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Carlos Mesa: rival de Evo, aliado de Evo, rival de Evo

16 de octubre de 2019

El exmandatario dejó el poder en 2005 en medio de protestas lideradas por Evo Morales. Hoy es el único que puede hacerle competencia al presidente de Bolivia. ¿Logrará Mesa convertirse en el hombre que derrotó a Evo?

Wahlen in Bolivien - Carlos Mesa
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita

"Jonás y la ballena rosada” es el nombre de una novela y de una de las películas más exitosas del cine boliviano. Uno de sus productores ejecutivos es Carlos Mesa, un político de centroizquierda cuyo currículum recorre distintos ámbitos de la vida cultural de su país: documentalista, cineasta, periodista con importantes galardones a su haber, académico, escritor, historiador… Un hombre que ha dedicado buena parte de su vida a las letras y que, por esas vueltas de la vida, debutó en la política grande siendo candidato a vicepresidente en 2002, haciendo fórmula con Gonzalo Sánchez de Lozada. Y ganaron las elecciones a un señor llamado Evo Morales.

Normalmente, el destino de los vicepresidentes es bastante amargo. Condenados a la sombra, su nombre tiende a pasar rápidamente al olvido. A Mesa, en cambio, la historia le tenía deparada una sorpresa. En el marco de una serie de protestas por rebajas salariales y la posible venta de gas por puertos chilenos, Sánchez de Lozada renunció y se fue de Bolivia con su familia. El futuro del país quedó en manos del periodista y columnista que, además, siente pasión por el cine. El 17 de octubre de 2003, la "guerra del gas”, como se conoce a las protestas contra Sánchez de Lozada, dejó a Mesa en el Palacio Quemado.

Si bien su breve mandato de solo dos años es recordado como un período de calma tras el violento período anterior, el hecho de que Mesa no haya finalizado su presidencia responde, en buena medida, al nombre con el que se enfrentará este 20 de octubre: Evo Morales. Fueron los movimientos sociales vinculados al entonces líder opositor los que pusieron en apuros a Mesa, al que acusaban de no haberlos convocado a una mesa sectorial para dar luz verde a una Asamblea Constituyente. Las masivas protestas y bloqueos de carreteras, además del abandono que sufrió el mandatario por parte de una clase política que lo veía con distancia, terminó con su salida del poder el 6 de junio de 2005.

El expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Imagen: picture-alliance/AP Photo/P. Aneli

Error de cálculo

Durante los 601 días que estuvo en el poder, y pese a todo el escenario que debió enfrentar, Mesa gozó de una alta popularidad. Quizás lo ayudaron el mejoramiento de las cifras macroeconómicas, como la disminución de la deuda, así como el haber intentado abordar un tema siempre postergado: el de las autonomías que tan fuertemente impulsa Santa Cruz. Hombre de letras al fin y al cabo, tras retornar a su condición de ciudadano de a pie escribió en 2008 "Presidencia sitiada”, donde relata los pormenores de su paso por el indomable mundo del poder. También retomó sus labores como columnista en distintos periódicos y trabajó en la serie documental "Bolivia Siglo XX”.

Incansable generador de contenidos, escribe también sobre deportes en un blog y suma sobre sus espaldas decenas de producciones audiovisuales sobre toda clase de temas. En 2012 ganó el Premio Nacional de Periodismo, lo que deja muy en evidencia su trascendencia en el campo de las comunicaciones. Su retiro a la vida privada parecía definitivo, hasta que el mismo Evo Morales, quizás sin calcular los efectos que podría tener esto para su propio futuro político, decidió en 2014 convocarlo para que fuera vocero de la demanda marítima que su país presentó contra Chile en 2013.

La figura de Mesa, que genera pocos anticuerpos en Bolivia y que goza de prestigio a nivel internacional, sirvió para dar realce al libelo presentado ante la Corte Internacional de Justicia. Sin embargo, el exmandatario comenzó a ganar figuración, a ser entrevistado por la prensa internacional y a quitar protagonismo a Morales. Cuando finalmente Bolivia perdió ante la Corte de La Haya, fue Evo quien dio la noticia. Él recibió el golpe del fracaso y Mesa, en cambio, ganó presencia mediática.

La derrota ante la Corte de La Haya fue un duro golpe para Evo Morales.Imagen: Imago Images/Agencia EFE

Todos contra Evo

El Frente Revolucionario de Izquierda supo leer la realidad. Ante una oposición dividida, el nombre de Mesa podía convertirse en factor de unidad y propuso al periodista convertirse en la carta del partido para las próximas elecciones. El 6 de octubre de 2018, a través de Youtube, el exmandatario anunció que competiría en las presidenciales porque, dijo, Bolivia se encontraba "en el umbral de un nuevo tiempo, y ese nuevo tiempo tiene que tener un nuevo liderazgo (…) hay un viejo tiempo que se está acabando, que está agotado, que ha cumplido su ciclo”.

Los sondeos muestran a Mesa segundo en intención de voto, detrás de Morales, pero también señalan que es el candidato más competitivo. Por ello, diversos grupos sociales han llamado a realizar un "voto útil” apoyando al exmandatario, en una suerte de "todos contra Evo”. "Somos la única candidatura que le puede ganar a Morales”, dijo Mesa en mayo de este año, y las encuestas le dan la razón. Lo que queda por verse es si basta con ello para destronar al hombre que sale reelegido siempre con más del 60 por ciento de los votos.

(jov)

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