Meteorólogos han advertido que, en una escala de cinco niveles, Matthew se ha intensificado hasta convertirse en un huracán de categoría 3. Fuertes lluvias y ventarrones azotan a las islas de Aruba, Bonaire y Curacao.
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Este viernes (30.9.2016), meteorólogos han advertido que, en una escala de cinco niveles, Matthew se ha intensificado hasta convertirse en un huracán de categoría 3. Fuertes lluvias y ventarrones azotaron a Aruba, Bonaire y Curazao a su paso por una zona del mar Caribe que raras veces se ve golpeada por ese tipo de tormentas. Las autoridades de esas islas antillanas han instado a sus habitantes a prepararse para una eventual emergencia, reforzando las estructuras de sus viviendas y almacenando productos de primera necesidad en sus despensas. También en el extremo noroccidental de Venezuela, en su frontera con Colombia, se espera que Matthew propine unos latigazos.
Los expertos pronostican que el huracán se robustecerá mientras toma rumbo hacia Jamaica, Cuba y Haití este sábado (1.10.2016). En la Antilla Mayor vigilan la trayectoria de Matthew, que actualmente se perfila como una amenaza para la zona oriental de Cuba, según José Rubiera, especialista del Instituto de Meteorología INSMET, en La Habana. El último gran huracán que azotó el país caribeño fue el Sandy –de categoría 2–, que en octubre de 2012 devastó principalmente las provincias de Santiago de Cuba y Holguín, donde dejó once muertos, arrasó con cientos de viviendas y causó cuantiosos daños en redes eléctricas y de comunicaciones. También en Colombia se han tomado previsiones.
El Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD) de Colombia emitió una alerta por la proximidad de Matthew. “El huracán podría generar entre el viernes 30 de septiembre y el sábado 1 de octubre, un aumento en la altura del oleaje hasta de nueve metros y velocidad del viento con valores hasta de 100 km/h en el mar Caribe central y oriental”, informó el SNGRD en un comunicado. Matthew, el quinto huracán de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, adquirió la categoría 1 este jueves (29.9.2016) al sur de Puerto Rico y se desplazó hacia el Caribe Central con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora.
ERC ( EFE / AP )
Huracanes, la violencia de la naturaleza
Las tormentas huracanadas poseen un gran poder destructivo. Esta galería explica cómo se originan.
Imagen: picture-alliance/dpa
Tres nombres, un solo fenómeno
Tifón, ciclón y huracán son tres términos para el mismo fenómeno climático extremo: las tormentas tropicales. En el este y sudeste de Asia se lo llama tifón. En la costa de América del Norte, huracán, y en India y Australia, ciclón. Sin embargo, se origina de la misma manera. Se usa una escala de cinco niveles para clasificar a los huracanes de acuerdo a su intensidad.
Imagen: Reuters
Así nace un huracán
Las tormentas tropicales surgen sobre la superficie del mar, cuando el agua se evapora a, como mínimo, 26 grados Celsius. El vapor se condensa, el aire se calienta y transporta aire más frío consigo hacia arriba. Se forman tormentas con una velocidad de hasta 350 km por hora.
El ojo de la tormenta
Debido a la rotación de la Tierra, el aire caliente comienza a girar alrededor del ojo del huracán, que puede alcanzar hasta 50 kilómetros de diámetro. En su centro, todo es calma y no hay viento ni nubes.
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El ciclón llega a tierra firme
Cuando un ciclón llega a la costa pierde fuerza, ya que no sigue ascendiendo aire caliente. Los peores daños son producidos entonces por las masas de agua que arrastra consigo desde el mar, como aquí, cuando el tifón Nanmadol llegó en agosto de 2011 a China.
Imagen: picture-alliance/dpa
Caos anunciado
Sandy fue uno de los huracanes más violentos que alguna vez se midieron en el Océano Atlántico. Con olas de hasta cuatro metros, incendios y cortes de electricidad, diques rotos y otras catástrofes, Sandy surcó Nueva Jersey y Nueva York a más de 145 kilómetros por hora.
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Las más veloces entre las tormentas
Debido al aire caliente que asciende rápidamente se crea una tromba, característica del tornado. Allí las velocidades del aire son enormes, de hasta 500 km por hora.
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Estela de destrucción
Un tornado puede dejar una estela de destrucción de varios kilómetros a su paso. En el centro y el oeste de EE. UU. se producen cientos de tornados por año. Allí, el aire seco y frío del norte se topa con el aire húmedo y cálido del Golfo de México. En Alemania, los tornados son más comunes en las costas.