantes provienen principalmente de los nuevos países miembros de la Unión Europea, quienes enriquecen la cultura y las tradiciones alemanas. En el museo Casa de la Historia, en Bonn, se puede ver una retrospectiva de los últimos 60 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Los "trabajadores del extranjero"
En los años 50, la República Federal de Alemania vive un boom económico, y para abastecer el mercado laboral, el gobierno se esfuerza en atraer trabajadores extranjeros. La mayoría de ellos llegan con muy poco, dejando atrás una vida en su país de origen.
Imagen: DW/J. Hennig
Búsqueda de empleo
Entre 1955 y 1968, Alemania firma nueve acuerdos de inmigración con otros países: España, Grecia, Turquía, Marruecos, Corea del Sur, Portugal, Túnez y Yugoslavia. Quienes buscaban empleo podían postularse desde su país de origen en las “Oficinas de enlace”.
Imagen: DW/J. Hennig
Controles de salud
Antes de que un inmigrante pudiera trabajar en Alemania se le realizaban estudios médicos. Los análisis se llevaban a cabo en el país de origen. Solo quien estaba sano y era capaz de desempeñarse en sus tareas obtenía un puesto en Alemania Occidental.
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El inmigrante número 1 millón
En 1974 llegó a Alemania el inmigrante 1.000.000. era Armando Rodrigues de Sá, de Portugal, un carpintero de 38 años, quien recibió como premio un ciclomotor. Cuando fue nombrado por altoparlante en una estación de tranvía de Colonia con motivo de su llegada, creyó que querían deportarlo.
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Recorriendo Europa con un Ford Transit
El turco Sabri Güler recorrió Europa con este Ford Transit. El comerciante compró ese automóvil para viajar de Alemania a Turquía. Era un modelo muy cómodo y popular entre los trabajadores provenientes de Turquía.
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Trabajadores para Alemania Oriental
También en la RDA se atrajo a inmigrantes a mitades de los años 60. Se los llamó “contratados” y trabajaban, sobre todo, en la industria textil. Llegaban de países comunistas como Vietnam, Cuba y Argelia. En la RDA había, sin embargo, menos inmigrantes que en la RFA. En 1989 sólo eran 190.000, mientras en el oeste alcanzaban los cinco millones.
Imagen: DW/J. Hennig
Comida multicultural
Muchos inmigrantes trabajaban para luego recoger a sus familias y llevar una vida juntos en Alemania. Trajeron con ellos gran número de tradiciones, entre ellas, sus hábitos culinarios, que hoy forman parte de la cocina alemana, como, por ejemplo, el Döner, hecho de láminas de carne de cordero o pollo.
Imagen: DW/J. Hennig
Aumento de delitos xenófobos
Durante los años 80 y 90, se comenzó a generar una atmósfera de crítica a la inmigración en la opinión pública alemana, y en los medios se debatía el temor a la criminalidad de jóvenes, hijos de extranjeros. El resultado fue una ola de actos violentos xenófobos y racistas contra inmigrantes.
Imagen: DW/J. Hennig
Tradición vs. multiculturalidad
También dentro de muchas familias de inmigrantes se produjeron conflictos culturales. En su film “Contra la pared”, el cineasta alemán Fatih Akin, de origen turco, trata el choque de la educación tradicional musulmana con la vida occidental. En la Berlinale de 2004, la película fue la primera cinta alemana en recibir un Oso de Oro después de 17 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Príncipe Balam I.
La asociación de carnaval “Koe Jonge e.V.” nombró príncipe de su desfile a Balam Byarubanga en 2011. Balam I es el primer príncipe afroalemán de carnaval. Los responsables de la asociación enviaron una clara señal contra el racismo y a favor de la integración. Su traje puede verse en la exposición en la Casa de la Historia, en Bonn.