Caravana de migrantes llega a frontera México-Estados Unidos
14 de noviembre de 2018
Los migrantes llegaron a pie hasta la zona de Playas de Tijuana, y algunos de ellos treparon a la valla que divide ambos países. El secretario de Defensa de EE. UU. James Mattis viajará este miércoles a la frontera.
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Decenas de migrantes centroamericanos alcanzaron la frontera México-Estados Unidos. Algunos de ellos treparon la valla que divide ambos países en una especie de primera meta en su objetivo final de entrar a la Unión Americana.
Los migrantes llegaron a pie hasta la zona de Playas de Tijuana donde el cerco fronterizo se interna en las aguas del Pacífico, bajo la mirada los agentes de la Patrulla Fronteriza. En este sitio, colindante con San Diego y el parque estatal estadounidense Border Field, la reja limítrofe se adentra en el mar.
Los migrantes llegaron a la ciudad de Tijuana este martes (13.11.2018) por la mañana y de inmediato se trasladaron a la línea para comprobar que están a un paso de Estados Unidos.
Ante las dificultades para ingresar a Estados Unidos, los migrantes se han apostado a lo largo de la línea y el faro y otros se bañaron en el mar.
Este grupo forma parte de un contingente de 357 centroamericanos que llegó a Tijuana, adelantándose al resto de una caravana de al menos 5.000 personas que también se dirige hacia la frontera.
Desde Honduras
Esta caravana partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras. Un grupo de ellos, formada por un centenar de miembros de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT), ya está en Tijuana y planea solicitar asilo a las autoridades estadounidenses en los próximos días. Otros más han llegado al estado de Sonora.
Por otra parte, integrantes de la segunda caravana de hondureños continúan llegando a Ciudad de México, donde, según el último corte de las autoridades capitalinas, han llegado unas 1.200 personas, que descansan en un complejo deportivo en el oriente de la capital.
Otros 2.000 migrantes, procedentes en su mayoría de El Salvador, partieron la víspera de Sayula, estado oriental de Veracruz, hacia Puebla (centro).
Una cuarta caravana, también de salvadoreños, está dividida entre los estados de Oaxaca y Veracruz. Se estima que la integran unas 1.800 personas.
En tanto, el Departamento de Defensa de Estados Unidos informó que el secretario de Defensa James Mattis viajará este miércoles a la frontera con México para conocer el estado de las tropas desplegadas en la zona, cuya misión es impedir la entrada al país de inmigrantes indocumentados.
DG (efe, dpa)
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.