Tras la emisión de la orden de detención europea, ¿qué posibilidades tendría Carles Puigdemont para evitar la extradición? ¿En qué consiste dicha orden?
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En principio, la orden de detención europea es un procedimiento técnico para despolitizar la extradición de ciudadanos miembros de la UE entre los países miembros. Es un trámite entre dos autoridades judiciales sin participación diplomática o del gobierno del país anfitrión, en este caso, Bélgica. Cuando la orden de detención esté oficialmente traducida y entregada en el juzgado belga correspondiente, el juez comprobará su validez, teniendo en cuenta los criterios formales.
La revisión judicial suele ser solo una formalidad si la base legal de la orden de detención es un delito punible en ambos Estados miembros de la UE o si se halla en la lista de los 32 delitos que dan lugar a la extradición automática. En España se acusa a Puigdemont de delito de rebelión, secesión y malversación de fondos públicos.
Si los delitos contra el orden estatal se consideran comparables a los contemplados en la legislación belga, la extradición de Puigdemont a España podría, en principio, ocurrir rápidamente.
Sin embargo, una vez que un juzgado de primera instancia haya determinado que la orden de arresto sea correcta y haya ordenado su extradición, entonces el político catalán podría apelar. Debe exponer sus razones y así comenzaría la segunda parte legal y políticamente difícil del procedimiento.
¿Violaría dicho procedimiento los derechos fundamentales de Puigdemont?
La línea de defensa de Carles Puigdemont y su abogado parece clara: alegar que no tendrá un juicio justo en España. Además, sostendrán que el proceso contra los políticos catalanes destituidos, tiene una motivación política y constituye una violación de sus derechos fundamentales.
Esto, sin embargo, será difícil de probar en cada uno de los casos, dice la catedrática Anne Weyemberg, de la Universidad Libre de Bruselas. La idea tras la extradición de personas en el marco de la orden de arresto europea es "la confianza mutua en los sistemas legales, porque todos estamos bajo la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE y el Tribunal de Derechos Humanos".
Hay una presunción fundamental y es que "los derechos fundamentales se respetan y la extradición solo se puede denegar si existe un peligro real de que estos se puedan infringir". El abogado de Puigdemont tendría que demostrar este hecho y "eso no será fácil".
Un tema explosivo para el gobierno belga
El primer ministro belga, Charles Michel, llamó a Madrid a evitar la violencia después del referéndum ilegal del 1 de octubre. Ahora instó de nuevo a las partes en conflicto a dialogar. Por lo demás, intenta mantenerse al margen. Teme que los nacionalistas flamencos en su gobierno, que hasta hace poco mostraron claramente tendencias separatistas, se sientan animados.
Los socios flamencos de la coalición de la Nueva Alianza Flamenca están realmente entusiasmados con el asunto. El Ministro de Migración belga, Theo Francken, cree viable el asilo político para Carles Puigdemont. "Si se observa la situación, es realista ", dijo en la televisión local VTM. Sin embargo, el catalán y su abogado no han contemplado hasta ahora la posibilidad de solicitar asilo político en Bélgica.
Su correligionario Geert Bourgeois, presidente de la región flamenca, también dijo claramente: "Es ir demasiado lejos cuando se arresta a políticos elegidos democráticamente". Bourgeois cree que eso no debería ser posible en Europa e insta de nuevo a la UE a intervenir.
La Comisión de la UE, al margen
Desde hace semanas, los periodistas preguntan a la Comisión Europea por qué no quieren mediar entre las partes en conflicto por la disputa de Cataluña. Y la respuesta no ha cambiado: se trata de un asunto interno de España. Una portavoz dijo recientemente sobre la extradición de Carles Puigdemont: "Este asunto compete a los tribunales, cuya imparcialidad respetamos". Sin más comentarios.
La UE teme el efecto de contagio: "No queremos una UE de 95 Estados miembros", dijo el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en octubre, después del comienzo de la escalada del conflicto. "No necesitamos más fracturas y grietas". Algunos eurodiputados, como los líderes de Los Verdes Ska Keller y Philippe Lamberts, critican la no injerencia de la UE. Es realmente importante advertir sobre el Estado de derecho, pero "también se debe considerar la honestidad, la construcción de puentes y los principios democráticos".
Barbara Wesel (RMR/ER)
Origen histórico del independentismo en Cataluña
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
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Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.