Iba a ser uno de los atentados terroristas más mortíferos luego del 11 de septiembre de 2001. Fueron detenidos como posibles autores intelectuales tres sujetos, dos de ellos ciudadanos alemanes convertidos a la fe musulmana y adoctrinados en el extremismo integrista. Los sospechosos pretendían fabricar hasta una tonelada de explosivos, que detonarían en puntos donde se localizan intereses estadounidenses dentro del territorio alemán.

Enorme operativo

Para la policía germana, fue el operativo más grande desde que se procedió contra los secuestradores del empresario Hans-Martin Schleyer, en el otoño de 1977. Durante meses, cientos de agentes policiales siguieron los pasos de los tres integrantes de una organización oscura denominada Unión Jihad Islámica.

En el refugio de los detenidos, los encargados de la justicia alemana encontraron doce grandes barriles con una sustancia llamada peróxido de hidrógeno. Cuando la evidencia fue suficiente, en cuanto a que los integristas intentarían elaborar explosivos con una potencia equivalente a la de 400 kilogramos de TNT, la policía germana no dudo más: era el momento de intervenir.

Los dos alemanes convertidos a la fe musulmana son identificados como Fritz Gelowicz y Daniel Schneider. Eran asistidos por otro ciudadano de origen turco, Adem Yilmaz. El operativo policiaco se produjo justo a tiempo: los detonadores para las cargas explosivas ya estaban listos.

Acusados de terrorismo

Ha transcurrido prácticamente un año desde la gran movilización policiaca ocurrida en la pequeña localidad de Medebach-Oberschledorn, en la región del Sarre. La causa penal contra los tres detenidos fue elaborada con extremo cuidado y este martes, por fin, la Fiscalía General de Alemania decidió presentar cargos de terrorismo.

Además, Schneider fue causado de intento de homicidio, por haber realizado un disparo con arma de fuego durante el operativo en que fue detenido junto con sus cómplices.

La parte acusadora sostiene que los tres sujetos habían recibido entrenamiento en tareas terroristas en un campamento ubicado en Pakistán. Con los atentados, que según las autoridades iban a ser de mayor gravedad que los ocurridos en Madrid y en Londres, la red terrorista islámica pretendía oponerse al envío de más fuerzas alemanas a territorio de Afganistán.

El descubrimiento de “la célula del Sarre”, como se conoció al trío terrorista y a sus patrocinadores, puso de manifiesto ante la opinión pública la intención comprobada de convertir a Alemania en blanco de un atentado de grandes dimensiones.

La Unión Jihad Islámica está compuesta por cerca de 200 integrantes. Aún está por resolverse el caso de cerca de 40 personas que, según se sospecha, colaboraban directa o indirectamente con los tres detenidos.El director de la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania, Jörg Ziercke, estima que cerca de 50 ciudadanos alemanes han colaborado con grupos integristas islámicos.